Sociedad
La rara tribu que dedica su vida a viajar gratis

La rara tribu que dedica su vida a viajar gratis
19/11/2015 |

Son una cofradía casi secreta. Fuerzan al extremo los reglamentos de las aerolíneas y utilizan recursos informáticos para encontrar sus puntos débiles. Y así logran recorrer el mundo por nada.

 

 

Leo González Pérez
Pasan muchas horas en los aeropuertos, en las salas de espera, pero más probablemente en los cerrados espacios para viajeros de primera clase. El pasajero común podría haber estado junto a uno de ellos en los mostradores de check-in o en las zonas cercanas a las cintas de equipajes. Pero "su" lugar, allí donde se sienten como en casa, es en los aviones. Son parte de una comunidad poco numerosa, semisecreta pero hiperactiva que comparte una irrefrenable afición por un juego, el "Hobby" lo llaman. Son los fanáticos de los programas de fidelización de las aerolíneas. En otras palabras, personas que se dedican, en algunos casos full time, a explotar vericuetos en la compleja trama burocrático-informática de las compañías aéreas con el objetivo de acumular millas y volar todo lo que puedan, gratis o muy barato.

Su mayor orgullo es exhibir una cuenta con millas acumuladas como para llegar a la Luna sin tener que pagar. Y entre sus "hazañas" pueden contarse la de dar la vuelta al mundo en una butaca de súperlujo por unos pocos cientos de dólares o viajar directamente gratis.

¿Y cómo lo hacen? Encuentran múltiples modos. Se dedican con pasión al asunto y fuerzan al extremo los reglamentos de las aerolíneas. Y en algunos casos directamente deciden ignorar códigos civiles y penales.

Ben Schlappig, experto en viajar aprovechando programas de puntos.

Cuando Ben Schlappig, uno de los más conocidos de ellos, decidió en los últimos meses exponerse a los grabadores de algunos periodistas, las estrategias de los adeptos al "Hobby" salieron a la luz.

Leé también: Juntar millas de vuelo: estrategia y paciencia

Al parecer, el manual no escrito del buen "hobbista" indica que al juego no se entra gratis. Existe la necesidad de una inversión inicial. Hay al menos un primer pasaje que pagar. Los jugadores tienen claro que para ganar habrá que invertir tiempo y esfuerzo, además de algún dinero. Los que más saben dicen que estudiar la letra chica de los programas de viajeros de las aerolíneas, conocer su funcionamiento al dedillo y hallar grietas que explotar puede llevar años.

Volar. La obsesión de los que forman parte del "Hobby".

Lo primero que hacen los hobbistas es elegir el programa de pasajeros frecuentes de una aerolínea al que se afiliarán. En él concentrarán toda su energía.

Carné de viajero en mano, es hora de comenzar a sumar millas, entonces completan a repetición formularios de solicitud de tarjetas de crédito. Buscan tener todas las que otorguen millaje. Tener treinta plásticos no es una exageración para los miembros más duros del Hobby. Lo que sigue es exprimirse el cerebro buscando modos de usar las tarjetas para sumar millas sin gastar o haciéndolo del modo más ventajoso. En una nota publicada semanas atrás por la revista Rolling Stone, se describe uno de esos trucos, posible en los Estados Unidos: comprar con la tarjeta de crédito monedas de curso legal. Las monedas se usan para pagar el resumen de la tarjeta y su titular se queda con las millas que produjo la operación.

A la vez, ser un hobbista de primera línea en la actualidad requiere conocimientos de informática. Necesarios, por ejemplo, para diseñar softwares que detecten al instante precios ridículamente bajos que las aerolíneas publiquen por error. Y si se trata de una ganga probablemente se la aprovechará, no importa el destino del vuelo. Los del Hobby no suelen tener como meta visitar algún destino: su objetivo en muchos casos es simplemente estar en un avión por poco o ningún dinero, la gracia está en ganarle a la aerolínea.

Los conocimientos en computación también se usan para diseñar algoritmos que indiquen qué vuelo podría estar siendo sobrevendido. Una vez que tiene ese dato, el hobbista comprará un pasaje para ese avión y se dirigirá al aeropuerto. ¿Con qué objetivo? Ofrecerse como "voluntario" para renunciar a su derecho a viajar y quedarse con las millas y el cheque que la aerolínea le dará como compensación.