Política
Cristina reinventó la 3ra. Guerra Mundial

Cristina reinventó la 3ra. Guerra Mundial
27/08/2015 |

Todavía no se conoce el título de licenciada en Abogacía de Cristina Elisabeth Fernández de Kirchner, pero ya tiene, aparentemente, el título de economista... o al menos eso pretende cuando, en un acto de ignorancia importante, dijo que "todos los fundamentals" de la macroeconomía argentina se encuentran correctamente alineados. Urgente24 Radio recurrió a un economista de verdad, Enrique Szewach:

Increíble pero real N°1: Cristina no hizo cadena nacional de radio y TV en su presentación ante la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Increíble pero real N°2: Ella dijo que si los medios de comunicación no reflejaban correctamente sus palabras, Axel Kicillof debía pagar solicitadas en todos los medios para informarlo.

Increíble pero real N°3: Cristina reiteró su teoría de que la 2da. Guerra Mundial no tenía por detrás el anhelo pangermánico de Adolf Hitler sino una disputa geopolítica entre naciones, y ella explicó que eso está ocurriendo nuevamente: un conflicto por la superioridad económica. O sea un capitalismo de banderas, difícil de explicar cuando los intereses se encuentran tan vinculados que Wall Street va al rescate de la Bolsa de Shanghai, no porque le importe la economía china sino por los fondos de inversión estadounidenses que sufren pérdidas si continúa el deterioro en las cotizaciones asiáticas.

Pero Cristina es 'todóloga', y aquí va un poco de su percepción:

"(...) nos decían todos los años, a partir del año 2008 y principalmente a partir de lo que fue la profundización de la crisis en el 2009, que la crisis se había terminado y, sin embargo, vemos que la crisis resurge cada vez como un Ave Fénix y se va extendiendo como una mancha de aceite en todo el mundo, porque comenzó en Wall Street, pasó a Europa y hoy se encuentra en los países emergentes.

(...) Los mercados siempre están manejados por la política y hay, en la actualidad, una verdadera – como dice otro argentino mucho más ilustre e importante, infinitamente más importante que yo, hoy estamos frente a una Tercera Guerra Mundial. Esa Tercera Guerra Mundial, hoy, reconoce frentes bélicos y también reconoce frentes económicos, porque en definitiva qué es una guerra, sino el intento siempre de subordinación de los unos sobre los otros y de hegemonías de unos mercados sobre los otros mercados. El que entienda que la Primera o la Segunda Guerra Mundial se debieron a acontecimientos como la muerte del archiduque de Sarajevo, o el avance en Polonia, por parte del nazismo, no entiende que en realidad lo que había era una fuerte competencia por qué modelos y por qué mercados se imponían los unos sobre los otros. (...)

Y la verdad que venimos en un momento de crisis, que no son de las últimas dos semanas – Adelmo – el mundo viene en crisis, desde el año 2008 y no ha podido recuperarse y esto no tiene que ver, fundamentalmente, con la actividad económica. Esto tiene que ver con lo que están haciendo los mercados financieros, que finalmente terminan impactando en la actividad económica, en los niveles de empleo y actividad. (...)

Acá también hay una guerra de moneda, de devaluación. Ahí vemos los distintos niveles de devaluación, en donde la devaluación más importante fue la de Rusia, con una pérdida de reservas de más de 150.000 millones de dólares, debido fundamentalmente al ataque especulativo, que sufrió la Bolsa rusa y también por qué no decirlo, sus principales commodities: gas y petróleo con la caída vertical de los precios han provocado también está situación. Porque estamos también ante situaciones de geopolítica, muy sutiles pero no por eso menos existentes.

(...) Por eso, cuando uno por ahí siente que algunos creen que el tema devaluatorio se soluciona con un tema de competitividad cambiaria hay que hacerles entender – por ejemplo – nosotros crecimos en volumen de exportaciones, pero cayeron los precios. Y nuestros principales socios: Chile, el Mercosur, China, que son los que nos compran también nos compran menos. Entonces es muy difícil que solamente por una cuestión competitiva podamos mejorar la economía, al contrario podemos terminar de barrer y destruir el único dique de defensa que nos queda con las crisis para que nos la trasladen, que es sostener el mercado interno. Porque precisamente lo que nos ha permitido sortear las crisis internacionales es la fortaleza de nuestro mercado interno.