¿y Massa?
Los K con la economía y los M con la grieta 

Los K con la economía y los M con la grieta 
24/04/2017 |

El año electoral ha comenzado, cada uno con su manual. Es muy concreto lo de los K (con o sin el PJ) apostando por denunciar que la economía no arranca. Y es muy evidente lo de los Macristas apostando por reclamar el pasado, la Argentina como Venezuela y la corrupción K... para no hablar de la economía que no arranca. En el medio, el Frente Renovador ahogado, al menos por ahora, y la pregunta sin respuesta aún acerca de cómo hará Sergio Massa, porque no ha renovado su discurso, que desde noviembre de 2013 luce poco creativo, más allá de algún chispazo por año. Aquí 4 postales de abril 2017:

 

Los K con la economía, los M con la grieta y el Código, ¿y Massa?Sergio Massa, al menos por ahora, asfixiado entre CFK y Mauricio Macri.
Muy interesante la descripción de Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:

"El diseño de campaña de Mauricio Macri empieza a insinuar sus primeros trazos principales. Apuntan más que nada a un refresco de la memoria colectiva: el pasado, la herencia y la corrupción. Veneno para el kirchnerismo. Las líneas finitas tendrían, en cambio, vinculación con el presente. Un poco de buenos modales, esfuerzo por la contención social y alegorías de la obra pública. Ahora mismo se anuncia la inauguración del Metrobus en La Matanza, meollo del conurbano, como si se tratara de la dimensión del subte de París. Tampoco habrá que restarle valor. De otro modo, el peronismo lugareño no disputaría, como lo hace, la supuesta paternidad del emprendimiento. Todo, al fin, indica el grado de abandono eterno al que han sido sometidos los sectores humildes bonaerenses.

 

(...) El rumbo de la campaña macrista se definió luego de laboratorios sucesivos donde tallaron los de siempre: Macri, Marcos Peña, el jefe de Gabinete, Mario Quintana, uno de los ministros coordinadores, Horacio Rodríguez Larreta, el jefe porteño, y Vidal. También, por supuesto, el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba. Hubo espacio para la voz de los radicales Mario Negri, jefe del interbloque en Diputados, y Ernesto Sanz, influyente sin cartera. En una conclusión central habrían convergido todos ellos. El Gobierno detuvo su caída, se estabilizó y atisba un repunte porque la oposición, en sus heterogéneas expresiones, salió a desafiarlo. A prepotearlo. Eso significaron las siete marchas y los dos paros (CTA y CGT) durante marzo y los primeros días de abril. Como broche, la irrupción espontánea de miles de personas para respaldar al oficialismo.

(...) Aquella hoja de ruta se conformó también con guías consistentes. Al menos dos de ellas aportadas por la consultora Isonomía. En un tópico sobre el pasado y la herencia kirchnerista se desmenuzaron estas revelaciones.

> A 16 meses de iniciada la experiencia macrista, el 53% de los consultados opinó que el peso del legado dejado por Cristina continúa siendo mucho. Un 44% sostuvo que poco. En el 97% del universo, mas allá de las ponderaciones, sigue estando presente aquella herencia.

> Esa percepción podría engarzar con la visión de futuro que los argentinos poseen ahora. Un 48% apuesta a que será mejor. Un 30% a que empeorará. Un 19% cree que el paisaje se mantendrá sin alteraciones.

> El tercer ítem evaluado para moldear la estrategia de campaña macrista tiene vínculo con la corrupción. (...) De acuerdo con el trabajo de la consultora, el 36% de los argentinos estima hoy que el gobierno de Macri es corrupto. (...) Lo llamativo resulta la composición del juicio social. Entre los simpatizantes de Macri sólo un 10% repara en la corrupción. Pero la acusación crece al 71% entre los votantes kirchneristas. Hay una cosecha de 28% entre los adherentes al Frente Renovador de Sergio Massa.

Por otro lado, el 83% de los ciudadanos estarían convencidos que la administración de Cristina fue corrupta. De ese total, el 96% se identifica con Macri y el 87% con Massa. Pero existe también un 58% que remite su identidad política a la ex presidenta. Quizás forme parte del controvertido clásico político nacional acerca de que “roban pero hacen”. (...)".

randazzo_pichetto.jpg
Florencio Randazzo rodeado de senadores justicialistas, comenzando por Miguel Pichetto, Rodolfo Urtubey y Juan Manuel Abal Medina (h).
Florencio Randazzo rodeado de senadores justicialistas, comenzando por Miguel Pichetto, Rodolfo Urtubey y Juan Manuel Abal Medina (h).

