Freyberg sabe que él se va. Todos los vaticanistas también lo saben. La excusa es que su familia vive en Alemania y él no quiere separarse de su familia. La pregunta es quién y cómo se gestionarán las finanzas vaticanas, cuál será el nuevo 'mapa de contactos', quiénes serán los emergentes del clero y de los laicos.
 Últimas horas de Ernst von Freyberg al frente del Istituto per le Opere di Religione (IOR, más conocido como "banco del Vaticano").

El papa Francisco quiere transformar el IOR, y reclama, para comenzar, un presidente 'full time' en la entidad bancaria, o sea que resida establemente en Roma, Italia.

Freyberg es presidente del astillero Blohm Voss, con sede en Hamburgo (Alemania), y pertenece tanto a la junta asesora de la agencia de empleo temporario Manpower GmbH como a la de administración de activos Flossbach von Storch AG. En su contrato con el Vaticano se estipuló que trabajaría 3 días a la semana para el IOR, según explicó en su momento la revista alemana Der Spiegel.

Pero el contrato de Freyberg caduca en septiembre. Por ese motivo el nombre de su sustituto se dará a conocer en breve.

Responsable de buscar al candidato adecuado es la Comisión de Vigilancia del IOR, formada por 5 cardenales y presidida por el español Santos Abril y Castelló.

Dicen que Freyberg fue contratado tras un minucioso proceso de selección. Su predecesor, Ettore Gotti Tedeschi, había sido introducido al Vaticano por quien era el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, pero fue fue expulsado de malas maneras por Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) en mayo de 2012, durante la crisis provocada por la difusión de documentación confidencial del Papa, hoy emérito, episodio conocido como "Vatileaks": cartas confidenciales y memos entre Benedicto XVI y su secretario personal, el sacerdote alemán Georg Gänswein.

El Vaticano era campo de batalla entre sectores de la curia católica apostólica romana, y sus laicos vinculados.

Fue una destitución tan abrupta como inusual, y coincidió con el arresto del mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, acusado de robar documentos papales confidenciales que aparecieron en el libro "Sua Santità. Le carte segrete di Benedetto XVI" (Su Santidad: los papeles secretos de Benedicto XVI), por el periodista italiano Gianluigi Nuzzi.

La junta directiva del IOR aprobó por unanimidad un voto de censura contra Tedeschi, acusándolo de abandonar sus responsabilidades básicas de gestión.

El caballero alemán

Freyberg llegó con la misión de hacer transparente el IOR.

Hay quienes afirman que es muy difícil conseguir, en un corto plazo, esa necesaria transparencia.

Ahí está el caso de monseñor Nunzio Scarano, quien transfirió millones de euros en donaciones ficticias de empresas extranjeras a través de sus cuentas en el IOR, y fue detenido por fraude y corrupción aprovechando la opacidad del banco.

El 'caso Scarano' provocó la dimisión de quienes eran director y vicedirector del IOR, Paolo Cipriani y Massimo Tulli, respectivamente.

En ambos casos, se las aceptó de inmediato.

Freyberg puso en marcha un proceso de reforma, adaptación a las normas internacionales y transparencia, que incluyó la publicación, por 1ra. vez, de un estado contable del IOR, el 01/10/2013.

Él también puso en marcha procesos contra el blanqueo de capitales, y contrató una firma internacional especializada en antilavado (Promontory) para una evaluación exhaustiva de 12.000 de sus 19.000 cuentas.

Freyberg también comenzó una campaña mediática para demostrar que 'algo' cambiaba en el banco vaticano.

Aunque comenzó trastabillando: en la 1ra. entrevista que ofreció, habló del "óptimo equipo" que estaba creando con Paolo Cipriani y Massimo Tulli... 2 cabezas que rodaron poco después por su complicidad o tolerancia excesiva con Scarano. El nuevo director general fue Rolando Marranci. El Vaticano entendió que no era responsabilidad de Freyberg.

Entonces, Jorge Omar Bergoglio fue elegido Papa. Y él designó a monseñor Salvatore Battista Ricca como prelado del IOR “ad interim”, un nexo entre el banco y la comisión cardenalicia de vigilancia.

Ricca le dirigió a Freyberg algunas críticas por escrito. Se dice que, por ejemplo, le cuestionó no ofrecer siempre toda la información requerida por la comisión cardenalicia. Sin embargo, en sus declaraciones públicas Freyberg ha sido muy cuidadoso y elogió a Ricca, aunque digan que fue Ricca quien comenzó a acortar los días de Freyberg en el IOR.