La comercialización tendrá lugar desde este viernes y de manera rotativa en Cañada Quiroz y la localidad de San Cayetano. De esta manera, la Comuna capitalina suma desde que se implementó la iniciativa, 36 puntos de venta de la garrafa subsidiada.

Desde la Dirección de Delegaciones Municipales, su titular Gustavo Espínola informó que de manera rotativa, el gas social se comercializará en San Cayetano, Cañada Quiroz y Santa Margarita -barrio que se sumó a la iniciativa comunal, antes de estos dos sectores mencionados-. En todos ellos, la venta es en el Saps de la zona.

Es así que este viernes 4 de julio, a partir de las 8, los vecinos de San Cayetano podrán acercar sus garrafas al Saps; el próximo viernes en el Cañada Quiroz y el siguiente en el de Santa Margarita, para luego reiniciar el circuito de venta.

Vale resaltar que mediante gestiones del intendente Fabián Ríos, se logró un acuerdo con cuatro empresas distribuidoras del gas envasado. Es así que con su habitual valor diferencial de $16, el gas social se puede adquirir hasta en 8 puntos de venta diarios, ubicados en Delegaciones Municipales, los Centros Integradores Comunitarios (CIC), Salones de Usos Múltiples (SUM) y otros edificios comunales.

Con el esquema implementado por la Municipalidad, los puntos de venta acopian desde las 8 de la mañana los envases vacíos acercados por los vecinos, a quienes se los cita para el mediodía para que retiren las garrafas cargadas.

Si bien en el inicio de este programa municipal, en cada punto de venta se comercializaba diariamente un estimativo de 60 garrafas, por estos días el número descendió entre 20 y 30. “Esto demuestra que se normalizó la demanda y que esta iniciativa de la Comuna está dando resultados ya que se redujo el negocio especulativo que había detrás de la reventa de los cilindros”, enfatizó el titular de Delegaciones Municipales.

A poco más de un mes de que se implementa esta medida, el Municipio capitalino ya comienza a ver los buenos resultados del trabajo mancomunado junto con las diferentes áreas comunales; ya que además de desalentar el comercio especulativo de las garrafas sociales, se logró favorecer la economía familiar de los vecinos, principalmente en los barrios más alejados.