El propio senador Aníbal Fernández se sorprendió el martes con la decisión de Cristina Kirchner de designarlo como secretario general de la Presidencia.
Según relató el legislador, llamó por la mañana a la jefa de Estado para consultarla por dos proyectos de ley que se tratarían en el Congreso, y le pidieron que fuera hasta la residencia presidencial de Olivos, donde le hicieron la propuesta.

"Fui con los globos en la mano, en ningún momento se me cruzó que había un cambio en el Gabinete", afirmó por Radio Mitre.
En este marco, Fernández consideró que esta etapa será diferente de su anterior gestión como jefe de Gabinete. "Si están buscando alguien más pasivo y que exprese las cosas de otra manera, hubieran buscado a otro. Si me llevan a mí, me llevan sin beneficio de inventario. Estoy más viejo, más canoso y menos peleador", afirmó.
Más temprano, por radio Continental, al ser consultado por su designación, el senador consideró: "Si a mí, que soy un wing izquerdo habilidoso, me quieren poner de marcador de punta por derecha, no voy a sentir el puesto y voy a hacer las cosas mal. Evidentemente estaba buscando un wing izquierdo habilidoso".
Asimismo, afirmó que la tarea de Oscar Parrilli como secretario de la Presidencia no fue mala, sino que la mandataria "quiere buscar otra cosa."
"A Parrilli no lo echó, acaba de jurar y es el número 5 del país", dijo Fernández sobre el funcionario que fue designado al frente de la Secretaría de Inteligencia, en reemplazo de quienes eran sus titulares, Héctor Icazuriaga y José Francisco Larcher.
Fernández dijo no conocer los motivos por los que estos últimos presentaron su renuncia: "Cuando ejercí la Jefatura de las Fuerzas Federales de Seguridad mi relación con Inteligencia era muy directa, tanto con Icazuriaga como con Larcher a los que considero amigos. Ahora ya no tengo esa relación hace un buen tiempo."
El senador participará este miércoles de la última sesión del año en el Senado y jurará por su nuevo cargo el jueves a las 20:30 horas.