Caso Ángeles: uno a uno, todos los indicios que comprometen a Mangeri
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Mañana a partir de las 9, Jorge Ernesto Mangeri, portero del edificio en donde vivía Ángeles Rawson, se verá frente al juez Javier Ríos, a cargo del Juzgado de Instrucción 17 de la Ciudad para declarar por la muerte de la joven de 16 años, cuyo cadáver fue hallado el 11 de junio pasado en una planta de la Ceamse.

La causa avanzó desde la primera vez que el encargado de 45 años fue indagado como testigo y se fueron agregando nuevos elementos que podrían llevar a que Mangeri, el único imputado en el caso, sea eventualmente procesado como autor material del crimen de Ángeles, según informa hoy el diario La Nación.

Los diez elementos que apuntan al encargado de Ravignani 2360:

1. El ADN: el material genético de los restos de piel hallados debajo de las uñas de tres dedos de la mano de derecha de Ángeles corresponden a Mangeri. Así lo determinaron los peritos de la Unidad de Identificación por ADN del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia.

2. Las lesiones: los médicos legistas concluyeron en su informe que las heridas que exhibía el encargado habrían sido generadas por los intentos de Ángeles por defenderse.

3. Otras lesiones para encubrir las heridas: los mismos especialistas determinaron que tras recibir las heridas provocadas por la adolescente al tratar de repelerlo, Mangeri habría tratado de encubrir esas heridas con otras lesiones, aparentemente con la ayuda de un familiar policía. En la casa de ese mismo pariente fue hallado cuando la División de Homicidios fue a buscarlo para declarar ante la fiscal del caso, María Paula Asaro.

4. El testimonio de los vecinos: cuatro vecinos del edificio, de un total de 26, afirmaron ante el juez que, el mismo día en que fue asesinada Ángeles, el encargado de 45 años les dijo por el portero eléctrico que debían sacar la basura dos horas antes del horario usual en que se realizaba esa tarea.

5. Los nervios del encargado: una de las vecinas de Ravignani 2360 sostuvo que el día de la muerte de la joven vio a Mangeri en un pasillo del edificio y que lo notó nervioso. Asimismo, la mujer señaló que le llamó la atención la ropa del hombre, que vestía bermudas y remera de manga corta a pesar de las bajas temperaturas.

6. Las declaraciones del taxista: el lunes el chofer de taxis se presentó espontáneamente ante la Justicia y dijo haber trasladado a Mangeri desde Soler al 5500 hasta Ravignani y Paraguay –un trayecto de cinco cuadras– en la noche del homicidio de Ángeles. El encargado había dicho que esa noche se encontraba en casa de su suegra, en Pacheco.

7. Los dichos del encargado suplente: Fernando, el portero que debió reemplazar a Mangeri, dijo que no lo vio trabajando en un inmueble vecino y que le resultó llamativo que lo llamara desde un teléfono público y no desde su celular, como usualmente hacía.

8. Las imágenes de Ángeles en cámaras de seguridad: Franklin Rawson, padre de la joven, reconoció a su hija en dos imágenes tomadas por cámaras de seguridad ubicadas en dos edificios: uno en la misma cuadra de Ravignani 2360 y el otro, a 300 metros. Así, los investigadores sostienen que Ángeles regresó viva al edificio donde vivía tras dejar la clase de educación física.

9. El manejo de la basura: la fiscal María Paula Asaro sostiene que Mangeri pudo interceptar a la joven en el hall del edificio y que, gracias a su conocimiento del manejo de los residuos y de los horarios en que se los retira del inmueble, podría haber sacado el cadáver sin llamar la atención de los vecinos. A esto se añaden las contradicciones en que incurrió el portero en sus declaraciones.

10. La confianza entre Ángeles y Mangeri: había un vínculo de confianza entre el encargado y la víctima, según surgió de las declaraciones del encargado, que hizo referencia a las bromas que le hacía a la joven. En este sentido, la chica no habría esperado ser atacada por alguien de confianza en el edificio donde vivía.

Si bien la causa ya cuenta con varios elementos clave en el esclarecimiento del caso, aún resta conocerse otros datos. Así, los investigadores aún no tienen la certeza de del lugar exacto del asesinato, que se estima que se llevó a cabo dentro del edificio donde vivía la joven, pero no se ha apuntado el punto preciso.

Asimismo, no se sabe si en el asesinato de la joven actuó un cómplice. Por el momento, no hay pruebas que apunten a la participación de una segunda persona. Además, los investigadores todavía deben aislar el móvil del asesinato, uno de los puntos clave del caso.