Joaquín Morales Solá, desde el diario La Nación, incorpora la novedad del proyecto de reforma del Código Penal que arman Cambiemos y los senadores nacionales Miguel Pichetto y Rodolfo Urtubey (ambos sostenedores de la precandidatura de Florencio Randazzo, lo que confirmaría quién podría financiar la campaña del ex ministro de Transporte de la Nación. Los Urtubey, además, tienen en la Corte Suprema de Justicia de la Nación el ríspido tema de la apelación de muchos padres salteños contra la educación católica apostólica romana obligatoria en la enseñanza pública de la provincia, por inconstitucionalidad y antidemocrática). Sin duda es un proyecto que, en Diputados al menos, permitirá reciclar la grieta:

"Una negociación avanzada ahora entre la administración de Macri y sectores del peronismo (en el Senado, fundamentalmente) promueve una dura modificación del Código Penal para elevar las penas de los que agredan o desobedezcan a integrantes de las fuerzas de seguridad. Un agravante que aumentará las penas será la agresión o la rebeldía con la cara cubierta. En las últimas manifestaciones apareció un grupo, que se autodenomina Resistencia Piquetera, cuya singularidad consiste en que todos sus integrantes llevan el rostro oculto. (...)

Los ministros de Justicia y de Seguridad, Germán Garavano y Patricia Bullrich, y los senadores Miguel Ángel Pichetto y Rodolfo Urtubey. La presencia de este último permite agregar a un quinto protagonista: el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, jefe político del peronismo salteño. (...)

En concreto, el proyecto que circula entre los negociadores aumenta a entre 3 y 6 años de prisión la pena para el que intimide o agreda a un funcionario público y a las fuerzas de seguridad que le presten asistencia. La pena será de 4 a 8 años de prisión si la agresión se diera en el contexto de un piquete o se usaran armas, palos, proyectiles o material explosivo. Esta última y más elevada pena de prisión se aplicará para los que usen contra las fuerzas de seguridad algún vehículo.

El proyecto también prevé penas de 6 meses a 1 año de prisión para el que desobedezca una orden de cumplimiento inmediato emanada de un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus funciones. Esto es: para desalojar un piquete o cualquier obstrucción de la vía pública. La pena se elevará de 1 a 3 años de prisión si, además, empleara la fuerza o la intimidación para resistir la orden. La pena aumentará de 2 a 4 años de prisión si los culpables ocultaran su rostro o si tocaran con sus manos a las autoridades. Por autoridades se entiende a jueces, fiscales y fuerzas de seguridad. (...)".

carrio-macri.jpg
Elisa Carrió y Mauricio Macri, el equilibrio más inestable de Cambiemos.
Elisa Carrió y Mauricio Macri, el equilibrio más inestable de Cambiemos.

Importante no olvidar lo que opina de Elisa Carrió la mesa chica del PRO -no sólo Jaime Durán Barba, muy probablemente Mauricio Macri, pero no puede expresarlo, por ahora... -, que surge en el relato de Mariano Spezzapria en el diario platense El Día:

"(...) Una cuenta parecida hacen en el PRO, la fuerza que conduce Cambiemos, como lo acaba de demostrar la salida de Elisa Carrió de la contienda electoral bonaerense. La diputada hizo todo lo posible por desembarcar en la Provincia, pero debió conformarse con volver a la capital, el distrito que representa hace 15 años. El partido de Macri y Vidal impuso su criterio político-electoral.

Aunque por el momento, la decisión parece más política que electoral. Se dice que hoy Carrió mide más que Esteban Bullrich, quien finalmente encabezaría la propuesta electoral por la Provincia. El ministro de Educación se encuentra en medio de la controversia por el conflicto con los docentes, pero hasta ahora no tiene un alto grado de conocimiento.

Ese fue el costo que decidió pagar el PRO para neutralizar a Carrió, a quien no sólo vetó en la Provincia sino que además la ubicó en la capital, donde sí la necesita, pero no para derrotar a la oposición sino a un filo-oficialista como Lousteau. Las declaraciones de la diputada dieron cuenta de su derrota interna: “Durán Barba puede ganar elecciones, pero no cambiar un país”, advirtió.

En rigor, la mesa chica del PRO –en la que tienen cada vez más peso Vidal y el alcalde Larreta- dio por tierra con un escenario temido que ponía a Carrió con demasiada injerencia en la Provincia si es que llegaba a ganar las legislativas de octubre. Eso sí, ahora el macrismo está obligado a remontar una cuesta empinada: ayer mandó una tropa de 500 funcionarios a recorrer el GBA.

