Política
El ‘plan maestro’ de Macri para refundar la producción

El ‘plan maestro’ de Macri para refundar la producción
19/02/2018 |

Propone un mix entre la “receta neoliberal” y el “vivir con lo nuestro”. “Empleo maleable”, más ahorro que consumo y una vida laboral más larga, las claves.


Es el resultado del trabajo de un grupo de expertos convocados por la Casa Rosada para pensar el país a mediano plazo. Fue publicado a comienzos de año como una memoria de las discusiones que comandó el economista Eduardo Levy Yeyati en el espacio Argentina 2030, que se presenta como “un espacio plural y multidisciplinario de diálogo entre el Gobierno y la sociedad para la elaboración de una visión compartida de la Argentina a la que aspiramos”. Pero es lo más parecido a una hoja de ruta del modelo de Cambiemos. De hecho, sus páginas llevan el membrete de la Jefatura de Gabinete de Ministros.

Además de la presentación el año pasado del libro 100 Políticas para la Argentina del 2030, en internet están colgados los “documentos participativos”, con los títulos “Bienestar, inclusión e igualdad de oportunidades”; “Ciudades”; “Educación y trabajo”; “Desarrollo sostenible” y “Envejecimiento poblacional”.


Modelo SBC. El trabajo llama a pensar el desarrollo del país sin copiar modelos externos, e insta a llegar a una “síntesis superadora” entre “la receta neoliberal” y el “vivir con lo nuestro”. Pondera como motores del crecimiento los servicios, en especial los “servicios basados en el conocimiento” y las cadenas industriales atadas a los recursos naturales, como la biotecnología.

“Si bien hoy pareciera difícil sostener que la industria conserva un carácter especial en materia de su contribución al desarrollo”, señala el documento, “probablemente todavía juegue un rol clave en materia de generación de cierto tipo de empleo que ayude al alcance de objetivos distributivos”, aclara.


Freelance. En pleno conflicto gremial con los docentes bonaerenses y los camioneros, la ruta de Cambiemos se alinea con debates globales que alimentan tensión con el pensamiento de las centrales sindicales.

Para enfrentar problemas como la “brecha de habilidades, la informalidad y la desigualdad laboral”, se propone “un marco regulatorio del empleo que permita mejorar la protección del trabajador y a su vez aumentar su maleabilidad, movilidad y capacidad de adaptación”. Además, habla de incorporar “nuevas figuras de contratación no tradicional”, como “independientes o trabajadores por demanda”.

El diagnóstico para el país es preocupante. El documento cita que, según el Banco Mundial, dos tercios de la fuerza laboral son susceptibles de ser reemplazados por máquinas. Lo que se agrava porque hay “bolsones de empleo protegido privado en sectores sensibles” y “bolsones de desempleo encubierto en el sector público”. Además, se cita un documento de la consultora McKinsey que destaca que en Europa y Estados Unidos el 30% de la fuerza laboral es “freelancer” o cuentapropista.


British. Se hace un extenso y crudo diagnóstico de la situación educativa, donde se destaca que hay “un mal equilibrio de bajo salario y baja calidad de la docencia”. “La carrera docente es percibida como una opción menos exigente que la universidad y con una salida laboral más segura”, lo que genera “baja estima” de la carrera y “pobres condiciones salariales y de enseñanza”.

Respecto de la inserción de los jóvenes, propone sumar participación de la empresa en la secundaria, dado que, dice, “se incumple el objetivo de formar para el trabajo”. Y completa: “Es necesario que las aptitudes que sumen sean valiosas y valoradas, ya sea como empleado o como emprendedor”. Se cita el modelo británico de aprendices, donde un consejo empresario participa de la definición de qué y cómo enseñar en la educación media, según las necesidades del mercado.


Demografía. “Argentina 2030” también hace un pormenorizado detalle de la situación demográfica, donde se destaca como ventaja –a diferencia de otros países– que aún una buena parte de la población está en edad activa, con capacidad de producir y ahorrar. Ese “bono demográfico” se acabaría allá por 2040, para cuando el país deberá haber aprovechado para consolidar ahorro, inversión y crecimiento sostenido.

En ese punto, se detalla que las personas de 40 a 65 años en la Argentina hoy consumen más que el promedio de la región, por lo que habría que incentivar el ahorro para financiar así inversión durante 15 o 20 años. Y de cara al envejecimiento poblacional, que empezaría a presionar por más recursos para pensiones con el paso del tiempo, se recomiendan dos tipos de medidas: la incorporación a la vida laboral de la mujer, por ejemplo con estímulo para repartir el tiempo de cuidado, e “incentivar” el estiramiento de la vida laboral de los adultos mayores.