Directora-gerente Del FMI
Tráfico de influencias

Tráfico de influencias
20/03/2013 | La policía francesa está registrando la casa parisina de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, según informó su abogado.

 Esta actividad se enmarca en las investigaciones judiciales que se llevan a cabo en Francia contra el empresario Bernard Tapie. "Estas investigaciones sirven para aclarar la verdad, contribuirán a la exoneración de toda responsabilidad penal de mi cliente", ha declarado el abogado de Lagarde, Yves Repiquet, quien ha añadido: "Mi cliente no tiene nada que ocultar".


Las autoridades francesas registran este miércoles 20/03 el apartamento en París, Francia, de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en el marco de la investigación contra el empresario Bernard Tapie, según ha informado el abogado de la también exministra de Economía francesa.

Lagarde pudo ser "cómplice" de un arbitraje fiscal que permitió a Tapie cobrar 400 millones por una litigiosa operación con un antiguo banco público, el Crédit Lyonnais. Si Lagarde es hallada culpable podría ser condenada a 10 años de prisión.

Debe recordarse que Lagarde reemplazó en el FMI a su compatriota Dominique Strauss-Kahn, quien renunció cuando se encontraba preso, acusado de violar a una mucama en el Sofitel de New York. El caso derivó en una instancia penal que acaba de llevar a Strauss-Kahn a una indemnización extrajudicial de su denunciante, pero perdió su carrera política y tiene otros problemas judiciales. Lagarde, hasta ahora, no parecía tan complicada en el llamado 'caso Tapie'.

El escándalo se remonta al año 1993, cuando Tapie, antiguo propietario de la empresa Adidas, emprendió un largo proceso contra el Estado y los gestores del Crédit Lyonnais, que precipitaron la ruina de un banco nacionalizado. Tapie se consideró víctima de esa gestión más o menos fraudulenta. Tras una década de sobresaltos jurídicos, en julio de 2008 —cuando Lagarde ya era ministra— los tribunales condenaron al Estado y al Consortium de réalisation (CDR) a indemnizar a Tapie con unos 285 millones.

La administración fiscal se mostró remisa a pagar. Y Tapie decidió prolongar la querella judicial contra el Estado. Dos años más tarde, las indemnizaciones pendientes y los intereses ascendían a unos 400 millones. Tras varios informes fiscales que aconsejaban el pago de las indemnizaciones al empresario, Lagarde asumió la decisión y validó el pago de los 400 millones de indemnizaciones.

El pago de una factura tan considerable suscitó un largo rosario de críticas. La justicia había concedido además al empresario 40 millones de indemnizaciones a título de "perjuicio moral".

Abogada, y fiscalista, mucho antes de ser directora general del FMI, Lagarde se consideró desde el primer día víctima de una campaña orquestada. Sarkozy y los Estados del FMI decidieron creerla, nombrándola directora general de la institución cuando ya se consideraba inevitable la apertura de una investigación judicial.

Tapie

Bernard Tapie es un ex ministro gubernamental de izquierda que se cambió de bando para apoyar a Sarkozy en la campaña presidencial del 2007. Posteriormente demandó al Gobierno, alegando que el ex banco estatal Credit Lyonnais lo defraudó con la venta de su participación en la empresa deportiva Adidas.

Inicialmente, una corte francesa falló en contra de Tapie en el 2006, pero el caso seguía abierto cuando Sarkozy llegó a la presidencia en el 2007. Para cerrar la antigua disputa, Lagarde aceptó retirar los procedimientos judiciales y enviar el caso a un panel de arbitraje de tres miembros, desestimando a algunas voces en su ministerio que le indicaron que el asunto debía seguir en la corte.

Los políticos del opositor Partido Socialista acusaron a Lagarde de abusar de su autoridad para entregar un pago de 285 millones de euros al empresario y zanjar así el asunto.

Credit Lyonnais llegó a ser el segundo mayor banco mundial pero se vio en graves problemas y fue rescatado por el Gobierno en la década de 1990 tras acumular grandes pérdidas, lo que dejó al Gobierno francés con una gran cantidad de compromisos por cumplir.