En Corrientes
El Niño volverá a hacerse sentir
La provincia, abrazada por dos ríos y surcada por esteros y lagunas, no podrá evitar las inundaciones. Sin embargo, existen acciones que pueden atenuar las consecuencias. Desde el Gobierno instan a conformar comités de emergencia, que sólo tienen 20 de 70 municipios. Prepararse para salir antes que llegue el agua parece ser la clave. Las experiencias del 1983 y el 1998 aún permanecen frescas. ¿Habremos aprendido alguna lección?
El peor del siglo. Así fue calificado el fenómeno de El Niño en 1998. Ya en 1983, la anomalía climática llamada El Niño dejó en todo el mundo un saldo de 2.000 muertos y pérdidas económicas por 13 mil millones de dólares. Su regreso, entre el ‘97 y el ‘98, se hizo sentir con fuerza, en especial en Latinoamérica. En nuestro país, todo el Litoral estuvo castigado, incluso se evacuaron pueblos enteros.
En este contexto, las localidades del Sur correntino se vieron arrasadas, en especial Goya. Campos, cultivos, vacas, casas, nada se salvó y la reconstrucción posterior demoró años.
Ahora los pronósticos no se comunican en términos catastróficos. En parte por no alarmar pero, sobre todo, porque no son precisos. Los diferentes especialistas que comunicaron sus análisis hasta ahora sólo coincidieron en que el fenómeno no tardará en aparecer, y en que las proyecciones serán más certeras a medida que se acerque el momento.
Según estimaron, las lluvias comenzarán desde fines de septiembre. Las crecientes llegarán hacia fin de año y podrían extenderse hasta Semana Santa del año próximo.
Mientras en Centroamérica se preparan para las altas temperaturas, Perú anunció esta semana que suspende su participación en el Rally Dakar, con la finalidad de destinar todos los recursos nacionales a la emergencia que traerá El Niño.
Entre tanto, en Corrientes, autoridades de Defensa Civil apuran a los municipios a prepararse: la limpieza de los desagües y la conformación de los comités de emergencias serán cruciales, para que cuando comience a llegar el agua, no sea tarde.
Niño chico o grande
“Está previsto que el fenómeno comience con lluvias al Sur de Brasil, Paraguay y Norte de Argentina, principalmente en la Mesopotamia”, explicó a época Eulogio Márquez, director de Defensa Civil de la provincia.
En un entrevista con este medio, el funcionario reconoció que los meteorólogos difieren en sus pronósticos respecto a la intensidad con que ocurrirá. “Algunos pronostican que será el más fuerte de los últimos 50 años. Otros -con los cuales Márquez coincide- determinan que serán lluvias de entre 2 mil y 2.500 milímetros en tres meses”, indicó.
Las experiencias anteriores de crecientes en la provincia no proporcionan un antecedente benigno. Las grandes inundaciones de 1905, 1966, 1983 y en especial la de 1998, persisten aún frescas en la memoria de quienes la padecieron. “La gran diferencia es que entonces cayeron de golpe 600 milímetros. Ahora se espera que las lluvias sean espaciadas a lo largo de los tres meses”, apuntó. No obstante, advirtió como factor contraproducente que “ya las cuencas correntinas están muy cargadas de agua”.
“Van a desbordar los ríos y va a ser grande. Pero si bien la gente tiene que estar en alerta, no tiene que estar en alarma. Por eso la importancia de prevenir lo más posible”, remarcó.
Así es que desde la provincia preparan un sistema de comunicación para actualizar los datos de lluvias diariamente, y además instan a los municipios a conformar cuanto antes sus comités de emergencia. Capacitar a los integrantes de cada comité y anunciar con anticipación qué tiene que hacer la población ante el evento serán cruciales para minimizar el impacto.
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Mapa hidrológico
En base a la experiencia de fenómenos ocurridos durante los últimos seis años se elaboró un mapa que permite prever qué localidades y regiones son las más vulnerables ante la llegada de este nuevo fenómeno.
“Corrientes es agua. Las poblaciones que no están a la vera de algún río lo están en zona de lagunas”, advirtió Márquez.
No obstante, serán algunas localidades del Norte y, en especial, las del Sur provincial las que tengan las peores repercusiones.
“En el Norte, San Luis del Palmar por el Riachuelo, General Paz por el anegamiento, Paso de la Patria e Itatí en algunos barrios, son las que sentirán más los efectos”, explicó.
Pero lo peor será al Sur. “En el departamento de Curuzú Cuatiá y Esquina confluyen y descargan todo el agua del río Corriente. En Esquina, los parajes Malvinas Norte y Sur, y Perugorría en el departamento de Curuzú, además de Goya, volverán a verse inevitablemente acorraladas por el agua.
