Los pacientes del estudio con COVID persistente tenían niveles bajos de cortisol, una hormona del estrés que ayuda al cuerpo a controlar la inflamación, la glucosa, los ciclos de sueño, entre otros.

Según la OMS, entre el 10 y 20% de la población experimenta síntomas después de recuperarse de la infección por SARS-CoV-2. Ahora, un estudio de Covid persistente reveló raras anomalías en la sangre de los afectados y las pistas señalan posibles causas y tratamientos.

Los hallazgos sugieren que la Condición Post COVID-19, como se denomina oficialmente, comparte ciertas características con el síndrome de fatiga crónica, que también se cree que aparece después de una infección.

“Fue bastante difícil encontrar personas que se recuperaron por completo del COVID”, dijo a Science la inmunóloga Akiko Iwasaki que codirige el proyecto Long Covid (Covid persistente) desde fines del 2020. Asociada al neurofisiólogo David Putrino, compararon esos pacientes con quienes nunca habían estado infectados y con otros recuperados.

Muchos voluntarios que habían estado enfermos se describieron a sí mismos como saludables, pero luego admitieron algunos problemas. Por ejemplo, que no podían retomar sus entrenamientos normales en el gimnasio porque resultaban demasiado agotadores.

Finalmente, los investigadores consiguieron 39 voluntarios recuperados de COVID-19 y un total de 116 controles.

El principal hallazgo fue que la mayoría de los pacientes luchaban con fatiga intensa, confusión mental y otros síntomas, mientras tenían niveles bajos de cortisol, una hormona del estrés que ayuda al cuerpo a controlar la inflamación, la glucosa, los ciclos de sueño y más.

Además, vieron que su sistema inmunitario estaba luchando contra invasores no identificados, tal vez un reservorio de SARS-CoV-2 o un patógeno reactivado como el virus de Epstein-Barr. "Los cuerpos de las personas con Long Covid están luchando activamente contra algo", dijo Putrino.

Los bajos niveles de cortisol en los pacientes con Covid persistente, aproximadamente la mitad de los niveles normales, no fueron sorpresivos. De hecho, los síntomas como la fatiga y la debilidad muscular están asociados a una menor cantidad de la hormona, aunque la causa sigue siendo un misterio.

El estudio demostró que el síndrome está lejos de ser uniforme ya que se manifiesta de diferentes maneras en los cuerpos de los pacientes.

Ahora, tanto Putrino como Iwasaki dicen que seguirán estudiando posibles terapias. La lista incluye suplementos de cortisol, tratamientos dirigidos al virus de Epstein-Barr, el antiviral Paxlovid e incluso terapias que se usan para tratar enfermedades autoinmunes.

“Los pacientes no pueden esperar”, expresó Iwasaki.

Covid persistente

El diagnóstico de la afección posterior a la COVID-19 se basa en los síntomas y el historial médico de cada paciente. La OMS define que los más comunes afectan a muchos órganos, como el corazón, los pulmones y el cerebro, tales como:

Fatiga
Disnea (dificultad respiratoria)
Problemas de memoria, concentración o sueño
Tos persistente
Dolor torácico
Dificultad para hablar
Dolores musculares
Pérdida del olfato o del gusto
Depresión o ansiedad
Fiebre

“La mejor manera de prevenir la condicion es evitar el contagio de COVID-19" en primera instancia, dice el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).