El Gobernador anunció desde Caá Catí el traspaso de “FIPLASTO Forestal” a Provincia, para construir terminal fluvial.

En el marco de su reciente visita a Caá Catí por el aniversario de la localidad, Valdés comunicó alguno de los resultados de las conversaciones que mantuvo con el presidente Mauricio Macri sobre la cuestión forestal local. Una temática que profundizó la semana pasada cuando participó de las actividades presidenciales en Puerto Iguazú, Misiones, y en Resistencia, Chaco, durante el jueves y viernes de la semana anterior.
Al respecto, mencionó tres de los más concretos resultados positivos de los reiterados diálogos con Nación. Uno tiene que ver con el turismo ecológico. “Estamos trabajando para desarrollar los Esteros del Iberá y los portales de distintos ingresos”, dijo y agregó que “estamos con los últimos detalles, donde ya contamos con los recursos necesarios, con una inversión de la Provincia de 200 millones de pesos y de parte de Nación de otros 200 millones”.
En segundo lugar, lanzó el anuncio para la Comuna anfitriona al señalar que “estamos haciendo una inversión de más de 120 millones de pesos para unir Caá Catí con Itá ibaté en la Ruta Provincial 13”; y para lo último dejó la cuestión fluvial.
Sobre el río Paraná, comentó Valdés durante el acto, “estamos trabajando junto al Gobierno nacional con una inversión cercana a los 300 millones de pesos, para construir el primer Puerto fluvial de la República Argentina después de casi 30 años”.
Para ello, explicó que el Estado nacional administrado por Mauricio Macri “nos transferirá en propiedad a los correntinos lo que era FIPLASTO Forestal para hacer un nuevo puerto”, anunció y redobló su apuesta por “industrializar nuestra madera”, porque a su entender “nosotros somos la primera fuerza forestal de la República Argentina y tenemos que sentirnos orgullosos de eso”.
La industrialización de la actividad forestal es una apuesta permanente, junto al turismo, del mandatario correntino. Una iniciativa que agudizó desde su última visita a Ituzaingó en el pasado mes de marzo, desde donde reflotó la idea de su antecesor Ricardo Colombi, de radicar una planta papelera en esa Comuna.
El puerto para Ituzaingó formó parte del primer diálogo con Macri tras su coronación al frente del Poder Ejecutivo provincial, a mediados de enero pasado. Una idea que cobró impulso en su terruño natal y buscó consolidarla durante la cumbre de mandatarios del Litoral en Santa Fe, a fines del pasado mes.
Allí, ante el Intendente anfitrión, Valdés aseguró que se avanzará en la construcción de “una pastera en Ituzaingó, una fábrica de cartón, por lo que necesitamos tener un puerto”, a la vez que remarcó que “el puerto de la ciudad de Corrientes hoy nos queda chico, necesitamos darle competitividad, tenemos que sacar los productos por el río, tenemos que repensar el sistema y lo tenemos que hacer juntos”. Además comentó que “el de Ituzaingó que se va a desarrollar con una importante participación privada”.

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Maderera desde su fundaciónEPC090418-003F08

Villa Olivari nació y creció con la madera. Desde su fundación -allá por 1966- quienes poblaron sus tierras trabajaron en el área forestal. En ese sentido, la empresa forestal FIPLASTO que se instaló justo en frente del pueblo en la década del ‘70 fue un actor determinante para su formación, pues empleaba a más de 200 habitantes de “la Villa” (como le dicen sus pobladores a la localidad). Más tarde, ya en el año 1998, la empresa forestal quebró económicamente y dejó desocupados a sus empleados.
Actualmente FIPLASTO pertenece a la empresa de capitales suizos Cofina, que generalmente trae sus propios empleados para trabajar la madera que produce en la zona. Consideran que esto perjudica de sobremanera a los pobladores de la Villa, aunque muchos han encontrado una nueva fuente de trabajo: los aserraderos. En estos días Olivari tiene seis aserraderos y existen proyectos para ampliar ese número debido a la gran explotación forestal que se desarrolla en la zona y a la mano de obra existente en el pueblo.
Dejando de lado a la madera, la actividad comercial se limita solamente a la venta de alimentos y productos de primera necesidad.
El aspecto institucional de Villa Olivari es, a tal vez, el más carente. Los habitantes de pequeño poblado deben trasladarse hasta Ituzaingó (unos 25 kilómetros) para realizar trámites bancarios, abonar servicios o ir al médico, ya que en el pueblo funciona sólo una salita sanitaria en donde un médico llega dos veces por semana desde Ituzaingó para atender a la población.