Política
La reunión de 131 votos panperonistas

La reunión de 131 votos panperonistas
19/11/2018 |

 Fue la 3ra. vez que Sergio Massa le infringió al Gobierno de Mauricio Macri una derrota política en el Congreso, sobre el cierre de Sesiones Ordinarias. Que Marcos Peña siga especulando conque es imposible reunificar al peronismo...


 Hoy, se está planteando el mismo escenario electoral que en 2015, pero con los personajes y bandos en las veredas opuestas. CFK se está convirtiendo en la figura que encarna con más fuerza el creciente sentimiento antimacrista que inunda a todas las tribus peronistas. Más le vale a la Casa Rosada comenzar a trabajar en una estrategia electoral diferente para 2019, explicó Claudio Chiaruttini.
Por CLAUDIO M. CHIARUTTINI

Periodista. Licenciado en Ciencias Políticas. Profesor universitario y consultor. Conduce el programa 'Sin Saco y Sin Corbata' por EcoMedios AM 1220.

 

Atención: Es muy importante la reunión de 131 votos panperonistasEl panperonismo gana espacio regresando al ejercicio de la política, algo que falta del lado de Mauricio Macri.
Un nuevo error de cálculo político por parte de la Casa Rosada y de los operadores macristas en el Congreso causaron a “Cambiemos” una enorme derrota política en el Congreso de la Magistratura. Pero lo ocurrido en la Cámara de Diputados confirma que el entorno de Mauricio Macri ha exagerado al minimizar la posibilidad de unidad de todas las tribus peronistas para las elecciones del año que viene, lo que obliga a replantear toda la estrategia electoral que se elaboró y aplicó hasta ahora. En caso contrario, hay un riesgo cierto de derrota en las urnas en 10 meses.

¿Qué ocurrió? Lo que los “PRO Puros” dijeron que no podía ocurrir: Todas las tribus peronistas olvidaron sus diferencias para ganar 2 sillas en el poderoso Consejo de la Magistratura. La Casa Rosada creía que eso era imposible y que tenían aseguradas las poltronas de Pablo Tonelli y Mario Negri, con lo cual, tendrían aseguradas 8 de las 13 bancas necesarias para controlar el organismo judicial que selecciona y destituye jueces. En ese escenario, alcanzar la mayoría necesaria de 9 votos no parecía difícil, pero el macrismo pocas veces lo logró y fueron exonerados o no juzgados magistrados prokirchneristas como Daniel Rafecas, entre otros.

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Ahora, con 7 sillas ocupadas y la presencia de 3 “espadas” del peronismo (como son Miguel Ángel Pichetto, Eduardo De Pedro y Graciela Camaño, que es lo mismo que decir los Gobernadores peronistas, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa), corren riesgo jueces “amigos” del Gobierno, como Claudio Bonadío; y en las ternas aumentará la inclusión de nombre “potables” y “amigables” para el panperonismo.

El juez Claudio Bonadio no podrá gozar de la protección que confiaba en darle Mauricio Macri en el Consejo de la Magistratura.
Pero el golpe que las tribus peronistas le aplicaron al Gobierno de Mauricio Macri es un claro y contundente mensaje para los Jueces, sobre todos para los “Príncipes” de Comodoro Py, que si bien mantenían en un “cuidado quietismo” muchas causas contra los principales ex funcionarios kirchneristas, ahora enviarán “señales de amistad” exonerando a muchos de los acusados en causas de posible corrupción durante el Gobierno de CFK, dado que el olor a derrota electoral macrista, inundó los pasillos de los Tribunales de Retiro.

La movida política que golpeó a la Casa Rosada fue pensada por Sergio Massa y su equipo que comandan Camaño y Diego Bossio, y se establecieron dos canales de negociación: Uno, con el propio “Wado” De Pedro, lo que implicó obtener la aprobación de CFK, quien no objetó el nombre de la esposa de Luis Barrionuevo; por el otro, una ronda de charlas que encabezó el fundador del Frente Renovador con los gobernadores y legisladores de bloques menores, como el recién creado por Felipe Solá y Victoria Donda; para sumar los votos necesarios para derrotar a “Cambiemos” en la Cámara de Diputados, porque el enemigo de mi enemigo, es mi amigo.

