POR GUSTAVO GAMBOA PARA EPOCA

¿Qué hacer con la abundante madera correntina? La pregunta formulada tantas veces, en muchas ocasiones no encontró respuestas. Pero, al parecer, el interrogante de a poco logra una contestación satisfactoria. Ayer dos proyectos fueron presentados y analizados en Casa de Gobierno. El primero prevé una papelera con una multimillonaria inversión. El segundo busca la utilización de esta materia prima para la construcción de viviendas.
Argentina tiene 1,2 millones de hectáreas forestadas. De ese total, el 85% se encuentra en la Mesopotamia y el Delta y, puntualmente, Corrientes cuenta con unas 500 mil hectáreas aproximadamente.
Es decir, en una rápida cuenta, se puede apuntar que uno de cada tres árboles de la masa de bosques cultivados en el país se halla en suelo del Taragüí.
De acuerdo a un cálculo ligero, en Corrientes se podrían obtener unas 12 millones de toneladas por año. Lo negativo es que en la provincia sólo se consumen entre tres millones y medio y cuatro millones de toneladas. Es decir, de cada tres árboles implantados listos para ser industrializados, sólo se corta uno. La razón: no hay fábrica para la transformación de los otros dos. Además, de ese total de producción anual, sólo un 60% se industrializa dentro del suelo correntino. El resto se comercializa a provincias limítrofes como materia prima sin valor agregado; es decir, como rollizo.
Durante años se buscó zanjar ese déficit industrial. Y todo hace prever que la larga espera llegará a su fin.

Papelera
Ayer por la mañana, los referentes del proyecto que prevé la construcción de una papelera en el Noreste de Corrientes se reunieron con funcionarios correntinos. Al encuentro se sumaron los representantes de la Consultora Pöyry, de Finlandia, quienes expusieron el estudio de factibilidad para la inversión de una fábrica de papeles marrones sin blanquear de alta tecnología.
El lugar para la papelera todavía no está definido específicamente (hay cuatro predios en estudio) pero se prevé que estará ubicado entre Ituzaingó y Villa Olivari, en el vértice de los dos polos de producción forestal más importante en suelo correntino: Gobernador Virasoro y Santa Rosa.
La idea es construir una planta que logre unas 350 mil toneladas de papeles marrones por año que utilice como materia prima al pino, principal producción forestal correntina. Para su construcción se estima una inversión de 700 millones de dólares.

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Para abastecer a la papelera se necesitarían 1.750.000 toneladas de madera. Traducido significarían unos 71.500 camiones por año (la planta trabajaría las 24 horas durante 350 días, los restantes se los utiliza para mantenimiento de los equipos); es decir, unos 200 camiones por día. La fábrica generaría trabajo para unas 5.500 personas, entre puestos directos e indirectos. Además, sería autosustentable energéticamente.
La papelera consumiría madera fina por lo que no competiría con los aserraderos a la hora del abastecimiento de materia prima. “Por lo expuesto, utilizaría residuos forestales, cortes de raleo y no madera aserrable”, comentó Alfredo Vara, subsecretario de Industria de la Provincia.

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“Se tratará de la fábrica de celulosa kraft sin blanquear más grande de Argentina”, comentó Fernando Correa, uno de los referentes de la más importante consultora de este sector industrial a nivel mundial, ante la requisitoria periodística de época.
“Un punto muy importante es que el modelo de la fábrica prevé una muy fuerte participación de los actores locales, incluidos los pequeños y medianos forestadores”, comentó Vara.

Viviendas
El otro proyecto presentado en Casa de Gobierno fue el de “Casas de Madera Correntina”. La exposición estuvo encabezada por expertos chilenos que contaron su experiencia desde el Instituto Forestal del país transandino.

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Altos estándares

Al hablar de papelera, los argentinos rápidamente recuerdan el conflicto desatado con Uruguay por la instalación de la pastera BOTNIA (que luego fuera adquirida por la también finlandesa UPM) en Fray Bentos, en el vecino país, frente a la entrerriana localidad de Gualeguaychú.
¿Cómo evitar un nuevo conflicto ambiental? Es la pregunta planteada por industriales y funcionarios correntinos.
“De las alternativas de celulosa, ésta (por la papelera que se desea construir en Ituzaingó) no utilizará químico para blanqueo, ni procesará a tan alta temperatura y presión, y será más eficiente desde el punto energético y de consumo de la madera”, comentó Fernando Correa, consultor de Pöyry.
Otro aspecto que el experto destacó es que la futura industria poseerá estándares internacionales. “Sin duda será referente en cuanto a su nivel tecnológico”, apuntó Correa.

Para los funcionarios correntinos se trata de un proyecto considerado de vital importancia para la provincia ya que implica no sólo promover el agregado de valor de la madera, sino también formar profesionales y generar mano de obra calificada.