NUNCA HICIERON LA INVERSIÓN QUE PROMETIERON
Carta documento por malos olores a fábrica uruguaya

Carta documento por malos olores a fábrica uruguaya
06/10/2012 | Después de reclamar por vías administrativas en reiteradas oportunidades y ante diferentes estamentos, el Concejo de Monte Caseros decidió avanzar en nuevos reclamos por los malos olores que provendrían de una fábrica uruguaya. Y que afectarían a los lugareños de la comuna correntina.


Por ello, ingresó al recinto un proyecto de resolución para denunciar que la ciudad está siendo afectada por olores nauseabundos provenientes de la planta industrial “Alur SA “, emplazada en Bella Unión (Uruguay). Propuesta que contemplaba además, que este reclamo fuera expuesto -vía carta documento- no sólo ante la empresa sino también ante: el Instituto Correntino del Agua y el Ambiente (Icaa), el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina; el Director de Derechos Sociales Defensor del Pueblo de la Nación y la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru).
Esta moción, según lo indicado por el presidente del Concejo, Carlos Soto fue aprobada en la última sesión del recinto local.
Estiman que el Ejecutivo Municipal no vetará la resolución que fue avalada por todos los ediles. Y que tendría como objetivo intentar avanzar en el cese de los malos olores que, aseguran, aquejan a los pobladores.


La Botnia de la Triple Frontera sigue contaminando el aire
 

La empresa estatal uruguaya, Alur continúa contaminando el ambiente producto de la vinaza de la producción de etanol. Inunda el aire de ácidos sulfurosos con mal olor. Desde la fabrica prometieron a los intendentes y alcaldes de la región llamar a licitación para tapar las piletas y evitar la emanación de olores nauseabundo y evitar contaminar el aire y el río, pero todavía no cumplieron.

En el mes de abril fue la última reunión que representantes de la fábrica mantuvieron con el intendente de Monte caseros, Eduardo Galantini y el alcalde de Bella Unión, William Cresseri y demás miembros de la Comisión de Seguimiento, donde prometieron llegar a una pronta solución en el tema de los olores que invade las tres ciudades de la triple frontera, emitida por la vinaza de la fabricación de etanol en la República del Uruguay, pero no lo hicieron.

En esta oportunidad fueron recibidos por la coordinadora del Sistema de Gestión Integrado de Medio Ambiente, Seguridad y Salud Ocupacional, de Alur Alcoholes del Uruguay S.A., la ingeniera, Leticia Ferreira quién manifestó a las autoridades municipales de ambos países que el directorio se encuentraba evaluando los costos de los presupuestos solicitados para tapar las piletas e instalar reactores anaerobios utilizados para tratar efluentes industriales con altas cargas orgánicas.

Había dicho en ese entonces que la decisión la tomarían en el mes de mayo, y que la inversión rondaría entre los 9 millones de dólares, pero ya pasaron tres meses y los olores continúan en toda la región.

La realidad es que desde la empresa siguen mintiendo desde diciembre del 2011 cuando dijeron que terminarían con los olores y sin embargo siguieron hasta fines de febrero de 2012, luego prometieron que en un mes se decidirán por la empresa para contratar para tapar las piletas y colocar los reactores anaerobios, pero pasaron tres meses de ello y no se tuvo solución.
Como produce Alur

Esta fabrica Alur Alcoholes del Uruguay S.A. tiene fermentadores y el destilador para la obtención de azúcar de melaza. La tecnología era absolutamente nueva para el Uruguay, tanto como la producción de celulosa.

Hay un tiempo de aprendizaje para el funcionamiento de una planta de estas características durante el cual la población adyacente y el medio ambiente sufren las consecuencias del deterioro de las condiciones para una buena calidad de vida.

Hoy se puede decir que todavía no le han “agarrado la mano” porque los olores sulfhídricos son muy irritantes en un radio que supera los 12 kilómetros de alrededor y las manchas de residuos orgánicos, no clorados, que se observan en el río Uruguay son importantes.

Hay que tener en cuenta que el proceso consiste básicamente en obtención, tras molienda de caña, de melaza, que es una solución saturada de azúcar, principalmente sacarosa, que se lleva a fermentación con la levaduras adecuadas para llevar azúcar a alcohol, el que se va concentrando en el medio líquido, luego se separan los restos y destila en una columna especialmente diseñada con tanto “platos teóricos” como sean necesarios.

El diseño es de última tecnología, se supone. Los restos ricos en orgánicos son alimento perfecto para toda clase de bacteria y hongo que impulsaran su desarrollo poblacional y que a veces al no disponer de oxígeno suficiente para cumplir sus funciones vitales permiten el desarrollo compulsivo de otras bacterias que usan azufre como final de la cadena de oxidación apareciendo en entre los gases sulfhídricos de olor nauseabundo; esto es lo que ocurre en la naturaleza, por eso hay que forzar la oxigenación y el aumento de bacterias no sulfurosas con un tratamiento adecuado y esto es lo que está fallando; pero hay que tener en cuenta que arrojar los restos sin tratar al río es más barato para la fabrica, sin hablar de esta en particular.