Las negociaciones incluyeron al pampeano Carlos Verna, el tucumano Juan Manzur, la fueguina Rosana Bertone, el sanjuanino Sergio Uñac (quien había mantenido un sugestivo encuentro con CFK) y el cordobés Juan Schiaretti, quien exigió la suplencia de Graciela Camaño fuera un hombre de su extrema confianza, el vicegobernador en uso de licencia, Martín Llaryora; un tiro por elevación contra el radical Mario Negri, que tiene aspiraciones de disputarle la Gobernación al peronismo.

Al final, la propuesta de la oposición fue firmada por los titulares de los bloques del Frente Renovador, Justicialista, Córdoba Federal, Frente para la Victoria, Movimiento Evita, Red por Argentina, Frente Cívico por Santiago, Justicialista por Tucumán, Elijo Catamarca; los diputados sanjuaninos Walberto Allende, Florencia Peñaloza y Graciela Caselles; y los monobloquistas Alejandro Ramos, Victoria Donda, Alejandra Rodenas, Juan Manuel Pereyra, Omar Félix, José Luis Ramón y Jorge Taboada.

En total, la oposición sumó 131 firmas, mientras que para alcanzar 121 apoyos, el Gobierno sumó los 108 del interbloque “Cambiemos”, los 5 legisladores del Frente de la Concordia Misionero (alineados con el gobernador Hugo Passalacqua), los 4 puntanos que responden a Adolfo Rodríguez Saá, enfrentados a Alberto; Evolución Radical, de Martín Lousteau; y la neuquina Alma Sapag: el panmacrismo.

Sergio Massa: Subestimado por Mauricio Macri y Marcos Peña, la Casa Rosada tiene 'problemitas'. Foto: NA.
La oposición usó la misma maniobra que aplicó Nicolás Massot en Diciembre de 2015, que se aplicó también en 2016 y 2017, y que le permitió al macrismo tener 2 representantes en el Consejo de la Magistratura, por la Cámara de Diputados y otros tanto por el Senado. Esta lectura del reglamento convirtió la selección de mayoría y primera minoría en la suma de bloques que se unieran por una postulación.

La interpretación reglamentaria que en el pasado provocó felicitaciones de la Casa Rosada hacia Emilio Monzó, presidente de la Cámara Baja, ahora provocó que cuestionen a quien ni se molestó en responderles: ya manifestó que no seguirá en Cambiemos cuando acabe su mandato, ni buscará su reelección, mientras mantiene su diálogo con parte del panperonismo, en especial Massa y Bossio.

La maniobra no sólo es una señal hacia la interna de las tribus peronistas de que la unidad es posible y que puede ponerle límites e imponer condiciones al Gobierno de Mauricio Macri; sino también, que le dio aire a un massismo que estaba de capa caída luego de la ruptura del bloque que produjo Felipe Solá y confirma que crece el diálogo entre el kirchnerismo y el Frente Renovador, lo queva a derivar en un encuentro entre Sergio Massa y CFK, aunque para eso falte algunas semanas más. Por ahora, el diálogo directo que ocurrió fue entre Massa y Máximo Kirchner.

Es la 3ra. vez que Sergio Massa le infringe al Gobierno de Mauricio Macri una derrota política en el Congreso, sobre el cierre de Sesiones Ordinarias.

** En 2016, él obligó a la Casa Rosada a introducir cambios en el Impuesto a las Ganancias, y

** en 2017, él obligó a cambiar la fórmula de cálculo del aumento previsional y a aprobar el Impuesto a la Renta Financiera.

A estas alturas, ya no es una casualidad, sino consecuencia de un equipo político que comete el enorme error de minimizar al panperonismo como un colectivo de tribus que pueden dejar de lado sus diferencias para derrotar al macrismo.

Hasta acá, los pocos logros que puede mostrar el Gobierno de Mauricio Macri en el Congreso fueron consecuencia de incentivar y aprovechar las divisiones que hay entre las tribus peronistas. Pero, en paralelo, las mayores derrotas legislativas fueron sufridas por la Casa Rosada cuando bajó los brazos frente a la oposición o creyó imposible que se unieran en su contra, el mismo argumento que sostienen de que se puede ganar en 2019.

