Sturzenegger Ya Bajó La Tasa De 38% A 25%:
¿por qué los bancos no redujeron los costos de tarjetas y préstamos?

¿por qué los bancos no redujeron los costos de tarjetas y préstamos?
28/12/2016 |

En varias oportunidades, el equipo económico "culpó" al titular del Central porque su política de altos tipos de interés no ayudaba a que la economía se recupere por la vía de abaratar el financiamiento al consumo. Luego, el descenso que propició no fue acompañado por las entidades. Las causas.


Por Rubén Ramallo
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Mucho se habló a lo largo del año del rol clave que han tenido los rendimientos de las Lebac, tanto para el sistema financiero como para la economía en general.

Al ser una tasa de referencia, fue marcando el sendero por el que transitó el costo del dinero de los préstamos, por un lado, y la rentabilidad de los plazos fijos, por otro.

Además, ha tenido un papel preponderante para determinar el nivel de dolarización de las carteras: a mayor "premio" por los depósitos en pesos, menor es el incentivo de los ahorristas para volcarse al billete verde.

Resulta interesante analizar la brecha entre el interés ofrecido por las Lebac con otra de las referencias del mercado: la tasa Badlar, que es la que pagan los bancos por plazos fijos que superan el millón de pesos.

Ese gap prácticamente se mantuvo invariable y en torno al 4% a lo largo de todo el año. Sólo entre marzo y mayo se ubicó por encima de ese nivel, cuando superó el 8% (ver gráfico):

 

Al comparar el rendimiento de las Lebac con otros indicadores, como son el costo de los préstamos personales y el de tarjetas de crédito, la situación luce un tanto diferente:

-A lo largo del primer semestre, la brecha rondó los 15 puntos porcentuales

-En la segunda parte del año, ese gap se fue ampliando aun más hasta llegar a 25 en octubre, para luego descender levemente (ver gráfico).

 

Este notorio incremento en la brecha entre:

-El rendimiento ofrecido por el BCRA a los bancos para que estos le compren sus títulos Lebac

-El costo que cobran las entidades bancarias por financiar las líneas de consumo (préstamos y tarjetas de crédito) de sus clientes,

no pasó desapercibido para los analistas. Tampoco para el Gobierno.

Sturzenegger bajó la tasa ¿y los bancos?
En reiteradas oportunidades, el equipo económico "culpó" a Federico Sturzenegger, titular del Banco Central, por su política de mantener altas las tasas.

Las críticas iban en el sentido de que -en su afán por domar la inflación y desalentar la dolarización- no contribuía con la reactivación de la economía por la vía de reducir el costo del dinero para préstamos y gastos con tarjetas.

Sin embargo, cuando se decidió a bajar el tipo de interés, este movimiento no fue acompañado por un descenso de los créditos que otorgan los bancos:

-Cuando Sturzenegger llevó la referencia al 38%, las líneas de financiamiento se encarecieron.

-Pero cuando comenzó a bajarla hasta un nivel cercano al 25% actual, las entidades no acompañaron esa contracción.

-En otras palabras, el costo de los préstamos destinados a personas físicas se mantuvo prácticamente invariable y cercano al 45% anual.

El siguiente cuadro ilustra esa evolución:

 

¿Por qué los bancos no abarataron el financiamiento al consumo si el BCRA hizo decrecer la tasa del 38% al 25%?

Ante la consulta realizada por iProfesional, varios directivos señalan que la principal razón es la pérdida de rentabilidad.

A primera vista, resulta llamativo que dicha pérdida haya ocurrido en un contexto en el que los rendimientos pagados por plazos fijos también hayan decaído.

En otras palabras:

-Si pagan menos por el dinero que reciben de sus clientes para plazos fijos

-También tendrían que "castigar" menos por prestar parte de ese stock de plata para financiar consumos (préstamos, tarjetas, entre otros).

Sin embargo, esto no fue lo que sucedió, en otra muestra más de que es mucho más fácil para las entidades acompañar los movimientos ascendentes de tasas pero no los descendentes.

Los ejecutivos de bancos dan cuenta, además, de otros factores que entran en juego y que van más allá de los estrictamente monetarios.

"La tasa de referencia no es tan determinante para definir la de los préstamos personales, ya que hay otros elementos que ejercen mayor influencia", afirma Guillermo Barbero, de First Corporate Finance Advisors.

"La logística, los alquileres, los salarios y toda la estructura que debe mantenerse para atender a los clientes tiene una incidencia mucho mayor. Esos costos subieron con la inflación y no con la tasa", añade el experto.

