Hay tensión hacia adentro del Ejecutivo Nacional con lo que ha ocurrido en la búsqueda y recaptura de los Lanatta y Víctor Schillaci. El diario La Nación, tan cercano al PRO, informa:

"(...) la ministra de Seguridad voló ayer por la tarde (domingo 10/01) para una reunión con el propio Presidente, que mientras se repone de una fisura en una costilla quiso conocer de primera mano las novedades sobre el caso que conmueve al poder. No trascendieron mayores detalles del encuentro, más allá del título de "informativo" con el que la describieron voceros del Gobierno.

Entretanto, la gobernadora María Eugenia Vidal deslindó responsabilidades en funcionarios del gobierno de Santa Fe, que según sus funcionarios "le avisaron de que sólo Martín Lanatta estaba detenido minutos antes de bajar" del helicóptero que los trajo desde Buenos Aires, el sábado al mediodía. Desde el gobierno socialista de Santa Fe negaron esa versión.

El gobierno de Miguel Lifschitz sostiene que el operativo siempre lo comandó el Ministerio de Seguridad de la Nación y ratificó que no les dieron la orden de correrse de la búsqueda de los prófugos ni pidieron la separación de jefes o el personal de la fuerza provincial. (...)".

Sin duda que tanto Cristian Lanatta como Schillaci serán detenidos en las próximas horas (quizá hoy lunes 11/01), pero el problema hacia adelante es evidente en un tema que resulta tan clave para la popularidad del presidente Mauricio Macri como la cuestión de la inflación.

Rosendo Fraga, tan influyente en sus análisis de coyuntura política, recordó horas atrás:

"(...) Los sondeos muestran, desde hace años, que la inseguridad y el narcotráfico son la primera demanda de la sociedad. El primer mes de Macri ha reforzado esta prioridad, que ha pasado a ser una medida de su gobernabilidad. (...)".

¿Y qué hará Macri, cuando es evidente que tiene una crisis de recursos humanos, por ejemplo, en esas cuestiones?

La reacción inicial no se refiere a introducir cambios, que hoy día lo desgastarían mucho más. En verdad, Macri tendría que reforzar la apoyatura política de sus propuestas en Seguridad y abrir el abanico para incorporar otras ideas.

Al respecto, la propuesta de los diputados nacionales por el Frente Renovador, Graciela Camaño y Alejandro Grandinetti, es oportuna y no desmerece a la Administración Macri: constituir hoy día una comisión bicameral de seguridad, con intercambio de información con el Ministerio de Seguridad le daría una cobertura diferente a los problemas posibles.

Además, le permitiría a Macri asumir el liderazgo en una cuestión central: establecer una política de Estado en materia de seguridad. Es evidente que el tema es tan importante que no sería bueno que cada Administración tenga un enfoque diferente porque la opinión pública ya hizo conocer su veredicto: tiene un problema que le urge que lo resuelvan sus representantes.

No es momento de reproches entre el oficialismo y la oposición. Sí de establecer formas de colaboración que le brinden a la población algunas respuestas. Compartir responsabilidades aliviaría a los de Macri, en una situación que explicó bien el periodista Carlos Pagni:

"Si no fuera por el papelón de la falsa captura de Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, Mauricio Macri podría haber festejado durante el fin de semana tres grandes noticias: el apresamiento de Martín Lanatta, vivo; el acuerdo presupuestario entre María Eugenia Vidal y los intendentes bonaerenses, que terminará de sellarse hoy, y la comida de Sergio Massa con Juan Manuel Urtubey y Diego Bossio, que anticipa la fractura de los bloques parlamentarios del Frente para la Victoria. Vistas desde el ángulo de Cristina Kirchner, esas novedades son tres grandes nubarrones. (...)".

En este contexto, es correcto el planteo de Camaño ante Emilio Monzó, titular de la Cámara baja: que "se constituya la Comisión Bicameral de Seguridad y que los funcionarios del área vengan a dar explicaciones al Congreso" dado que la situación "amerita que todos los poderes de la Nación estén en funciones".

Y también es verdad que "algunos funcionarios muestran más preocupación por darles una primicia a los medios que por darle una respuesta a la sociedad".

Por lo tanto, no debería desaprovechar la oportunidad la gente de Cambiemos, y hasta permitirle a la oposición presidir la comisión, porque les ayudaría, ante cualquier crisis, a amortiguar el costo político, que es el tema que preocupa a Macri al convocar a Bullrich, muy disgustado por cierto.