El Elegido
Zannini, para batallar contra el presidente de la Corte

Zannini, para batallar contra el presidente de la Corte
02/03/2013 | El secretario de Legal y Técnica había sido el promotor de la llegada de Lorenzetti al máximo tribunal. Ahora es su principal adversario.

 

Por Mariano Confalonieri / Natalia Aguiar

 

Cristina Kirchner decidió profundizar su guerra contra la corporación judicial y eligió para la tarea a Carlos Zannini, el hombre más influyente del Gobierno nacional. La embestida tiene como principal objetivo la figura de Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte Suprema. En el máximo tribunal están los expedientes que más preocupan a la Casa Rosada, como la Ley de Medios o el pedido de algunas provincias para salirse del pacto fiscal –el acuerdo a través del cual financian el déficit de la Anses–.

Zannini es el secretario de Legal y Técnica y lleva más de dos décadas en el kirchnerismo. Este hombre, que pertenece al círculo íntimo presidencial, fue el que promovió a Lorenzetti para que llegara a lo más alto de la Justicia (se conocían por el ejercicio de la profesión). Ahora es el encargado de desgastarlo, porque conoce todos sus secretos.

El funcionario fue el autor intelectual de varias de las medidas que ayer anunció Cristina Kirchner para “democratizar” la Justicia, una de ellas, el acceso a las declaraciones de todos los jueces. En la Casa Rosada pretenden presionar al presidente de la Corte con su patrimonio donde, dicen los K, hay muchos puntos oscuros.

Ayer, CFK puso en otro aprieto a Lorenzetti: lo instó a derogar la acordada de la Corte de 1996 que impide que los magistrados paguen el impuesto a las Ganancias. Si accede se pondrá a la corporación judicial en su contra. Si no lo hace, tendrá a la opinión pública en contra. El Ejecutivo maneja encuestas que indican que el 82% de los ciudadanos están a favor de que los jueces tributen por su salario. Echarle a la gente en contra es parte de otra estrategia de Cristina, que cree que Lorenzetti tiene una ambición presidencial de cara a 2015.

A instancias de Zannini, el Gobierno logró en estos meses una fractura del Poder Judicial. Se expresó en un grupo de magistrados nucleados en una agrupación denominada “Justicia Legítima”, que lidera la procuradora general, Alejandra Gils Carbó. Los jueces federales están en la vereda de enfrente: estuvieron presentes en el discurso de apertura del año judicial que hizo Lorenzetti y lo ovacionaron. Allí, el titular de la Corte envió mensajes a la Casa Rosada: dijo, entre otras cosas, que el máximo tribunal es el encargado de controlar la constitucionalidad. Se interpretó como una negativa de los ministros de la Corte a una reforma para habilitar una re-reelección de CFK.

El mismo día que hablaba Lorenzetti, un juez federal que se supone afín al Ejecutivo, Norberto Oyarbide, citó a declarar como testigo a Hebe de Bonafini en la causa por la malversación de fondos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. La señal incomodó al Gobierno.

En el entorno de Lorenzetti algunos aseguran que la Casa Rosada, a través del periodista Horacio Vertbisky, pretende quedarse con el control del sitio de difusión de la Corte, conocido como CIJ, administrado por María Bourdin, la vocera de la institución judicial. Sin embargo, el presidente del máximo tribunal mantuvo hace dos meses una reunión con el periodista, en el restaurante Astrid y Gastón, en Palermo, en términos cordiales.

Sí, es cierto que en esta guerra de “operaciones de prensa”, disgustó a los miembros de la Corte una tapa de la revista oficialista Veintitrés, que contaba intimidades de Lorenzetti. El dueño de la publicación es Sergio Szpolsky, quien luego de la nota asistió al cóctel de fin año, en lo que se interpretó como un gesto de arrepentimiento.

Ayer quedó claro que no habrá tregua en esta guerra. El Gobierno decidió atacar, y la Corte no se echó para atrás. En el primer semestre del año se definirán en el máximo tribunal los expedientes que más le interesan al Gobierno. Quizás, de esos fallos se pueda leer algún mensaje a la Casa Rosada.