A veces tenemos ideas preconcebidas sobre los valores nutritivos y calóricos de los alimentos y, con el paso de los años, se van "desmontando" mitos que poco tiempo atrás se creían irrefutables. Por ejemplo, ¿os acordáis cuando en los años 80 se mantenía a nivel de "vox populi" que el aceite de oliva era una grasa "negativa"? Pero vayamos a las preguntas que os planteábamos en el titular de este artículo:

Las aceitunas son menos calóricas que las galletas saladas

Así es, y, para demostralo, comparemos raciones lógicas de cada alimento: 50 gramos de aceitunas tienen unas 80 calorías, mientras que 25 gramos de galletas saladas tienen unas 100 calorías. Además la grasa de las aceitunas, de tipo monoinsaturado, es saludable, mientras que seguramente no podamos decir exactamente lo mismo de la grasa y la harina refinada de las galletitas...

Los anacardos son igual de calóricos que una pastita baja en grasas

Volvemos al mismo caso anterior; una ración de anacardos (unos 25 gramos), pesa prácticamente lo mismo que la citada pastita, y las calorías de ambos alimentos, unas 150, coinciden, también. Como en el ejemplo antes citado entre las aceitunas y las galletas saladas, la grasa saludabe de los anacardos es preferible a los hidratos de carbono, probablemente refinados, de la galleta.

El bol de muesli contiene tantas calorías como el bol de cereales tostados

El muesli es el cereal más natural, "por excelencia", el que parece más puro. En cambio, el cereal tostado y endulzado, que hace las delicias de los peques, (y de los no tan peques) a la hora del desayuno, tienen "pinta" de ser bastante más calórico que el muesli, ¿verdad?

Pero la realidad es que un cereal es más calórico cuanto más denso sea, y el muesli lo es bastante. Casi todos los cereales tienen el mismo número de calorías, es decir, entre 300 y 400 por cada 100 gramos, por lo tanto, en esta partida, muesli y cereales tostados, empatan. Otra cosa es la calidad de las calorías de uno y otro cereal... Lo hemos comentado otras veces, y lo haremos en una ocasión más, y las que sea preciso: a menudo los alimentos light y desnatados no salen "rentables", salvo que, por los motivos que sean, un médico prescriba lo contrario explícitamnete por cuestiones más personales y concretas de una persona en particular (por ejemplo, que se trate de un diabético). En el caso de los yogures, por ejemplo, las calorías que se reducen al exlcluir la grasa se compensan, prácticamente, al aumentar porcentualmente la cifra de carbohidratos en el derivado lácteo.

Otro tanto sucede con la mantequilla y la margarina: la margarina suple la grasa natural de la mantequilla por aceites trans que han sido tratados químicamente para poderlos solidificar. Si es cierto que se reducen las calorías, pero volvemos a la pregunta de siempre: ¿no es mejor ingerir más caloráis saludables, que sean un buen combustible para nuestro organismo, antes que consumir menos calorías, pero más "vacías"?
La elección es personal, pero además de la cantidad, hay que fijarse en la calidad de cada caloría. De hecho, un carbohidrato que no se ha quemado puede convertirse en grasa rápidamente...