Sociedad
Una multitud saludó a la Virgen de Itatí e iniciaron los actos centrales 

Una multitud saludó a la Virgen de Itatí e iniciaron los actos centrales 
16/07/2018 |

Como todos los años, miles de peregrinos de todo el país se congregaron frente a la Basílica de Itatí para tributar su cariño y amor a la Patrona de Corrientes. En el atrio, con pañuelos y fuegos artificiales comenzaron los festejos por los 118º aniversario de la Coronación Pontificia.

 

A las 00 horas las puertas de la basílica se abrieron y los custodios sacaron en andas a la imagen peregrina de María de Itatí. Acompañaron este momento el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, el rector padre David Penzotti, el vicario general de la arquidiócesis, padre José Billordo y el padre Feliciano de los Mozos.

Con pañuelos, banderas, las luces de los celulares y fuegos artificiales de fondo saludaron a la Tupasy que descendió y recorrió todo el frente del templo, momento que contó con el acompañamiento musical de Neike Chamigo junto al padre Julián Zini.
Luego el arzobispo hizo una oración a la Virgen e impartió la bendición.

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Festival y entrega del premio “María de Itatí”

En el atrio del santuario dio inicio a las 21 el Festival de la Fe del Peregrino que contó con la actuación de Manuelito González y su conjunto, Los de Imaguaré, Diego Gutiérrez y el cierre con el padre Julián Zini y Neike Chamigo.

Además, como se viene realizando hace varios años, se entregó el premio “María de Itatí”. Este año tuvieron el honor de recibirlo Ángela Julia Azcoaga de González (Yuly), Vicenta Ramírez y Emilio Alcaraz, de San Luis del Palmar.

La entrega de las distinciones estuvo a cargo de monseñor Andrés Stanovnik y el padre David Penzotti.

Mensaje del arzobispo

Monseñor Stanovnik realizó una súplica a Nuestra Señora de Itatí.

“Tiernísima Madre de Dios y de los hombres, que bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, nos miras esta noche a tus pies para renovar nuestra fe, esperanza y amor, y para consagrar nuestra vida y la vida de todo nuestro pueblo, especialmente a los más pobres e indefensos, a tu corazón inmaculado. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!
No deseches ahora las súplicas de tus hijos, que humildemente recurrimos a vos. Atiende nuestra súplica por el inocente que no ha nacido y también por sus mamás que sufren en su cuerpo y en su espíritu. Te pedimos que les hagas sentir tu abrazo tierno y amoroso. A vos, Tierna Madre de Itatí te confiamos la causa de la vida. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!

Atiende nuestras necesidades, que tú las conoces mejor que nosotros: míranos heridos y agobiados por tanta miseria y pobreza, por la trata de personas, la violencia y las drogas; por la la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención; por niños mal alimentados y por tantas nuevas formas de esclavitud y descarte. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!

Y sobre todo Madre mía, concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús, y un corazón puro, humilde y prudente; porque, así como vos tuviste el coraje y la audacia de decir siempre sí a Dios y a la vida, también nosotros y nuestros legisladores, seamos valientes en salvar, cuidar y acompañar las dos vidas, la de la mamá y del bebé que crece en ella. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!

Queridísima madrecita de Itatí, danos paciencia en la vida y fortaleza en las tentaciones para que no rechacemos a nadie, que a nadie devolvamos mal por mal, que no descalifiquemos al que piensa distinto, y que siempre en todas partes anunciemos el Evangelio de la vida con firmeza y con amor. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!

Esta noche, Tierna Madre de Itatí, frente a tu bella imagen, renovamos nuestra consagración y te encomendamos especialmente a nuestras familias, a nuestros niños y niñas, a nuestros jóvenes, a nuestros abuelos y ancianos, a las mamás que llevan a una hija o un hijo en su vientre y a sus papás, a los trabajadores y empresarios, a nuestros enfermos, a los que nos gobiernan y a todo nuestro pueblo. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!

¡Tierna Madre de Itatí, ruega por nosotros!