DÉFICIT FISCAL INCONTENIBLE PESE A IMPUESTOS EXORBITANTES
Emisión brutal ordenan a la Casa de Moneda y vaciamiento del BCRA
Cristina Fernández de Kirchner afirma, y reafirma, que ella le dejará al próximo Presidente de la Nación una coyuntura mejor que la que encontró junto a su marido muerto Néstor, el 25/05/2003.
Sin duda que Cristina no se refería a la seguridad (la inseguridad es récord con los Kirchner) ni a la inflación (hoy día la Argentina ya es 1 de los 2 países en el mundo con mayor tasa de deslizamiento de precios) ni a la infraestructura (destruida por los Kirchner, básicamente a causa de la distorsión del cuadro tarifario que promovieron) ni a la emisión de moneda para financiar el déficit fiscal que provoca el gasto público gigantesco (sigue aumentando aunque dicen lo contrario).
En verdad, Cristina quiere instalar un relato que, a fuerza de repetirlo, algunos militontos y otros incautos puedan aceptarlo. Pero el país de Cristina vive una crisis muy intensa y solamente reordenar el frenesí de planes asistenciales resultará una enormidad para quien llegue a la Casa Rosada. Volviendo a lo de la emisión, aquí un interesante apunte de Massot & Monteverde:
• El gobierno se equivoca al pensar que el desborde fiscal se puede compensar con una política monetaria restrictiva.
• La base monetaria ha venido creciendo modestamente, a un ritmo inferior a 20% anual.
• Sin embargo, esa desaceleración perdió fuerza, pues el gobierno nacional requirió mayor asistencia para hacer frente al gasto.
• Tras 2 meses de contracción, marzo volvió a ser un mes expansivo: la base monetaria aumentó $ 4.210 millones.
• Hubo que emitir $ 10.887 millones para financiar al sector público y $ 3.884 millones para comprar divisas.
• El auxilio al gobierno se complementó con recompras de títulos de deuda por $ 17.200 millones al Banco Nación en el mercado secundario.
• El efecto monetario de la operación con el Nación quedó momentáneamente neutralizado porque colocó casi la misma cantidad en pases, esterilizando la expansión resultante.
La operatoria de LEBAC agregó otros $ 8.996 millones mientras que las operaciones de pases y otros conceptos cargaron con la tarea contractiva, al absorber $ 19.590 millones.
• El comportamiento expansivo se potenció en abril: en los primeros 4 días la base saltó $ 10.032 millones, impulsada por la devolución de los pases pasivos del Nación, por más de $ 14.000 millones el 1º de abril.
• Como los adelantos transitorios se encontraban ya cerca de sus límites técnicos, el BCRA en la última semana del mes se vio nuevamente forzado a simular una ganancia, en este caso de $ 79.000 millones.
• La cifra más que duplica lo que se transfirió el año pasado —$ 34.800 millones— por el mismo concepto y muestra en qué medida el Central se ha convertido en prácticamente el único financista del gobierno.
• Esa “ganancia” está originada en la revaluación de las letras a 10 años del Tesoro.
• Al ser una utilidad meramente contable, por revaluación, la única forma de realizarla consistiría en vender la entidad.
• Pero ocurre que, además de tratarse de una ganancia exclusivamente de capital, la distribución de la misma constituye una grosera práctica de vaciamiento del BCRA.
• Por este mecanismo, el Central se hace cargo de la pérdida que sufre el gobierno a causa de la revaluación de las letras entregadas por el Tesoro como contrapartida por los pagos a su cargo de vencimientos de la deuda gubernamental.
• Es decir, el Central, además de haber sido forzado a desprenderse de las reservas para cumplir con pagos de vencimientos correspondientes al Tesoro, ahora le cubre bajo el disfraz de “ganancias”, las pérdidas por diferencias de cambio inherentes a la deuda asumida por el gobierno.
• Lo que sorprende es la enorme magnitud de esta grotesca descapitalización: el balance semanal al 31 de marzo exhibe una mayúscula contracción del patrimonio neto de la entidad, equivalente a 42% del capital contabilizado en el balance al día 24.
• Otra irregularidad es que, en lugar de acreditar los fondos en la cuenta Depósitos del Gobierno Nacional, la mayor parte —$ 61779 millones— fue contabilizada en la cuenta Otros Pasivos.