“El problema se agrava cuando docentes y familia minimizan las actitudes de acoso por parte de los pares, y cuando desde el Estado no hay una política pública específica y sostenida”.
 El acoso escolar, también conocido como bullying, continúa siendo una problemática que preocupa y requiere atención, indicó una encuesta de la Asosiación Civil Ciudades Sin Bullying, la cual detalla que el 39,5% de los estudiantes bonaerenses de entre 13 y 16 años son maltratados en el colegio por sus compañeros.

Según el estudio, este tipo de acoso ocurre por igual tanto en varones como en mujeres. Del total de casos registrados, el "51%" de los afectados por este tipo de acoso son estudiantes varones, y el 49% son alumnas.

La ONG, que se especializa en el tratamiento y lucha contra esta problemática entre los niños, consiguió estas conclusiones gracias a una encuesta realizada a 1.668 jóvenes de colegios secundarios de la provincia de Buenos Aires.

Atenta a los alarmantes datos, la asociación presidida por la psicóloga Guillermina Rizzo propuso crear "un espacio curricular específico para abordar la temática de los vínculos" entre los alumnos, para evitar "los noviazgos violentos en la adolescencia y los casos que terminan con un acta de defunción en la edad adulta".

Desde la ONG también reclamaron "no minimizar las actitudes de acoso" en las escuelas y una "política pública específica y sostenida" para evitar estos conflictos en el aula, con los posibles agravantes que estos conllevan.

Integrantes de la ONG recorren distintas ciudades trabajando sobre la problemática del bullying y durante un año encuestaron 1.668 alumnos de distintas ciudades, de escuelas secundarias del país, exceptuando los cursos que egresan, es decir los que cursan el último año.

La encuesta fue diseñada en la Universidad Politécnica de Madrid (revalidada por Editorial TEA en Argentina). Dicho instrumento indaga la prevalencia del bullying que se manifiesta a través de 8 conductas: hostigamiento, intimidación, amenazas, coacciones, bloqueo social, exclusión social, manipulación social y agresiones; y la prevalencia de daños psicológicos: ansiedad, estrés postraumático, distimia, disminución de la autoestima, flashbacks, somatización, autoimagen negativa y autodesprecio, que se corresponden con las definiciones que el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales DSM-IV.

“El problema se agrava cuando docentes y familia minimizan las actitudes de acoso por parte de los pares, y cuando desde el Estado no hay una política pública específica y sostenida”: en este sentido, mediante dicho estudio se pretende identificar, diagnosticar, prevenir y tratar el Bullying y los daños psicológicos más frecuentemente asociados a estas conductas.