Las Claves Para 2013
CFK define su plan electoral

CFK define su plan electoral
17/02/2013 | La jefa de Estado estuvo ayer con su hijo Máximo, que cumplió 36 años. Ella celebrará el martes. La re-re es la principal obsesión. La economía, la reforma judicial y la Ley de Medios, sus objetivos.

 

Por Mariano Confalonieri

 

Descanso. Cristina se prepara para que Máximo y Rocío la hagan abuela. Ayer, sonrió en la Fiesta del Lago en El Calafate. Hoy se la vio en su casa de Río Gallegos, a donde llegó anoche con su familia. En el sur hace footing y la acompañan Alicia y Florencia.
 

Cristina Kirchner celebró anoche en Santa Cruz el cumpleaños de su hijo Máximo. El líder de La Cámpora sopló 36 velitas. Y ella se prepara para su propio festejo: cumplirá 60 años el martes. Llega a esa fecha sabiendo que será abuela, aunque no habla de eso con sus funcionarios. El tema es tabú en el mundo K, porque su nuera, Rocío García, ya perdió un embarazo.

Hace más de una semana que la jefa de Estado está en el Sur. Descansa entre Río Gallegos y El Calafate. Medita allí cuáles serán los principales desafíos que enfrentará este año. Las elecciones legislativas la desvelan: del resultado depende el futuro político del kirchnerismo. Le preocupa la pérdida del poder adquisitivo, porque eso puede traducirse en una mala performance del oficialismo en las urnas. La reforma judicial es la carta que guarda bajo la manga para presionar al poder que le obstaculiza, entre otras cosas, la aplicación de la Ley de Medios.

“De elecciones hablamos en marzo”, les dice a los que la visitan en su despacho. Sin embargo, ya planifica la estrategia. Pretende sacarles más de 20 puntos de diferencia a sus rivales, para lograr una amplia mayoría en el Congreso, que la habilite a reformar la Constitución. El objetivo principal es modificar la cláusula del mandato presidencial para convertirlo en indefinido. Con eso se asegurará una candidatura en 2015. No lo necesita tanto para postularse como sí para evitar que se diluya su fortaleza en lo que le queda al frente de la Casa Rosada. Ya tiene, a sus espaldas, peronistas que aspiran a sucederla.

La reforma constitucional empezó como una expresión de deseos. Tal vez, como una amenaza para evitar fugas en la tropa propia. Pero ahora ya nadie la oculta. Se hará si se consiguen los votos necesarios en el Parlamento. El ministro de Planificación, Julio De Vido, lleva la voz cantante. “Va más allá de la voluntad de Cristina”, dijo hace poco. El funcionario es el que le allana el terreno: otorga fondos para obra pública a los intendentes a cambio de lealtad al modelo. El gran problema que tiene el kirchnerismo es que no tiene sucesor: Amado Boudou, el vicepresidente, se encaminaba a serlo, pero el escándalo de Ciccone lo dejó afuera de la carrera.

Otro asunto que preocupa a la Casa Rosada es la economía. Se prevé para este año un crecimiento por debajo del 5 por ciento. En 2012 fue del 8 por ciento. Con menos ingresos, el objetivo principal es cuidar las reservas del Banco Central –ya se está registrando una pérdida notable– para pagar la deuda. En la lista de prioridades sigue mantener el empleo y el consumo, pero para ello, sabe, pagará un costo alto: la inflación seguirá en alza y las restricciones para comprar moneda extranjera no se levantarán ni flexibilizarán. El plan del Gobierno es que los argentinos no pierdan el poder adquisitivo. Con eso, sostienen los funcionarios, logrará mantener la misma base de votos que el año pasado.

La reforma del Poder Judicial, que empezó a gestarse el año pasado, será uno de los temas sobre los que avanzará en el Congreso. El kirchnerismo ya presentó un proyecto para que los magistrados paguen el impuesto a las ganancias. Hasta ahora, están exentos gracias a una acordada de la Corte Suprema de Justicia del año 1996. Bajo el argumento de igualar a los jueces con el resto de los ciudadanos, el oficialismo pretende presionar en el Congreso para que se vote esa ley. Pondrá, entonces, en aprietos al titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, quien tendrá que definir si la revoca o la mantiene vigente. Es, en rigor, una forma de mantener en caja al supremo tribunal, que deberá definir antes de las elecciones la constitucionalidad de la Ley de Medios. Con esa ley, el Gobierno quiere desarmar al Grupo Clarín.

Ahora, el expediente está en la Cámara Civil y Comercial. Lo que estudia ese fuero es si los artículos 45 y 161 son constitucionales. Si el fuero la declara inconstitucional, la causa terminará en la Corte. Es posible que el máximo tribunal recurra a una solución salomónica, exigiendo que se cumpla la ley una vez que caduquen los plazos de las licencias adquiridas por el multimedios.

 

Se recalienta la tensión entre Peralta y la Casa Rosada

El gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, alimentó la tensión con la Casa Rosada. Ayer, mediante la red social Twitter, respondió críticas de la presidenta Cristina Kirchner. “Acá nadie se queja y se va. Trabajo más trabajo”, delineó en 140 caracteres. Advirtió que seguirá pidiendo por los fondos de la coparticipación provincial, el motivo de disputa con el Gobierno nacional.

La jefa de Estado había dicho durante un acto el viernes que los que se quejan “no deberían tener lugar” en cargos de gobierno. “Triste Calafate, ayer descalificación y agravio”, contestó el mandatario provincial.

Los roces con el oficialismo, del que se supone forma parte, empezaron a fin del año 2011, cuando quiso imponer un ajuste impositivo, y La Cámpora –manejada por el hijo de la Presidenta– le vació el gabinete y la Legislatura. En enero de este año, Peralta le pidió la renuncia a todo el gabinete para “oxigenarlo”. Pondrá en todos los cargos hombres de su confianza. Les ofrecerá algunos cargos a otros sectores del peronismo con quienes construye un frente para resistir la embestida kirchnerista. Sin embargo, la Casa Rosada sigue trabajando en esmerilarlo. El ministro de Planificación, Julio De Vido, les da fondos a los intendentes de manera directa a cambio de quitarle apoyo a Peralta.