Policiales
Tres policías sospechados de delitos

Tres policías sospechados de delitos
23/04/2014 | El lunes pasado, un agente del interior de la provincia habría participado en el intento de arrebato de la cartera a una mujer en el barrio Ex Aero Club de Capital. Una semana antes, dos suboficiales tendrían relación con el asalto tipo comando en las oficinas de un súper.


 

Desde su conformación, en Corrientes y a nivel mundial, las fuerzas policiales son las encargadas de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos. No obstante esta función tan noble, en la última semana en esta Provincia se han registrado dos ilícitos que involucran a tres efectivos, poniendo en tela de juicio la verdadera vocación de servicio de estas personas.

 

El más reciente de los casos ocurrió el lunes cuando un agente de la Fuerza fue demorado luego de que una mujer lo denunciara por arrebato en el barrio Ex Aero Club de la capital provincial.

La víctima denunció que fue interceptada por dos personas que se movilizaban en motocicleta, en la esquina de Arequipa y Patagonia del citado asentamiento.

Según relató la damnificada, los motochorros lograron arrebatarle el bolso. Pero la damnificada intentó proteger sus pertenencias y por este motivo terminó con distintas heridas producto del forcejeo con los delincuentes.

Inmediatamente se acercó a la comisaría Séptima para radicar la denuncia del caso y en ese contexto el personal de esa dependencia se encontraba realizando operativos por distintas arterias de la jurisdicción.

En los procedimientos se lograron demorar a once personas que se movilizaban en motocicletas y no contaban con la documentación correspondiente.

Entre esas personas aprehendidas la mujer pudo identificar a uno de sus atacantes de quien luego se supo que sería integrante de la Policía provincial que presta servicios en el interior de la provincia.

Fuentes oficiales informaron a época que el funcionario, de 23 años, tendría licencia por un “inconveniente de salud”.

En un primer momento el hombre fue alojado en la Dirección de Investigación Criminal pero luego se lo trasladó a la comisaría Séptima. Al cierre de esta edición permanecía detenido en esa seccional a disposición de la Justicia.

Asalto comando
El restante suceso en cuestión se registró una semana antes, también en Capital.

El atraco comenzó alrededor de las 8:20 en las oficinas de una cadena de supermercados ubicadas en avenida Maipú al 300 del barrio Santa Rosa. Allí, tres sujetos accedieron burlando a la seguridad porque uno de ellos tenía ropas similares a las de la Fuerza de seguridad provincial.

El asalto se produjo mientras afuera, en la vereda, había una extensa fila de hombres y mujeres con niños esperando ingresar a cobrar en el banco ubicado sobre la misma cuadra, apenas a 15 metros de distancia. Entremezclado con esas personas quedó un cuarto maleante oficiando de “campana”.

De acuerdo a datos suministrados a época de fuentes policiales, los malvivientes que entraron a las oficinas utilizaron armas de fuego tipo pistolas. Quienes encabezaron el golpe serían malvivientes foráneos.

El aborto del plan se produjo de una manera abrupta. Uno de los efectivos (es un cabo) sospechado de su participación en el asalto sería quien avisó a sus cómplices de la aproximación de los primeros patrulleros solicitados desde la base 911 al lugar del asalto. Esa comunicación, al parecer, la hizo desde uno de los autos mientras escuchaba la frecuencia interna de radio mediante la utilización de un handie.

Al salir corriendo del escenario del atraco, uno de los malvivientes que además de uniforme policial tenía colocada “una peluca” tropezó y cayó al piso. Este sujeto sería un viejo hampón (“de los pesos pesados”) que cumplió una condena por el crimen del custodio de un local comercial ocurrido hace más de una década atrás en Capital. Parte de la secuencia del asalto quedó grabada por las cámaras de vigilancia.

Uno de los vehículos utilizados, un Ford Fiesta Max, fue localizado delante de un inquilinato de calle Triunvirato entre Gutiérrez y Río Limay del barrio Santa María. Allí apresaron al primer sospechoso, un “porteño” llegado a Corrientes un par de días atrás.
Al rato, un Chevrolet Corsa (con carteles de remís) fue interceptado en avenida El Maestro casi Rafaela. Su chofer casi que se “quebró” al instante.

En tanto, un vehículo Peugeot 206 resultó interceptado en El Maestro y Cosquín, al mando del otro suboficial de Policía (vestido de civil) sindicado como partícipe del asalto de una manera más activa, puesto que habría hecho apoyo logístico desde afuera del lugar asaltado.

Se trata de un joven que ese mismo día a la tarde debía presentarse a trabajar en el Comando de Patrullas. “¿Por qué, qué pasa?”, dijo ante sus camaradas cuando le informaron de su aprehensión.

Ambos suboficiales pertenecían a la anteúltima promoción y de inmediato se les inició el sumario interno y se los apartó de la Policía. En ninguno de los casos este medio revela la identidad de los implicados hasta tanto no tenga un proceso judicial firme. Es más, uno de ellos fue liberado la semana pasada. Sin embargo, esta situación crea un descreimiento en la población sobre quienes deberían velar por la seguridad.

Aquí se pone en juego si muchos de los ingresantes lo hacen por vocación o por simplemente tener un empleo estable y así asegurarse un futuro. No obstante cualquier sea el motivo por el cual se enlistan, por su proceder actual parecerían haberse cruzado de vereda y estar a la par de los delincuentes.