El Iberá no se inunda, precisamente porque el agua escurre hacia abajo.
También la costa del Uruguay tendrá complicaciones. “Las lluvias más fuertes se prevén en Rio Grande do Sul, entonces crecerá más esa cuenca”, explicó. En ese sentido, la página de la represa Foz de Chapecó es un indicador que permite entender que ya comenzaron los preparativos en esa región. “Están bajando el nivel de la represa, así que posiblemente ya estén esperando las lluvias”, sostuvo.
Pero, además de los temporales y el aumento del nivel de las aguas, hay otras localidades que también son vulnerables a tornados. “Se han ido repitiendo a lo largo de los años en un corredor (que atraviesa de Este a Oeste, la mitad de la provincia).
El único fuera del corredor que hemos tenido en 16 años fue uno en Pueblo Libertador y otro el año pasado en Ituzaingó”, recordó el titular de Defensa Civil.
Bella Vista, San Roque, Santa Rosa, Tabaí, Tatacuá, Concepción, Santo Tomé, La Cruz y Alvear son los lugares por donde acostumbran “transitar” los tornados.
Puentes y rutas
No hubo creciente que no se llevara por delante alguna infraestructura vial, o que al menos haya conseguido cortar el tránsito sobre alguna ruta o camino.
Consultado sobre las previsiones que podrían encararse en materia de infraestructura, Márquez hizo un repaso de los puntos más vulnerables en el territorio provincial.
“En el ‘98, sobre el arroyo Batel (Chavarría), habían tres puentecitos chicos. Ahora hay un puente grande que permite que escurra el agua. Esa fue una gran solución”, recordó.
Pero, como contraparte, advirtió que sobre el arroyo Santa María (entre Itá Ibaté e Ituzaingó), existe un puente que ya se cayó una vez. Y que todavía “se mueve”.
En el límite entre Saladas y Concepción, sobre el paso Naranjito, también existe un puente que en una ocasión “se corrió 10 centímetros de su lugar, por la fuerza con que empujó el camalotal. Ahora lo están arreglando, esperemos que lleguen a tiempo”, apuntó.
Por el contrario, el puente en el acceso a Concepción ya está terminado. “Es una solución, porque ese puente se iba a caer”, alertó.
Otra obra que se terminó es la alcantarilla en San Carlos, que se había roto e inundado a todo el pueblo. “Ya está arreglada, pero está previsto abrir un canal paralelo por las dudas”, sostuvo.
La Ruta 94 es una que se corta por el paso del agua en cada creciente. “Se puso un puente Bailey más alto, pero si crece mucho se va a cortar”, evaluó.
El del arroyo Barrancas es otro punto vulnerable, y los pasos y caminos cercanos también. “Para la Ruta 126 se hicieron todas las gestiones de modo de construir un puente con anterioridad. Pero la Nación desvió los fondos a Entre Ríos”, recordó. Mientras tanto, desde hace 10 días comenzaron a reforzar la estructura existente con piedras.
Incluso la autovía en Ruta 14 podrá estar vulnerable al avance de las aguas. “Si llueve muchísimo el canal del medio se satura. Aunque no quedaría intransitable, si eso ocurre habrá que circular con mucha precaución”, recordó.
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¿Escuelas o carpas?
Las lluvias y la creciente llegarán en pleno curso del año escolar. Si los pronósticos se cumplen, en casi todas las localidades correntinas habrá evacuados. ¿Qué pasará entonces con las clases si las familias afectadas son guarecidas en las escuelas?
Para Eulogio Márquez lo ideal será preparar los centros de evacuación en edificios municipales, como los centros integradores comunitarios, o en carpas.
“El daño de ocupar escuelas es muy grande. Sea donde sea el centro de evacuados tendrá salud, policía y toda la asistencia. Pero será mucho mejor si se organiza en otro lugar”, opinó. Según su visión, la pérdida es doble: “Las escuelas se dañan y los chicos pierden clases”. indicó. “Para arreglar una escuela que sirvió de centro de refugiados el año pasado, sólo en un establecimiento, se necesitaron 5 millones de pesos”, apuntó.
Aunque lo preferible es que las familias puedan organizarse con tiempo de antelación para poder trasladarse a casa de parientes. “Así se evita el hacinamiento y todos están mejor”, explicó.
Año electoral
Las inundaciones de Buenos Aires se dieron justo días antes de las PASO, instalándose como un tema de agenda en plena contienda política. Decenas de veces también se ha visto en emergencias entrelazar la ayuda y asistencia, con el asistencialismo político. ¿Será el caso de esta creciente, a pocos meses de las elecciones presidenciales?
