Ayer continuó el juicio a cuatro efectivos de la Policía por la muerte del cabo Cristian Torres en la Escuela de Policías “José Francisco de San Martín”, un hecho ocurrido en marzo de 2005. El trágico episodio significó un cambio estructural en la formación policial en Corrien-tes.
En la audiencia pasada el comisario Horacio Wilfredo Aranda, entonces titular de la División Escuela decidió declarar y contar su verdad. Sin embargo los suboficiales Ramón Dardo Márquez, Wilfredo Xavier Ruiz y Gerardo Ariel García, que también son juzgados, optaron por no hablar.
Es por eso que se inició la ronda de testimonios y la primera en comparecer fue Cinthia Romero, viuda de Torres con quien la víctima tuvo una hija que al momento del trágico desenlace tenía un año y 11 meses de vida.
La mujer relató cómo se dieron los hechos desde el momento en que su marido decidió ingresar a la Escuela de Policía para hacer carrera, ya que se desempeñaba como cabo. Recordó el llamado que recibió y se enteró que Torres había sido internado de urgencia por problemas de salud que surgieron tras los excesivo ejercicios a los que fue sometido. Fue muy precisa en recordar la historia clínica del joven policía que finalmente falleció el 23 de marzo de 2005.
También comparecieron los dos aspirantes víctimas de lesiones culposas. Ellos son: Sebastián Ramos Cubi-lla y Juan de Jesús Torres. Ambos eran compañeros de Torres.
Hablaron acerca de los ejercicios físicos realizados en la escuela en la primera semana de estadía. Recorda-ron que bebieron agua en el almuerzo y durante la noche.
Según el abogado querellante Francisco Leguiza-món, los testigos dijeron que la ingesta de agua no era mucha.
En tanto afirmaron que durante las noches eran sometidos a “bailes”. Incluso precisaron que la noche anterior a la que ellos, Torres, y otros compañeros sean internados por problemas de salud, debieron realizar movimientos físicos.
En la mañana del 9, de marzo de 2005 Torres no podía ingerir agua porque vomitaba y no podía orinar. Se decidió trasladarlo a un centro de salud junto con otros seis compañeros.
El joven Torres fue el único que no pudo sobreponerse.
El Tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el 16 de junio a las 10.30. Ese día comparecerán tres testigos más. Son los policías Pucheta, Tajan y Blanco. También fueron compañeros de Torres.

Autoridades.
El Tribunal Oral Penal Nº 1 está integrado por los jueces Eduardo Panseri, María Elisa Morilla y Ricardo Car-bajal. En representación del Ministerio Público Fiscal se desempeña Carlos Lértora. El abogado Julio Leguiza-món asiste a la esposa de la víctima en la querella y la acción civil. El cuerpo de abogados defensores está compuesto por Ricardo Lei-va, Guillermo Escalante, Guillermo Rojas Busellato y Augusto Devecchi.
Por su parte, el letrado Ricardo Maldonado está al frente de la defensa del Esta-do provincial demandado civilmente.

La causa
Cristian Torres de 26 años era oriundo de Chavarría. Estaba casado con Cinthia Romero y tenía una hija de un año.
Ingresó el 6 de marzo de 2005 al curso de ascenso al escalafón de oficiales y a los dos días comenzó a sufrir síntomas de insuficiencia renal por falta de hidratación.
Fue internado en el Sana-torio del Norte luego de haber sido sometido a duros ejercicios en la Escuela de Policía “José Francisco de San Martín”, ubicada en calle Tacuarí al 1400 de esta capital. Según los familiares, para las tareas iniciadas el 6 de marzo se los despertaba en plena madrugada a “ranear”.
Fue alojado en terapia intensiva junto a otros cinco compañeros, dos de ellos mujeres.
A todos se les diagnosticó agotamiento físico, pérdida de masa muscular por la rigurosidad y falla renal debido a que no se les permitía ir a los sanitarios.
A la semana Torres sufrió un derrame cerebral que motivó una intervención quirúrgica y que lo sumió en coma cuatro. El cuadro se agravó por fallas cardíacas y falleció en la madrugada del 23 de marzo.