Política
Versión del pacto K-UCR para 'enjuagar pecados' (empujón compartido al juez Cabral)

Versión del pacto K-UCR para 'enjuagar pecados' (empujón compartido al juez Cabral)
01/07/2015 |

Sostienen que el radicalismo tenía motivos para negociar con el Gobierno la salida del juez Luis Cabral de la Cámara de Casación Penal. Allí se iba a tratar la absolución de los acusados en el juicio por las coimas en el Senado. La visita de De la Rúa a Tribunales y el rol de Gil Lavedra, son 2 datos clave para la sospecha, manifestada también por Jorge Rizzo: "la peor de todas las corporaciones: la política, una vez más estaría estrechándose las manos para enjuagar sus pecados".

 Tarde se juntó el presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, con el juez Luis Cabral, para expresarle un tardío respaldo del partido, que protege a Ángel Rozas, de viaje en Nueva York con Héctor Timerman mientras el Gobierno copaba Casación, y a Gustavo Valdés por su faltazo a la Magistratura un día clave.

Pero la duda crece aún más porque la UCR tenía sus motivos para contribuir al desplazamiento del juez de la Cámara de Casación Penal. Es allí donde se tratarán los pedidos de revisión del fallo que absolvió a los acusados en el juicio por las coimas en el Senado, durante la recordada sanción de la reforma laboral de la Alianza.

Según sostiene el sitio 'La Política Online', parece que Cabral no era de la mayor confianza de Ricardo Gil Lavedra, operador radical en la justicia y en el Consejo de la Magistratura, donde suele entenderse con el camporista secretario de Justicia, Julián Álvarez, con quien resolvería cuestiones de jueces y empleados del poder judicial que el radicalismo atesora.

El viernes el sitio 'INfojus Noticias' contó como, a sólo un día de la remoción de Cabral por parte del Consejo de la Magistratura, Fernando de la Rúa se acercó a Comodoro Py junto a sus abogados Valeria Corbacho y Jorge Kirszenbaum, ex presidente de la DAIA, para pedir que se mantuviera su absolución y la Sala 1 de la Cámara de Casación, ante la forzada ausencia de Cabral, suspendió la audiencia prevista para el mediodía y recibió el escrito de De la Rúa y también el de la fiscal del juicio Sabrina Namer y la Oficina Anticorrupción, quienes pidieron reabrir la causa porque el Tribunal desechó "cientos de indicios graves, precisos y concordantes de gran trascendencia política y social", un argumento compartido por la fiscal de Casación De Luca.

En el radicalismo sospechaban que Cabral se inclinaba por darle la razón a los apelantes y podía dejar sin efecto las absoluciones.

El Tribunal Oral 3, integrado por Miguel Pons, Fernando Ramírez y Guillermo Gordo, absolvió en diciembre de 2013 a De la Rúa, al ex titular de la SIDE, Fernando de Santibañes; al ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique y a los ex senadores nacionales Augusto Alasino, Alberto Tell, Remo Costanzo, Ricardo Branda y al el secretario legislativo Mario Luis Pontaquarto, recordado por haber confesado que llevó el dinero para pagarle a los senadores.

Sucedió ahora, que la ausencia de los consejeros Rozas y el diputado Gustavo Valdés de la sesión del jueves facilitaron la remoción de Cabral y la poca reacción del partido fue llamativa:

- Rozas viajó invitado por el kirchnerismo a la ONU, junto al canciller Héctor Timerman y Daniel Filmus, a una de las tantas sesiones para reclamar por Malvinas, justo cuando se decidía la suerte de un juez clave de un tribunal clave.

- Valdéz, peor aún, tomó el vuelo sobre el momento, dijo que se retrasó el mismo y luego pidió que investigue si no había sido parte de un complot de Aerolíneas Argentinas.

Elisa Carrió los acusó de cómplices y logró la reaparición de Ernesto Sanz. La diputada incluyó además, como responsables de la caída de Cabral, además del Gobierno, y los radicales, al presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Recién en ese momento Sanz salió de su sugestivo silencio para anunciar que estará en la marcha del 7 de julio. Pero lo hizo cuando ya estaba todo decidido y prometió dar una pelea que pasó, sospechosamente, por alto cuando debía.

