UNIVERSIDAD JOHNS HOPKINS
Cenar a esta hora ayuda a quemar grasas, según estudio

Cenar a esta hora ayuda a quemar grasas, según estudio
24/06/2020 |

Comer tarde está asociado con la obesidad, por eso un grupo de científicos de la Universidad Johns Hopkins de Maryland, Estados Unidos, decidió estudiar más sobre este tema. 

"Este estudio arroja luz sobre cómo cenar de forma tardía empeora la tolerancia a la glucosa y reduce la cantidad de grasa quemada. El efecto de comer tarde varía mucho entre las personas y depende de su hora habitual de acostarse", indicó el el autor del estudio Jonathan C. Jun

 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo. 

Un pequeño estudio publicado en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society indicó que cenar en horas tardías de la noche puede llevar a aumentar de peso y alto nivel de azúcar en la sangre. 

"Este estudio arroja luz sobre cómo cenar de forma tardía empeora la tolerancia a la glucosa y reduce la cantidad de grasa quemada. El efecto de comer tarde varía mucho entre las personas y depende de su hora habitual de acostarse", dijo el autor del estudio Jonathan C. Jun, de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, Estados Unidos. 

 

"Conocíamos otras investigaciones que sugerían que comer tarde está asociado con la obesidad, y debido a que la asociación no es lo mismo que la causalidad, queríamos ver esto de una manera más rigurosa", agregó Jun.

El científico explicó que el equipo de investigación quería entender si las comidas tardías en realidad cambian el metabolismo de una manera que promueve la obesidad. "Nos propusimos hacer este ensayo clínico aleatorizado y controlado, tomar personas sanas y hacer que coman en dos momentos diferentes, controlar sus alimentos, controlar su dieta y controlar también sus tiempos de sueño", expresó.

El estudio

El equipo reclutó a 20 voluntarios sanos (10 hombres y 10 mujeres) para descubrir cómo sus cuerpos metabolizaban la cena en diferentes horarios: un grupo lo hacía a las 10 p.m. y el otro a las 6 p.m. Todos los participantes del estudio se fueron a dormir a la misma hora: 11 p.m.


La cena debe realizarse temprano.

Como conclusión, los niveles de azúcar en la sangre son más altos y la cantidad de grasa quemada más baja, cuando se cena tarde, incluso cuando las personas comen la misma comida. "No nos sorprendió. Otros investigadores han realizado un trabajo similar observando los ritmos circadianos y la dieta, y otros laboratorios han demostrado que si comes fuera de fase con el ritmo circadiano normal de tu cuerpo, no metabolizas la glucosa de la misma manera", dijo Jun.

Los consumidores tardíos tenían niveles máximos de azúcar en la sangre casi un 20 por ciento más altos y la quema de grasa se redujo en un 10 por ciento, en comparación con los que cenaron antes.

En un comunicado, otro autor del estudio, Chenjuan Gu de la Universidad Jonhs Hopkins, expresó: "Los efectos que hemos visto en voluntarios sanos podrían ser más pronunciados en personas con obesidad o diabetes, que ya tienen un metabolismo comprometido".

No afecta a todos por igual

Los investigadores descubrieron que las personas reaccionan a las comidas tardías de forma diferente. Según Jun, las personas que son noctámbulas que comieron hasta las 2 o 3 de la madrugada parecían no verse afectadas por el cambio en su comida. "No es una talla única para todos; existen diferencias en el metabolismo de las personas que las hacen más vulnerables a las comidas tardías o no las perturban", dijo a Healthline. 

Este estudio es uno de los más detallados hasta el momento debido a su técnica de estudio. Los participantes usaron rastreadores de actividad, tomaron muestras de sangre, se sometieron a estudios de sueño y escaneos de grasa corporal, y comieron alimentos que contenían marcadores no radioactivos para medir el metabolismo de las grasas.

"Las personas realizaron un monitoreo muy intensivo cuando estaban en el laboratorio. Sacamos sangre cada hora, controlamos sus actividades y el sueño durante 2 semanas antes de que vinieran al laboratorio. Dimos lo que se llama un trazador de isótopos estable, así que cuando consumieron su comida pudimos medir la cantidad de grasa que comieron fue quemada u oxidada", indicó Jun.

"Este estudio muestra que hay plausibilidad biológica o explicaciones biológicas sobre cómo la sincronización de los alimentos puede afectar la forma en que su cuerpo maneja esas calorías", finalizó.