Parecía que San Lorenzo recuperaría la sonrisa en el Nuevo Gasómetro, pero Quilmes ahogó el grito del Ciclón en el final del partido. El equipo de Pizzi ganaba pero en el segundo minuto de descuento, un cabezazo de Mandarino le dio el empate a De Felippe, resultado que le impide al local salir de la zona de descenso directo.

Quilmes comenzó ganando el partido con el tanto de Martín Cauteruccio, y el 'Cervecero' enmudecía al Nuevo Gasómetro. Sin embargo San Lorenzo tuvo reacción.

El dueño de casa tardó unos instantes en asimilar el golpe, pero una vez que se tranquilizó mostró una supremacía muy clara sobre el rival. Antes de dar vuelta el resultado, a Luis Aguiar le anularon mal un gol por posición adelantada.

A los 25' llegó la igualdad. Todo nació de un gran taco del uruguayo, al que le habían ahogado el grito un rato antes, que dejó habilitado a Alan Ruiz para que el ex mediocampista de Gimnasia sacara un latigazo cruzado que terminó en la red.

San Lorenzo aprovechó el envión anímico que significó el empate y a los 27 se puso adelante en el marcador. Los protagonistas de la primera conquista cambiaron los roles y, después de una muy buena asistencia del jugador con pasado en el Lobo, apareció el oriental para la definición.

Ya con el triunfo parcial, San Lorenzo se soltó y hasta pudo haber estirado la diferencia. Sin embargo, en la última jugada del primer tiempo Patricio Loustau cobró un penal para Quilmes por falta de Julio Buffarini sobre Jacobo Mansilla y Pablo Migliore le detuvo el disparo a Cauteruccio pero la historia no estaría finalizada.

Pese a que parecía que a San Lorenzo no se le escaparía la victoria después de estar cerca del tercero, la expulsión de Buffarini sobre el final fue sólo el adelanto de que lo peor estaba por pasar.

A los 47', y cuando la gente de San Lorenzo festejaba salir de la zona de descenso, llegó el gol de Mandarino, un debutante de Quilmes, que consiguió el 2-2. Un empate que le sienta mucho mejor a Quilmes, que sigue afuera de la zona más caliente del campeonato y San Lorenzo, que terminó muy alterado, sigue sin poder salir de la zona que le quita el sueño.