Ahora el juez Claudio Vázquez, cercano al kirchnerismo, cubrirá la vacante de Cabral y definirá si reabre la causa por las coimas del Senado.

Será el primer favor que deberá pagar, pero el más importante será declarar la legalidad plena del memorandum con Irán.

La Asociación de Magistrados ya lo había advertido el jueves cuando denunció intereses políticos en el desplazamiento en cuestión:

"Tras observar que Cabral tenía a su cargo causas de gran trascendencia pública y política como la de las coimas en el Senado, la investigación por Hotesur y el pedido de inconstitucionalidad del memorándum con Irán, la Asociación convocó a la dirigencia política y la del Poder Judicial "a pronunciarse en contra de la maniobra de subordinación que se intenta desde el poder político"."

El sitio 'ADN Ciudad' publicó ayer la sospecha del ex presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y actual de la organización de abogados Gente de Derecho, Jorge Rizzo, quien opinó "algo huele a podrido en el Consejo de la Magistratura y la Corte. Algo huele a podrido en Tribunales".

Rizzo sostuvo: "En una extraña sesión, el Consejo de la Magistratura dejó fuera de la subrogancia en la Cámara de Casación al también consejero de ese cuerpo Luis Cabral. Decimos extraña porque el tema no había sido tratado en la Comisión de Labor, ni tampoco estaba previsto en la orden del día del Consejo; léase, fue introducido casi por la ventana por el bloque K, incluido dentro del bloque su presidente (a quien ya no se le puede llamar aliada, sino un elemento más de dicha unidad política), la jueza Gabriela Vázquez".

Asimismo agregó: "Dentro de las rarezas del plenario estuvo la paradoja de que los consejeros Gustavo Valdez y Ángel Rozas (UCR) no se encontraban en sus asientos; el primero por un oportuno retraso de la partida de su avión y el ex presidente del partido, en misión oficial en representación del Gobierno junto al canciller Héctor Timerman.

De la simple y apresurada lectura de la situación daría la impresión de que la ausencia radical se trató de una mera casualidad y una 'avivada K' para sacar del medio a un supuesto enemigo como Cabral, quien tendría a su estudio entre otros temas el memorándum con Irán y Hotesur. Sin perjuicio de ello, es menester adentrarse en las carpetas del juez, ya que también aparece la olvidada causa de coimas en el Senado, conocida como Banelco, en la que quedan aún involucrados varios de los funcionarios del Gobierno radical que encabezó De la Rúa.

Todo esto hace suponer que podría existir un pacto entre radicales y K con el objetivo de remover a Cabral y suplirlo con un subrogante afín y complaciente con la peor de todas las corporaciones: la política, que una vez más estaría estrechándose las manos para enjuagar sus pecados.(La vinculación K-UCR en Justicia es de larga data; recordemos que dentro de las versiones que circularon este año figuraba la que, de producirse dos vacantes en la Corte, una sería para un representante del Gobierno y la restante para un radical, Mónica Pinto o Ricardo Gil Lavedra, este último gran colaborador de los K en las redacciones del Código Civil, el Procesal Penal y el proyecto del Penal)".

Rizzo señaló finalmente que "es llamativo el apartamiento de Cabral cuando aún suenan los azotes sobre el decano de la Corte, Carlos Fayt. En efecto, en Tribunales es un secreto a voces la especulación sobre la negociación de la silla de jurista por un altísimo miembro, sobre quien hoy también recaen sospechas sobre una supuesta entrega de la cabeza de Cabral en una negociación con el Gobierno".

Y concluyó: "Cabral retirado, Fayt perseguido y la Corte en silencio, no se atrevió a hacer declaraciones ante un pedido de Elisa Carrió para que se expida sobre la persecución a Fayt. Hubo una mera contestación elusiva, ni siquiera firmada por ministros, sino por un secretario, accionar opuesto al de la propia Corte y la dura respuesta cuando el comportamiento impositivo de su presidente y sus hijos era estudiado por AFIP. Algo huele a podrido en el Consejo de la Magistratura y la Corte. Algo huele a podrido en Tribunales".