Y de todos modos, no tiene garantizada una victoria porque allí se concentran los dos grandes problemas que padece la Argentina: la falta de crecimiento de la economía y la violencia que deriva en terribles casos de inseguridad. Por cierto que no son males reprochables sólo a la actual gestión, lo cual también hace dudar a Cristina Kirchner de presentarse a la elección bonaerense. (...)".

grafico.jpg
Gráficos de CEOP en Página/12.
Gráficos de CEOP en Página/12.

La marcha de la economía es un problemón para Mauricio Macri y Cambiemos frente a los comicios de octubre. Es menester que no se hable del presente económico. Es el filón por el que acecha el Partido Justicialista pero también el Frente Renovador, que espera denunciar que la estaflación la inició Cristina Fernández de Kirhner pero no la ha despejado Macri luego de casi 2 años en el poder.

La economía es el tema que abordó la consultora K CEOP (Centro de Estudios de Opinión Pública), en nota de Raúl Kollman para Página/12, que intenta 'bajar línea' precisamente contra el Frente Renovador y la fragmentación del PJ:

(...) Por supuesto que la gran pregunta es si el gobierno logrará réditos electorales con esta nueva estrategia, es decir si puede conseguir que la gente mire a la política –corrimiento a la derecha mediante– y no a la economía. El punto de partida es señalado por Bacman: “Cuando se consulta al encuestado a quién podría llegar a votar, la oposición, en términos genéricos, posee una ventaja inicial. Un 43,9 por ciento afirma que se inclinará por un candidato opositor. Por otra parte, un 31,2 por ciento optaría por cualquier candidato que represente al oficialismo y un 24,9 aún no tiene una decisión tomada”.

Pero los datos de mayor trascendencia surgieron cuando se preguntaron las razones del voto. “La estrategia elegida por el oficialismo para afrontar estas elecciones se observa con absoluta claridad cuando se analiza el sustento cualitativo de sus potenciales votantes: 9 de cada 10 optan por opciones políticas. Los 4 motivos que esgrimen están directamente relacionados con las consignas que se pudieron escuchar el 1 de Abril: respaldar a toda costa a la actual gestión, poner orden en la sociedad, terminar con la corrupción y derrotar de manera definitiva al kirchnerismo. Sin temor a equivocarse, un núcleo duro ideológico que reivindica el pensamiento de derecha y la revisión del pasado”.

Como se ve, la economía está ausente en el voto oficialista, porque no hay nada para reivindicar.

Del otro lado, los votantes opositores se basan en la economía. El director del CEOP señala que “los que se inclinan por opciones opositoras van por el lado económico en un 67,1 por ciento y hay un 32,9 que esgrimen razones políticas. Entre las cuestiones económicas el núcleo de anclaje descansa en que el gobierno de Cambiemos gobierna para los ricos y que la economía no arranca. En la periferia, prevalece la sensación de que los salarios no alcanzan. En el factor político, la principal asignatura pendiente del oficialismo para estos votantes, radica en el incumplimiento de las promesas de campaña”.

Por último están los que no tienen decidido el voto. Sobre ellos Bacman analiza que “navegan en aguas de borrasca. En este segmento cohabitan distintas actitudes de esperanza, enojo y hasta bronca. En un segmento donde se observa una mayor incidencia del pragmatismo, es lógico que influyan en mayor medida las razones de índole económica (63 por ciento) y hacia el interior de la economía puede más el enojo y la bronca que la esperanza. Por consiguiente, la mayor parte de los que pertenecen a este segmento y esgrimen razones económicas, están fuertemente convencidos de dos cuestiones: este es un gobierno que favorece a los ricos y al mismo tiempo esperan que se produzca un importante viraje en el rumbo económico. En tal sentido, son muy pocos los que sostienen la esperanza y siguen afirmando que la economía finalmente se va a encaminar y tan solo hay que darle más tiempo. (...)".

La conclusión de Bacman surge de los datos de la encuesta. “Con los indicadores que se desprenden de este sondeo, todo lleva a concluir que si en este país existiera el bipartidismo, sería muy difícil para el oficialismo remontar la cuesta que lo lleve a superar la ecuación que a nivel estructural por estos tiempos favorece netamente a la oposición. Pero en nuestro país el bipartidismo hace mucho que dejó de existir y la oposición no es una única alternativa. Por el contrario, aún constituye un conglomerado heterogéneo, que no tiene la suficiente capacidad de aglutinar el voto opositor. Y esta es una ventaja competitiva para el oficialismo que seguramente sabrá potenciar de cara a las elecciones que se avecinan. En este contexto, la encuesta indica que el desafío para la oposición es claro y evidente: la constitución de un frente que agrupe a todas las opciones políticas que no están de acuerdo con el modelo de gestión de Cambiemos”."