El correntino Leonardo Mayer, número uno del equipo de Copa Davis de la Argentina, admitió ayer que atraviesa el mejor momento de su carrera y no ocultó su deseo de dejar a su país en el grupo mundial, a días del playoff ante Israel, que se jugará en un escenario inusual: la ciudad estadounidense de Sunrise.
“Es el mejor momento de mi carrera, tuve un año muy bueno en cuanto a resultados, también en lo físico, y quiero dejar a la Argentina en el grupo mundial, ese es mi gran deseo”, admitió el “Yacaré” Mayer en diálogo con la agencia de noticias Télam, en la improvisada sala de prensa montada en el Sunrise Tennis Club.
Mayer, de 27 años, protagonizó una muy buena temporada, en la que conquistó su primer título de la ATP en Hamburgo, y sus progresos se vieron reflejados en el ranking, ya que alcanzó el puesto 25 (su mejor ranking histórico) que le permite ser el mejor argentino detrás del tandilense Juan Martín Del Potro (14), inactivo por una lesión desde febrero pasado.
El correntino vio varias veces postergada su carrera debido a persistentes lesiones (la más seria la tuvo en la espalda) y su buen rendimiento físico, sumado a un trabajo especial con un psicólogo, le permitió alcanzar la primavera tenística a una edad en la que varios están consolidados.
“La cabeza es clave en el tenis moderno, por eso una vez que superé mis problemas físicos acudí a un profesional para que me ayude en lo anímico y eso me vino muy bien”, reconoció Mayer, siempre bien predispuesto al diálogo, aun después de haberse entrenado duro, en una jornada de calor agobiante, con 36 grados de temperatura y 70 por ciento de humedad.
“Entrené mucho para adaptarme a la cancha, que es similar a la que se utiliza en el US Open. Me siento bien y con muchas ganas de que empiece la serie”, comentó el correntino.
La superficie de cemento del Sunrise Tennis Club tiene hasta una cosmética parecida a la del US Open, pintada con un color azul fuerte, y la velocidad favorece a Mayer, quien tendrá el peso de darle a la Argentina los puntos necesarios para mantenerse entre los países de elite de la Davis.