Política
Se acortan los tiempos electorales

Se acortan los tiempos electorales
19/05/2013 | Los tiempos electorales se acortan y dos grandes falacias están llevando a la oposición a tomar decisiones equivocadas. Por un lado, la idea de que la votación importante es la de octubre, no las primarias, abiertas, simultáneas y obligatoria (conocidas como PASO) y, por el otro, la percepción de que se puede no participar de las elecciones del 2013 para preservarse para las presidenciales del 2015.


POR CLAUDIO M. CHIARUTTINI

Últimas dudas de Massa (la gente sigue siendo más audaz que los líderes opositores)
Temor. Enorme temor en los líderes opositores más representativos. Pavor ante la supuesta capacidad de destrucción de Cristina Fernández de Kirchner, la dirigente política más esmerilada del último año y medio. Sin embargo, todavía hay demasiado reparo: los opositores esperan que sea la gente la que siga poniendo el pecho pero eso tiene una contrapartida: mucho les exigirá la gente después, bastante menos paciencia tendrán a causa de su rol, nadie obsequiará su esfuerzo y menos a los políticos profesionales que incumplen con su trabajo. En tanto, la Presidente continúa con sus problemas, desbordada por los acontecimientos, licuando su poder a diario, incapaz de revertir el derrumbe, malgastando cada atisbo de 'picardía'.
 

La experiencia de las elecciones abiertas del 2011 no ha sido registrada por la oposición. En las PASO, Cristina Fernández imprimió en la sociedad la idea de que la diferencia entre los votos sumados por su candidatura presidencial no podía ser recortada por el resto de los postulantes no oficialistas, como luego ocurrió.

La jugada de la Casa Rosada de imponer las PASO tenía como anclaje que el efecto de una votación de internas simultáneas daría la sensación de un oficialismo fuerte y unido frente a una oposición atomizada, débil y desordenada, como aconteció. Así, los objetivos políticos primordiales condicionaron y facilitaron alcanzar el 54% tan mentado.

Cristina Fernández sabía que el Frente para la Victoria no enfrentaría divisiones en las PASO del 2011, mientras que el Frente Amplio Progresista, el peronismo y panperonismo de centro derecha y las agrupaciones de izquierda, no lograrían dirimir sus diferencias internas en la votación y que concurrirían separadas a la votación de octubre, como sucedió.

Si bien la oposición quiere evitar este desgaste y planifica cerrar las alianzas antes de las PASO, la dificultad para alcanzar algunos acuerdos abre la posibilidad de que una misma agrupación tenga dos listas, incrementando más la percepción de disgregación, de desbandada, frente a un oficialismo aparentemente monolítico.

Hay un grupo importante de votantes que no quiere “malgastar” su sufragio y prefiere volcarse hacia el ganador de las PASO. Otros se desalientan, dejan de militar o de promover sus candidatos. Este doble efecto neutraliza cualquier intento de reducir la diferencia entre el kirchnerismo y cualquier alternativa que surja en el escenario electoral.

Es más, en 2011, las fuerzas opositoras terminaron por competir entre ellas para ser la 2da. mejor ubicada. Este es el caso de Hermes Binner y el Frente Amplio Progresista, que celebró quedar atrás de Cristina Fernández por más de 18 puntos porcentuales, sin darse cuenta que había obtenido el peor 2do. puesto desde el regreso de la democracia.

Hoy, el Frente para la Victoria corre peligro de tener que enfrentar una lista competidora en algunos de los distritos, algo que no autorizará Cristina Fernández, salvo que necesite imperiosamente a la contraparte en ese distrito. De esta forma, la Presidente de la Nación intentará usar las PASO para fortalecerse.

Ahí aparece el interrogante acerca de Sergio Massa, quien querría enfrentar a Unidos y Organizados/Frente para la Victoria al frente de su Frente Renovador Bonaerense, bajo el paraguas del Partido Justicialista, con el fin de colocar a todos sus candidatos en posiciones de ser elegido (algo que no lograría negociando puestos). ¿Cristina Fernández aceptaría esa opción si el intendente de Tigre encabeza su lista a diputados nacionales? Todo sea por evitar que el panperonismo gane y sume su figura, dicen los más lúcidos. Pero no abundan la lucides en el FpV...

Sin embargo, ellos insisten en que en el camino, Cristina Fernández no debería tener problemas en “quemar” a su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, apostando a una mejor opción para enfrentar a un peronismo antikirchnerista unido en la Provincia de Buenos Aires, donde se define gran parte de la elección.

Y ellos (esos pocos lúcidos) consideran que, al menos por ahora, Cristina Fernández no ve en Sergio Massa una figura que la confronte tanto como Daniel Scioli o José Manuel de la Sota, y por eso aceptaría una competencia que la fortalece, pese a que, en ese caso, pasaría a ser deudora del poder que le otorgó el joven ex Jefe de Gabinete. La Presidente de la Nación cree que si en el pasado borró de un plumazo al joven ambicioso, en el camino del 2015 podrá esmerilarlo hasta hacerlo desaparecer, si fuese necesario para sus planes reeleccionistas.

Peligrosa subestimación de Cristina porque aquella vez Massa se recluyó en Tigre e inició una recuperación de imagen que lo ha llevado donde llegó en 2013... Luego, con su pensamiento, Cristina ha provocado un efecto inicial muy concreto: la confesión de Massa que no irá con el Frente para la Victoria en este comicio venidero. Sí, la lucidez lleva una década sin dormir en la Quinta de Olivos...

Por estas horas, en paralelo, el Frente Amplio Progresista no encuentra la fórmula para armar las listas con la Unión Cívica Radical ni para imponer su nombre en desmedro del partido centenario. Participar ambos grupos en las PASO es una opción. Pero también existe el riesgo que los perdedores, tal como suele ocurrir con los partidos pequeños argentinos, vean partir a los perdedores antes de las elecciones externas, o sean tentados a sumarse al partido de gobierno, para demostrar el efecto fuga.