Luna Gorda: La Fiscalía Federal Cerró La Investigación Contra Dos Impu
 Los secuestradores de la nieta del empresario correntino Goitia van a juicio oral

 Los secuestradores de la nieta del empresario correntino Goitia van a juicio oral
27/05/2015 |

Por el rapto de la nieta de Goitia, el  poderoso empresario correntino del juego, hay dos imputados. Flavio ferrini pidió que se eleve la causa a juicio con Fabricio Solari y Liz Martínez como coautores del secuestro extorsivo agravado.


 

El fiscal federal de primera instancia de Corrientes Flavio Ferrini cerró la etapa de investigación contra Fabricio Gastón Solari y Liz Dorothy Martínez, acusados del secuestro extorsivo de J.G., de dos años -nieta de un poderoso empresario del juego de Corrientes que fue retirada del jardín privado “Luna Gorda”- e impulsó el envío del expediente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Corrientes para que allí se fije fecha para el proceso oral y público. Fuentes judiciales informaron que el requerimiento de elevación a juicio, ya está en manos del juez federal Nº 1 de Corrientes, Carlos Soto Dávila, y que en las próximas horas, el documento acusatorio del Ministerio Público Fiscal (MPF) correrá vista a la defensa y a la querella. El actor penal público entendió que se han practicado las diligencias necesarias para la pesquisa del hecho punible y la determinación de sus autores: “Se acreditó que al menos tres personas mediante engaño, privaron ilegítimamente de la libertad a la menor J.G., con el propósito de obtener rescate”. En el pedido de envío a juicio oral se relató que la sustracción de la niña de dos años se llevó a cabo el 4 de junio de 2014, alrededor de las 10.50, cuando Martínez concurrió al jardín maternal “Luna Gorda”. La imputada se presentó como “María” y fue quien retiró a J.G. del establecimiento. Previo a ello, Solari -desde su automóvil Peugeot 408 gris en inmediaciones de Junín y La Rioja de la capital correntina, según el registro de las antenas de celulares- efectúo una llamada telefónica al celular del instituto privado. El acusado se hizo pasar por el padre de la niña. Según entendió el titular del MPF, Raúl Godoy (hoy desvinculado de la causa), “engañado y manipulado por Solari, fue la persona que retuvo y ocultó a la menor en el interior en una vivienda del barrio conocido como Nuevo Pirayuí, domicilio que era utilizado por Solari, siendo su titular la suegra de éste”. Ferrini infirió que quedó establecido además que el propósito de obtener el rescate se materializó con el mensaje de texto y el llamado practicado por Solari a la madre de la menor, exigiéndole la suma de 6 millones de pesos a cambio de la liberación de la niña. En relación a la participación de Martínez, se tomó en cuenta -entre otras pruebas- por un lado, el testimonio de Mirta S. y Daniela Mabel D. Se trata de dos empleadas del jardín que en rueda de reconocimiento sindicaron a Martínez como la mujer a quien le entregaron en sus brazos a la niña. Además en la declaración indagatoria, Martínez reconoció haber tenido contacto con Solari el día del hecho y que concurrió al jardín maternal, oportunidad en que sustrajo a la menor, pero “engañada”, “lo cual resulta inverosímil ya que dijo que su nombre era ‘María’”. Para el representante del Ministerio Público, Fabricio Gastón Solari fue la persona que organizó el secuestro con fines extorsivos, y que para ello el imputado se valió: de la condición de la vulnerabilidad y juventud de Ramón Antonio Godoy, a quien lo engañó con el pago de 100 pesos para que haga de cuidador de la niña; de su relación sentimental con Martínez (reconocida por ambos en sus respectivas declaraciones de descargo); de la situación social y económica de Martínez, a quien le propuso llevar adelante el secuestro con el fin de obtener rescate; de la amistad que su pareja Emilia A. tenía con Antonella D. B., mamá de la niña, lo que le permitió obtener datos personales, como su número de celular, entre otros datos. Ferrini también enumeró otros aspectos de los cuales Solari sacó provecho para conseguir datos precisos: el hecho por el cual el hijo menor de Solari concurría al Jardín “Luna Gorda”, le permitió obtener información privilegiada, tal como la hora en la que llegaba el cuidador del lugar, que la cámara no filmaba sino que sólo monitoreaba, y el nombre de la secretaria del establecimiento que era “Mirta”. Además otro aspecto incriminatorio para Solari fue la declaración de Ramón V., un ex amigo de éste. Este testigo contó que Solari, meses antes del secuestro, en un grupo de Whatsapp que tenían con sus “compinches”, preguntó si alguien tenía un celular de sobra ya que argumentó que lo necesitaba “porque era guainero” (que tenía relaciones con otras mujeres). Por ello, Ramón V. le entregó un celular -que lo tenía en desuso- Motorola Rocker E2, dispositivo móvil con el cual Solari efectuó los llamados y mensajes extorsivos. “No puedo dejar de destacar que los imputados Godoy y Martínez reconocieron su participación en el hecho (...) la confesión no es suficiente para fijar los hechos (...) pero este caso en particular, este Ministerio Público Fiscal ha acreditado con pruebas obtenidas a lo largo del proceso, la materialidad de los hechos y la efectiva participación de los imputados en el mismo”, afirmó Ferrini, quien en las pesquisas contó con la colaboración del entramado de las interconexiones de celulares y del personal de Delito Complejos de la Policía de Corrientes.s