Política
Carta secreta para rescatar la Fragata

Carta secreta para rescatar la Fragata
04/11/2012 | Elsa Kelly, la exvicecanciller de Raúl Alfonsín, es uno de los 21 miembros en el Tribunal Internacional de Derechos del Mar en el que la Argentina busca la liberación de la nave.

Es la única mujer integrante de la Corte y uno de los 2 únicos miembros de la región. El gobierno planteará una violación a la legislación internacional.
 Un mes se cumple desde que la Fragata Libertad fue retenida en un puerto de Ghana gracias a una orden judicial que embargó la embarcación tras un pedido del fondo buitre NML Capital. Fracasadas las gestiones en la ONU, donde el canciller Héctor Timerman no consiguió apoyo del Consejo de Seguridad, y el titular del organismo, Ban Ki Moon, dio una tibia señal, el gobierno argentino buscará obtener una solución en el Tribunal Internacional de los Derechos del Mar.
En los últimos días llegó hasta Hamburgo, Alemania, donde la corte internacional tiene sede, una delegación argentina encabezada por la consejera legal del Ministerio de Relaciones Exteriores, Susana Ruiz Cerruti.

Cerruti, quien fuera la encargada entre 2006 y 2010 de litigar contra Uruguay en la Corte Internacional de La Haya por el conflicto de la ex Botnia, viajó acompañada de Holger Martinsen, encargado de Derecho del Mar de la Cancillería.

En Hamburgo los espera una compatriota. Se trata de la embajadora Elsa Kelly, quien es una de los 21 miembros del Tribunal de Derechos del Mar. Kelly fue designada en junio de 2011 como parte de la corte a la que ahora acude la Argentina por la cuestión de la Fragata Libertad.

La diplomática tiene cercanía con el Gobierno Nacional. Si bien su origen radical y fue subsecretaria de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Raúl Alfonsín, fue mencionada como posible reemplazante de Héctor Timerman cuando éste pasó desde la embajada en Washington a la Cancillería, tras la abrupta salida de Jorge Taiana.

Finalmente ese cargo lo ocupó Jorge Arguello, a quien le tocó comunicar el año pasado el arribo de Kelly como miembro del Tribunal Internacional. Su mandato se inició el 1/10 de 2011.

La diplomática también tuvo un rol destacado durante la cumbre de seguridad nuclear celebrada en Washington en 2010, donde ofició de 'sherpa' (la experta) asignada a la presidente Cristina Fernández. Es más: se la señala como una figura clave en la reestructuración del sector en el país.

Nacida el 28/2 de 1939, Elsa Kelly es abogada y diplomática de carrera. Ingresó al Servicio Exterior de la Nación en 1962 siendo promovida sucesivamente hasta alcanzar la jerarquía de Embajadora en 1984. En 2006 fue designada como Directora de Seguridad Internacional, Asuntos Nucleares y Espaciales. En este ámbito también fue Gobernadora en la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

También, se desempeñó como diputada nacional desde 1992 a 1995 y constituyente de la Ciudad de Buenos Aires, en 1996. Es miembro consejero del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (Cari) y condecorada por los gobiernos de Ecuador, Francia (Palmas Académicas) y México.

Kelly es la representante de la Argentina en Tribunal que preside el japonés Shunji Yanai, al que secunda el sudafricano Albert J. Hoffmann. La llegada de la jueza al tribunal se produjo en reemplazo de Hugo Caminos, quien estuvo en el cargo hasta 2011 y desde 1996, año de inicio de las funciones de la corte.

No sólo es la única mujer del Tribunal, sino que además es uno de los 2 únicos representantes de la región en el mismo. El otro es el brasileño Vicente Marotta Rangel, quien permanece en el cargo desde 1996.

También integran el tribunal representantes de India, China, Austria, Polonia, Alemania, Rusia y Francia, entre otros. Llama la atención la ausencia de jueces de USA y el Reino Unido.

De acuerdo al diario Ámbito Financiero, lo que la Argentina denunciará en Hamburgo sería la eventual violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM), considerada como la Constitución de los océanos. Este tratado fue aprobado el 30/4 de 1982 en Nueva York y abierto a su firma por parte de los Estados en diciembre de ese año en Bahía Montego (Jamaica).

El tratado fue certificado tanto por la Argentina como por Ghana. El órgano de aplicación es el Tribunal Internacional de Hamburgo donde la Argentina podría apelar a dos tribunales particulares: la Sala de Controversias o la Sala de Procedimientos Sumarios. En el primero, operan los votos de los 21 miembros, y la intención argentina es que falle la liberación de la nave, aplicando el artículo 292 de la Convención, donde se habla de la "liberación de buques y sus tripulaciones (artículo 292 de la Convención)".

Según ese artículo, los buques de guerra y otros buques de Estado destinados a fines no comerciales están protegidos por inmunidad soberana y, en consecuencia, son libres de requisas y embargos. La Argentina también evalúa llegar a la Sala de Procedimientos Sumarios. En este caso, se buscará que esta Corte determine que la retención de la fragata viola derechos humanos y de navegación de manera visible, con lo cual merecería un tratamiento sumario (de rapidez extrema) para su liberación.

Desde la Argentina se acumulan datos para apoyar eventuales presentaciones judiciales contra Ghana para fundamentar el pedido de liberación de la nave. Se pidieron al Ministerio de Economía de Hernán Lorenzino algunos fallos del juez norteamericano Thomas Griesa sobre embestidas del fondo Elliot. Se consideraba que podrían ser de utilidad dos decisiones, donde rechazaba pedidos del fondo buitre para embargar activos de la Argentina.

También –siempre según Ámbito Financiero- la Argentina tiene en carpeta un último fallo de la Justicia suiza, donde se consideraron inembargables los fondos del Banco Central depositados en el Banco de Basilea.

Mientras tanto, en el puerto de Tema en las próximas horas habría novedades en cuanto a la Fragata Libertad, ya que el próximo lunes (5/11) el juez ghanés Richard Adjei Frimpong decidirá el próximo si autoriza el traslado de la embarcación a un lugar donde les moleste menos a los administradores de la terminal portuaria.