La Carrera tuvo inicio desde la pintoresca Juan Pujol hasta el parque acuático termal Monte Caseros, transitando no solo los caminos típicos de la zona con ripio y arena, sino también senderos en montes y quintas, campos con pasto y el famoso cruce del arroyo Timboy; haciendo del recorrido entretenido y por momentos técnico.
Un desayuno con facturas esperaba desde temprano a los competidores en la Municipalidad de Juan Pujol ( lugar de largada para los 70 km) y en la finca de Doña Gregoria de Rosbaco, colonia San francisco, ( lugar de largada para los 35 km). Los 233 participantes provenientes de distintos puntos del país (chaco, Corrientes, Entre Ríos, Bs As, etc), además de los países vecinos Brasil y Uruguay, se animaron a desafiar el terreno que no es nada fácil y en ésta oportunidad se sumó el viento en contra como condimento extra para que se vuelva aún más emocionante.
Lo inédito del recorrido fue encontrar músicos en el camino, un guitarrista a la vera del arroyo Timboy que hizo fácil cruzar este curso de agua que llegaba a la rodilla y obliga a levantar las bicis y un acordeonista tocando un estimulante chamamé sentado en un banquito al ingresar al monte.
Además los participantes contaron con puestos de agua y frutas a lo largo del trayecto, la mayoría atendidos por los dueños de los campos que no solo dan el permiso de cruzar por ellos, sino que también aportan su granito de arena hidratando y alentando a los corredores.
Los ciclistas nunca se encuentran solos ya que el grupo Enduro de Monte caseros año tras año se hace presente con sus motos para acompañar, guiar y asistir en el caso de ser necesario.
En la llegada una reponedora ensalada de frutas y la medalla de TIMBOY colocada por promotoras; que te dicen “ LO LOGRASTE” y sólo vos conoces el esfuerzo realizado.
Luego de finalizada la competencia que duró para algunos 2.30hs y otros 5.00hs se trasladaron al salón del club Progreso para saborear un apetitoso asado con cuero y reponer fuerzas.
Durante el almuerzo la animación estuvo a cargo del ballet Flor de Ceibo y el grupo Danza Fusión de Monte Caseros.
Luego se realizó la entrega de trofeos artesanales realizados por el artista local Matías Astarloa, con elementos de bicis viejas reutilizadas.
Para el cierre un brindis con todos los participantes, coronando así el éxito de una jornada llena de deporte, amistad y camaradería.