Otro motivo que lleva a las entidades a no reducir los préstamos es la decisión del Banco Central de eliminar las comisiones bancarias en una serie de servicios, como el mantenimiento de las cajas de ahorro o las transferencias entre cuentas.

"La reducción de las tasas de las Lebac pegó de lleno en los márgenes financieros de los bancos, por lo que se hizo necesario recomponerlos", apunta el responsable de Banca de Individuos de un banco extranjero de primera línea.

Esto, "en un contexto en el que el crédito no termina de despegar, pese a una leve recuperación observada en noviembre", completa.

Según el propio Banco Central, la rentabilidad del sistema financiero se ha venido reduciendo en forma sistemática a lo largo de los últimos meses.

Si se la mide en términos del valor de los activos del conjunto de entidades (una de las comparaciones más utilizadas) las ganancias mensuales cayeron al 2,8% anualizado, un punto porcentual menos que en septiembre.

En tanto, la rentabilidad medida en función del patrimonio total del sistema (otro de los termómetros) se mantuvo cercana al 30%, en línea con la del año pasado.

"Los bancos no han reducido las tasas de sus préstamos pese a la caída de la tasa Badlar", afirman desde Balanz, al tiempo que añaden que sólo se observó una leve baja en la de los préstamos personales.

El afán de tratar de incentivar los márgenes financieros es aquello que impulsa a los ejecutivos de las entidades a focalizarse en la colocación de nuevos préstamos, lo que se vio reflejado en el aumento de los saldos financiados.

Según los últimos datos del BCRA correspondientes a noviembre:

- Los créditos personales aumentaron un 34% a lo largo del año.

- Las tasas aplicadas por las entidades rondaron el 40%.

- El financiamiento registró una variación interanual cercana al 30%.

- Las tasas cobradas por uso de tarjetas se incrementaron fuerte y pasaron a situarse por encima del 46% en promedio.

¿Qué explicación dan de las casas matrices? Que el alza tiene que ver con las disposiciones legales orientadas a fijar topes a las comisiones a las transacciones efectuadas en los comercios.

Por el lado del interés que pagan los bancos por los depósitos (tasas pasivas), también cayeron en noviembre pero en menor proporción.

La Badlar promedió el 21% en bancos privados, lo que implicó un descenso de 1 punto porcentual respecto de octubre.

 

En tanto, la tasa para los plazos fijos minoristas a 30 días se redujo a 18,6%, de modo tal que los rendimientos han vuelto a ser negativos en términos reales, al ubicarse por debajo de la inflación.

Así las cosas, se produjo una salidas neta de fondos del sistema. En términos interanuales, crecieron un 24%, cifra que marca un descenso de casi dos puntos porcentuales respecto del mes previo.

Un promedio un tanto "engañoso"
Si bien el promedio ponderado de las tasas de los créditos personales fue del 42% en noviembre, un recorrido por la city porteña muestra que existen enormes diferencias entre lo que cobran los bancos líderes y el resto.

Las entidades que conforman en "top ten" arrancan en el 37% (en el caso del Nación) y van hasta el 47% (Galicia).

En tanto, el Santander y el Macro aplican intereses del 41%.

No obstante, existe un grupo de bancos y compañías financieras con costos que llegan a triplicar a los de ese grupo de referencia.

Entre ellas figura, por ejemplo, la caja de crédito Cuenca y la financiera Montemar: 120% y 105%, respectivamente.

En cuanto al costo financiero total (CFT) -que es el dato más relevante para el cálculo de la cuota-, ronda el 50% en el caso de los "top ten".

Dentro de este grupo, los niveles máximos son los del Galicia y Nación (57%) y los mínimos los del Macro y Provincia (43%).

Por fuera de ese grupo aparecen entidades cuyo costo total supera el 120%, como ocurre con Banco Finansur, Montemar y Cuenca.

Estas notorias diferencias de costos se reflejan en las cuotas que se deben abonar.

En la práctica, quienes eligen tomar un crédito golpeando la puerta equivocada terminan pagando dos veces más que si optan por un banco de primera línea.

A manera de ejemplo, quien solicite $20.000 a 36 meses, abonará unos $1.100 mensuales en las entidades líderes. Si lo pide en las más onerosas, deberá afrontar algo más de $2.200 por mes.

Esta notoria diferencia también se refleja en una de las preguntas que realizan muchos interesados en tomar crédito: cuánto terminará devolviendo al finalizar el préstamo (en términos nominales).

Obviamente aquí también la apertura entre los montos es muy marcada: pasa de los $38.000 en el primer caso a nada menos que casi $80.000 en el otro extremo.