DEBATES K
Cristina quiere levantar el cepo

Cristina quiere levantar el cepo
13/04/2014 | Hasta ahora, levantar el cepo cambiario resulta una cuestión más de Domingo Cavallo, quien lo propuso desde su blog, como de Miguel Galuccio, que no consigue que ingresen los dólares que necesitan las inversiones de YPF. Pero ni Axel Kicillof ni Juan Carlos Fábrega parecen participar de esa iniciativa.



"(...) Si termina con el cepo, el gobierno podrá dejar que el dólar siga la evolución de la inflación (que dependerá en ese momento del año del tamaño del déficit fiscal y de su financiamiento) u optar por mantener el billete verde sin cambios, usando el incentivo de las altas tasas de interés, aunque ello pondría en marcha una bicicleta financiera que a la larga siempre termina mal porque de algún lugar tiene que salir la plata para pagar esos intereses. (...)"
El cepo cambiario lo impuso Cristina Fernández de Kirchner, siguiendo un consejo de Guillermo Moreno.

Ahora Cristina quiere levantarlo pero su deseo no goza de quórum suficiente entre sus consejeros más cercanos: Juan Carlos Fábrega se opone y Axel Kicillof no es que se oponga pero prefiere un tipo de cambio fijo ¿cómo levantar el cepo y utilizar el tipo de cambio como herramienta contra la inflación? Mmmmmm.

En verdad, el kirchnerismo cristinista tiene una concepción de la economía, sus conflictos y las herramientas posibles, que termina condicionando a la propia Cristina.

Al respecto, muy oportuno el archivo de Néstor Scibona en el diario La Nación:

"(...) Hace menos de tres años, cuando Kicillof era subgerente de Aerolíneas Argentinas, disertó en las Jornadas Monetarias del BCRA y sorprendió a buena parte del auditorio al sostener que la suba del gasto público, la sobreemisión monetaria y los aumentos de salarios no son causantes de la inflación, sino que esa idea surgió de las teorías ortodoxas y monetaristas impuestas en la Argentina por la dictadura militar. También aseguró que el BCRA "no puede ser independiente, aunque quiera", y que "fue instrumento del ajuste y no del crecimiento".

No es difícil suponer que estas ideas deben haber influido en la decisión de CFK cuando en 2012 reformó la Carta Orgánica del BCRA para convalidar el uso de reservas y ampliar los límites de emisión monetaria para financiar el gasto público. Tampoco que el actual ministro de Economía quiera morderse la lengua si ahora releyera aquella exposición. (...)".

Por lo tanto, si la decisión es no morderse la lengua, a no hacerse ilusiones...

2 comentarios que ayudan a comprender

Rodolfo Cavagnaro en el diario Los Andes, de la ciudad de Mendoza:

"(...) La idea genial del ministro es volver a usar al dólar como ancla contra la inflación. Es decir, dejarlo congelado en 8 pesos y aumentar los controles de precios a tal punto que aumentará la burocracia para pedir a todas las empresas que informes precios y costos, un sistema cada vez más soviético de control total.

De esta manera se evita bajar el déficit y se mantiene una política expansiva del gasto, pero esta expansión se verá reflejada en un renacer del mercado paralelo, más tarde o más temprano.

Hay que aprender las lecciones de la historia. Argentina tuvo dos períodos anteriores cuando el gobierno de turno manipuló el tipo de cambio, manteniéndolo congelado y, en ambos casos, las salidas fueron tumultuosas con devaluaciones muy bruscas.

Según el economista Tomás Bulat, el tipo de cambio es un amortiguador de crisis externas. Si sube la tasa de interés o hay cambios que impactan sobre la competitividad externa, el tipo de cambio se mueve y se adecua haciendo que los cambios externos no impacten tan fuerte como lo harían ante un tipo de cambio fijo.

La conclusión es que si se utiliza el tipo de cambio para corregir o controlar desajustes internos, el país se queda sin amortiguador ante impactos externos. Por esto es imperdonable no asumir el problema de la inflación por sus causas reales y tratar de disimular sus efectos manipulando estadísticas o tipo de cambio.

La Presidenta quiere salir pronto del cepo cambiario, porque escucha a Galuccio que le dice que los inversores no vendrán si no pueden repatriar capitales. Fábrega le dice que no se puede salir del cepo hasta que no resuelva el problema de la inflación y, mientras tanto, propone seguir con mini devaluaciones para que el tipo de cambio no se atrase ante la inflación.