Los 131 votos sumados esta semana para la oposición están 2 por arriba de la mayoría necesaria para llamar a una Sesión Especial, algo en que siempre fracasó el antimacrismo en los intentos que realizaron en los últimos 3 años. ¿Qué pasa si ahora pasan a lograrlo? No sólo pueden imponer una agenda propia de proyectos de Ley, sino también, jaquear cualquier intento de la Casa Rosada de hacer aprobar un proyecto propio. Quizás, anticipándose a esto, ya había una decisión del Gobierno de Mauricio Macri de no llamar a Sesiones Extraordinarias, pese a que existe una larga lista de proyectos de Ley por aprobar.

Emilio Monzó y Nicolás Massot, presidente de la Cámara baja y jefe del bloque PRO respectivamente: Subestimados siempre por la Casa Rosada. Gravísimo error.
Otro de los mensajes que genera la maniobra de la oposición va dirigido a los empresarios y las empresas envueltas en casos de corrupción, sobre todo el “GloriaGate”. No por ofrecer un “Pacto de Impunidad”, como sostuvieron algunos, sino por un “Pacto a Seguir Haciendo Negocios”, si el panperonismo vuelve al poder. Es una oferta “generosa”, frente a un macrismo “tacaño” y egoísta.

El Gobierno de Mauricio Macri debe revisar, y mucho, la forma que analiza el escenario político y cómo toma sus decisiones frente a los opositores. Hoy queda muy claro que fue un error frenar un candidato a juez que impulsaba el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, llamado Sebastián Argibay.

El Presidente de la Nación, en persona, había acordado con el radical que opera como peronista, que saldría la designación a cambio de votos para el Presupuesto 2019; pero los radicales de “Cambiemos” desconocían este acuerdo, impugnaron la designación, tomando como base el pedido que presentó en la Cámara Alta, Elisa Carrió. Si hubiese conservado los votos santiagueños, el oficialismo habría tenido para Magistratura 127 firmas y, toda la oposición unida, sólo 125.

Incluso en el Senado, el macrismo creyó que era mejor permitir que fuera elegido Miguel Ángel Pichetto como representante de la oposición en el Consejo de las Magistratura, creyendo que con eso tenía asegurada su buena voluntad para futuras votaciones. Pero para evitar nuevas rupturas de su bloque, el rionegrino ha prometido un giro de 180 grados en las negociaciones con la Casa Rosada. Veremos qué actitud toma, en especial, luego de que Máximo Kirchner lo descalificara llamándolo “ese Señor engominado”, en referencia de su peinado.

Lo cierto es que hoy, todos los movimientos internos del panperonismo dejan en claro que CFK se está convirtiendo en la figura que encarna con más fuerza el creciente sentimiento antimacrista que inunda a todas las tribus peronistas. Mientras, en la vereda de enfrente, los Gobernadores peronistas no logran sumar figuras de peso. Ni un solo sindicalista importante, ni un solo “Barón del Conurbano”, ni siquiera otros pares, aunque promete una nueva foto para la próxima semana… como si se pudiera imponer una fuerza política a puras fotos…. En fin…

Con el Presupuesto aprobado, no hay incentivo para los Gobernadores peronistas para seguir teniendo una posición acuerdista con el Gobierno de Mauricio Macri. Es más, luego de lo ocurrido en la Cámara de Diputados con el Consejo de la Magistratura, el incentivo para sumar votos es posicionarse fuertemente contrarias a la Casa Rosada “paga” mejor, dado que cuando más duro se sean con el macrismo, más votos antimacristas se pueden sumar.

Hoy, se está planteando el mismo escenario electoral que en 2015, pero con los personajes y bandos en las veredas opuestas. Hace 3 años, Daniel Scioli era el candidato oficialista, Sergio Massa era un tibio que no se declaraba oficialista ni opositor y Mauricio Macri encarnaba el antikirchinerismo, como se definió en las PASO. Ahora, Mauricio Macri es el oficialismo, los Gobernadores peronistas son no son kirchneristas ni antimacristas, mientras que CFK comienza a encarnar el creciente antimacrismo.

Si el Gobierno sigue cometiendo errores, como los cometió CFK en 2015 y si la economía sigue en recesión con alta inflación, asoma un resultado de las próximas elecciones. ¿Podrá evitar ese resultado el Gobierno? Si siguen cometiendo errores, no.