“Gracias a Dios, no”, opinó contundente Eulogio Márquez. “Porque las inundaciones van a llegar después de las elecciones.
Comités de emergencia
¿Qué pueden hacer los municipios por anticiparse? Según el director de Defensa Civil pueden hacer, “y mucho”.
En principio, el requerimiento apunta a conformar sus comités de emergencia. Un organismo que integran representantes de las fuerzas vivas, tanto como autoridades municipales, vecinos y concejales. Cada miembro tiene tareas específicas asignadas: mientras algunos se encargan de evacuar a las familias, otros organizan los centros de contención de evacuados, de la comida, de la asistencia sanitaria, de la seguridad y otros aspectos similares.
“Sólo 20 de los 73 municipios tienen sus juntas o comités de emergencia conformadas. Es crucial tener los equipos organizados y referentes de cada área con quien comunicarse”, explicó.
Algunas de las comunas que ya avanzaron con esta gestión durante la semana fueron San Luis del Palmar y 9 de Julio.
Luego, las autoridades de Defensa Civil planean visitar cada localidad para ofrecer capacitaciones, instructivos y elementos de seguridad para quienes lo necesiten.
Además, la limpieza de los desagües con anticipación será lo principal para permitir el escurrimiento del agua. Mientras, la provincia prepara su plan Operativo, de Emergencia y de Contingencia.
Entre las principales recomendaciones para las familias Márquez apuntó “preparar con anticipación mudas de ropa, un avío, los documentos de cada integrante de sus bienes y principalmente el carnet de vacunación de los chicos. Además de informar siempre cuando hay pacientes diabéticos o con otras enfermedades entre los miembros de la familia”, remarcó.
No obstante, en lo que refiere a la naturaleza, “el agua busca su curso. Uno puede hacer un dique para contenerla, que buscará igual el modo de encontrar el cauce. Si en una casa pierde una cañería podrá horadar hasta los cimientos, gota a gota. Lo que está en nuestras manos es organizarse para atenuar el impacto”, explicó Márquez.
“Lo que podemos modificar es la vulnerabilidad que tendremos ante eso. Organizarse es crucial”, aseguró.
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Números
Durante las inundaciones de 1998, la provincia tuvo cerca de 15 mil evacuados, aunque se asistió a unos 215 mil afectados.
En esa oportunidad, se rompió la represa de El Oscuro, cerca de Perugorría.
Hubo víctimas fatales de ese evento.
Ahora, esa represa está reformada para que no vuelva a ocurrir. Para salvarse, hubo familias rurales viviendo en los techos por casi tres semanas.
En este pasado mes de enero, los evacuados en la provincia fueron 7.800. No hubo que lamentar ninguna víctima.
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Márquez: “Hay municipios que son ejemplos a seguir”
En base a las experiencias de asistencia y contención en inundaciones anteriores, el Director de Defensa Civil señaló al menos tres casos de gestión para destacar positivamente. En el que Márquez hizo especial hincapié fue en Perugorría, donde en las inundaciones del mes de enero hubo unos 300 evacuados, aunque los damnificados fueron más de mil.
La organización previa permitió que la mayor parte de las familias buscaran refugiarse en casas de parientes.
“La Intendente entendió desde el principio la importancia de no profundizar las diferencias políticas. Colaboraron todos y eso fue en beneficio de la gente”, sostuvo Márquez.
Otra de las medidas que resaltó fue la de destinar el CIC para depositar allí los bienes de las familias al evacuar. “Se precintó lo que correspondía a cada grupo familiar. Y se puso custodia policial en el lugar. Así se evitaron los robos y también que los damnificados se resistieran a abandonar sus casas por miedo a perder sus pertenencias”, explicó.
Otro Municipio destacado fue el de Garruchos. “Aunque es una población chiquita tomaron una decisión muy acertada, la cota de inundación tenía 14 metros. Desde que asumió el Intendente se comenzó a trasladar a la población. Hoy para inundarse el agua debería llegar a los 24 metros”, apuntó.
Para Márquez también es ejemplar la actitud del intendente de Esquina, Humberto Bianchi. “Hace cosas que muy pocos hacen. En las últimas lluvias se instaló con carpas en medio del monte durante todo enero. Cuando la zona se inundó quedaron aislados. Desde allí trabajó con su equipo repartiendo víveres, preparando comida caliente y asistiendo él mismo como médico. Sólo podían salir de allí en canoa. Cuando nosotros llegamos con la asistencia lo pudimos hacer en helicóptero y ellos llevaban ahí varias semanas”, destacó.