Política
¿Cómo evolucionó la tasa de natalidad en Argentina en los últimos 50 años? 

¿Cómo evolucionó la tasa de natalidad en Argentina en los últimos 50 años? 
15/01/2018 |

Según datos oficiales, en 2016 nacieron en promedio 17 personas por cada mil habitantes del país. El Banco Mundial difundió estadísticas basadas en algunos indicadores básicos de todos los países del mundo. Una de ellas es la tasa de natalidad, que refleja la cantidad de niños nacidos vivos cada año por cada mil habitantes.

Según estas cifras, la tasa de natalidad estimada en Argentina en 2015 -último año analizado en el informe- era de 17 nacidos cada 1.000 personas. Este número contrasta con las estadísticas que la misma institución tenía en los años ´60. En aquel momento la tasa de nacidos por cada 1000 habitantes era de 24 personas.

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La tasa de natalidad tuvo un pico hace alrededor de 40 años, en 1977, cuando ascendió a 25 nacidos por cada mil personas. A partir de ese momento comenzó a disminuir levemente -tal como se ve en el gráfico- y, al parecer, continuaría en descenso.

Las cifras oficiales -emitidas por la Direccion de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación- confirman esta afirmación. El 2016 es el último año para el cual esta institución tiene estadísticas disponibles. La tasa de natalidad de ese período no alcanzó los 17 niños nacidos por cada mil personas (16,7 es el número exacto). De este modo se puede ver que la tasa de natalidad argentina va en descenso año tras año.

En consonancia con esta cifra, la tasa de mortalidad ha tenido una evolución similar. Esto significa que desde 1960 hasta el 2015 ha bajado la cantidad de personas que mueren anualmente en el país.

Hacia fines de los años ´60 la tasa de mortalidad creció en comparación con el principio de aquella década. Ascendió a un total de nueve personas de cada mil.

Sin embargo, desde entonces ha comenzado a bajar y se ha mantenido en esa tendencia. Desde principios de los ‘90 ha bajado la barrera de los 8 cada mil y se mantuvo siempre en descenso. En 2015, según las estadísticas difundidas por el Banco Mundial, por cada mil personas en Argentina morían alrededor de siete. Si se hace una comparación con la tasa de natalidad para el mismo año (17 personas por cada mil) se puede ver que la supera por casi diez personas. Esto significa que anualmente en el país nacen diez personas más de las que fallecen, lo cual justifica el crecimiento poblacional que ha habido en los últimos años.

La tendencia de ir hacia una población envejecida es una preocupación que tienen muchos países. En Europa, por ejemplo, las personas mayores de 65 años representan alrededor del 16% de la población y superan a los menores de 15 años, que son alrededor del 15%.

Lo cierto es que el envejecimiento poblacional puede acarrear algunas consecuencias en los países, no solo desde el punto de vista de la salud sino también desde los aspectos económico y demográfico, por ejemplo.

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Uno de los efectos que se pueden producir a partir de el envejecimiento poblacional es el aumento de los gastos en prestaciones sociales. Los riesgos y necesidades que dan origen a prestaciones sociales son: enfermedad, invalidez/incapacidad, accidente de trabajo o enfermedad profesional, vejez, supervivencia, maternidad, cargas familiares, fomento del empleo, desempleo y vivienda/alojamiento. En muchos casos este tipo de prestaciones se otorga a adultos mayores. Por eso, es muy probable que el envejecimiento de la población produzca un aumento del dinero que se destina a prestaciones sociales desde el Estado.

Del mismo modo sucede con las jubilaciones y pensiones que paga el Estado. Actualmente, en Argentina, es un tema controversial y que se ha prestado a diversos debates desde el sector político. El envejecimiento poblacional podría producir un aumento en los gastos en jubilaciones y pensiones, lo cual implicaría la necesidad de destinar más dinero hacia ese lado.

El proceso de envejecimiento de la población también representa un desafío para el sistema sanitario. No solo porque el gasto sanitario per cápita aumenta con la edad, sino también porque implica un cambio del carácter mismo de las atenciones y cuidados demandados.

El proceso de envejecimiento de la población presenta, entonces, un importante reto para las sociedades en el futuro. Los cambios demográficos que se están produciendo en el mundo requieren una revisión de los planteamientos vigentes de cada país respecto de la población de adultos mayores.