TRAFICO
Corrientes, y el negocio de la marihuana

Corrientes, y el negocio de la marihuana
20/04/2015 |

 

Los incesantes decomisos de marihuana que en las úl­timas semanas se registraron en la provincia de Corrientes volvieron a ubicarla como el paso necesario del grueso de los cargamentos de la droga producida en Paraguay. En cuatro meses sólo la Gen­darmería Nacional secues­tró 8.544,554 kilogramos del estupefaciente; equivalente a 518.141,15 pesos, según es­timaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación. La Policía provincial aún no alcanzó confiscar ni una to­nelada de esta droga.


La pregunta reiterada es: si esto fue lo incauta­do, ¿cuánto ha eludido con éxito los controles? La res­puesta obvia es: mucha, la suficiente para mantener la oferta-demanda en todas las escalas a nivel país (el segun­do consumidor del producto elaborado en el departamen­to paraguayo de Pedro Juan Caballero; y Brasil demanda el 80% del total).
Hay que entender la pro­ducción, transporte y venta de drogas como parte de un meganegocio que por año genera exorbitantes ganan­cias. Una falencia de la ley actual es que no discrimina entre microtráfico y el trá­fico a gran escala. Incluso el consumo personal puede ser tipificado como “tenen­cia simple”. Las penas van de entre 4 a 15 años de cár­cel. El problema es global y los expertos coinciden en el fracaso de la persecución a la demanda. En este contexto, Corrientes aparece como el enclave para el ingreso y dis­tribución de marihuana. Una solución que gana vigor es la monopolización estatal de la producción de Cannabis (le­gislada en Uruguay). Empero implica un desafío político, económico y territorial.s
Como cualquier pro­ducto de un mercado (en este caso ilegal), las drogas prohibidas por ley (marihuana, cocaí­na, ácido lisérgico, et­cétera) tienen un valor fluctuante; la variación depende -fundamental­mente- de dos factores: cantidad y distancia del lugar de producción. Hoy en esta Capital, un vendedor al menudeo (“transa” o “dealer”) vende los cien gramos de Cannabis a 300 pe­sos. Los derivados del clorhidrato de cocaína cuestan desde 250 a 300 pesos. El precio va­ría según el surtidor y la calidad de la sustancia: “la bolsa” va de los tres a los cinco gramos y de­pende qué tan “cortada” esté, es decir, mezclada con otras sustancias. En Chaco, los costos se in­vierten. s
EL SECUESTRO DE 6.167 KILOS DE CANNABIS ES EL MÁS IMPORTANTE DEL AÑO. EL RÉCORD FUERON NUEVE TONELADAS.
Comercio prohibido
“Éste es un fenómeno comercial, industrial y finan­ciero, sólo que está prohibido por la ley (...). Se produce, se consume o se transporta de acuerdo a lo ofrezca fac­tibilidad y rentabilidad para quien lo hace”, dijo a este diario Félix Crous, ex titular del Procunar. “En la medida en que sea un negocio en el cual haya muchas personas dispuestas a consumir y sea un buen negocio venderla, esto se colará como el agua por las filtraciones”.
Rosario y la narcocriminalidad bajo el amparo de la Policía provincial
El proyecto de ley que quedó en un esbozo
El debate parlamen­tario sobre los proyec­tos de ley para desfe­deralizar los delitos de narcomenudeo están en un atolladero desde las postrimerías del año pasado. Aún no hubo dictámenes de las comi­siones y algunos hablan de que fueron “cajonea­das”. Hay dos iniciati­vas, una en Diputados y otra en Senadores (pre­sentada por el Ejecutivo provincial). El esbozo legislativo fue criticado por funcionarios nacio­nales. s
Rosario es hoy el epicentro -al menos mediático/periodístico- de la problemá­tica de la narcocriminalidad. El grado de complejización de la estructura criminal en la segunda ciudad de la provincia de Santa Fe tomó dimensio­nes inéditas involucrando a los propios jerarcas de la Policía provincial, como el ex jefe antinarcóticos Hugo Tognoli, quien en la actualidad está enjuicia­do. “En el caso de Rosario, el negocio era bien local, bien en la periferia, al sur y al oeste de la ciudad. Estas organizacio­nes se expanden, empiezan a competir en el norte de la ciudad y cuando se produce eso ya no son las comisarías de los lugares las que regentean el negocio, sino que en­tran las unidades de investigación”, expli­có Marcelo Saín, diputado de la provincia de Buenos Aires por Nuevo Encuentro y ex director de la Policía de Seguridad Aero­portuaria (PSA). En una entrevista publica­da el mes pasado por la re­vista TCH, Saín argumentó que “la policía estructura de manera sofisticada las relaciones con sectores criminales en función de poder controlar el crimen a un nivel que no genere conmoción social ni es­cándalo político. Además, claro, lo hacen también para apropiarse de parte de la rentabilidad de ese negocio ilegal.” El funcionario está convencido que “en Argentina la policía ejerce el control del narcotráfico”.s
Las leves penas aplicadas a integrantes de “La ban­da de los Monos” generó cuestionamientos a la Justicia Federal.
EL GRADO DE CORRUPCIÓN EN LA FUERZA OBLIGÓ AL GOBIERNO DE SANTA FE A PEDIR COOPERACIÓN A LA NACIÓN, QUE ENVIÓ A 3.000 GENDARMES.


DICHOS DEL JEFE DE GABINETE Y EL PAPA
Debate y controversia: “¿Ya somos productores?”
La controversia no es nue­va pero cada tanto reactiva: ¿Argentina es un país de tránsito o de producción de drogas? El jefe de Gabinete aseguró días atrás que en el país no se elaboran estupe­facientes. En contrapunto, el Papa Francisco había afir­mado antes: “Argentina pasó de ser un país de tránsito a uno de consumo y produc­ción”.
“No somos un país pro­ductor porque no hay cul­tivos ni procesamiento de las plantas”, sostuvo Graciela Touzé, directora ejecutiva de la Fundación Intercambios, en una nota alusiva a los dichos del Pontífice publicadas en el sitio Cosecha Roja. “Lo que sí se viene incrementan­do son las situaciones de fraccionamiento y elabora­ción”, agregó.
Una contestación ab­soluta sería impertinente: Argentina no cosecha Can­nabis a gran escala, no obs­tante hay claros indicios de que ya existen puntos de producción de drogas sin­téticas (LSD, éxtasis y me­tanfetaminas) y derivados de la cocaína (pasta base y paco). Algunos son denomi­nados “laboratorios”, otros “cocinas”. Los precursores químicos se consiguen, in­cluso de manera legal como la efedrina.
Un caso puntual y recien­te: hace un mes 13 perso­nas fueron detenidas en 20 allanamientos en la Ciudad Autónoma de Buenos Ai­res y La Plata. Confiscaron 30.000 dosis de éxtasis que iban a ser vendidas en fies­tas electrónicas. “Contaban con toda la aparatología para hacer los comprimi­dos”, dijo el secretario de Seguridad de la Nación, Ser­gio Bern.