Boca Unidos fue con un solo objetivo a Parque Patricios y lo cumplió. El conjunto de Darío Ortiz sumó una muy buena victoria como visitante en Parque Patricios ante Huracán con dos goles de Gonzalo Ríos, en el marco del cierre de la 6ª fecha de la B Nacional.
La premisa, en principio, era traer los tres puntos, algo que se suponía se podía dar por la levantada futbolística y por lo golpeado que llegaba el rival. Pero la historia no se escribió como se preveía, por un lado porque Boca Unidos no hizo un gran despliegue en lo futbolístico y por el otro porque Huracán hizo menos de lo que se suponía podía hacer.
En el inicio del partido, Huracán salió a jugar con la necesidad del triunfo para dejar la zona baja de la tabla y comenzar a engordar un promedio muy flaco. Con esta premisa intentó hacerse protagonista, aunque se topó con un Aurirrojo bien parado en cancha que se mantuvo ordenado y prolijo en sus líneas. Lo cierto es que la voluntad del local no alcanzaba para doblegar a su rival, que aunque agazapado, intentaba de contragolpe aprovechar las muchas ventajas que daba en defensa el local.
El Globo, con poco fútbol y abusando del pelotazo, lo tuvo primero con Daniel Vega y luego con Alexis Danelón, pero cada vez que los de Ortiz se animaban a atacar lo complicaban. No en su máxima expresión, pero siendo nuevamente conductor del juego Matías García se encargó de abastecer a los delanteros correntinos. Así llego la apertura a los 36 minutos, cuando Gonzalo Ríos recibió solo en el área a la espalda de los centrales y luego de un buen control definió por arriba de la humanidad de Daniel Islas.
Con el orden como argumento principal, Boca Unidos se ponía en ventaja en el estadio de Parque Patricios.
En la segunda etapa, los dirigidos interinamente por Gabriel Rinaldi salieron en búsqueda del empate que, sin brillar ni mucho menos, estuvieron cerca de conseguirlo, pero en parte por falta de eficacia y en otra por mala suerte no pudo establecer la igualdad.
El equipo conducido por el Indio, en tanto, seguía al pie de la letra sus libretos, siendo aguerrido desde el fondo hacia el medio, y llevando peligro al área rival cada vez que se lo proponía. Huracán quedaba preso de sus nervios, potenciado esto por la andanada de insultos que bajaban desde las tribunas. Así, a los 28 minutos, nuevamente Ríos aprovechó un rebote y una nueva desatención para sellar el triunfo y desatar el desahogo del banco correntino.
De ahí en adelante, el local se adelantó en el terreno y dio más libertades tanto a Ríos como a Villanueva que no pudieron concretar dos o tres jugadas más para estirar el marcador.
Llegó el oxígeno para un equipo que pedía a gritos ganar para sumar en confianza y plasmar de una vez, y tras dos empates, una mejoría en su salud futbolística. Ahora habrá que poner la mente en el próximo rival, un candidato al ascenso, como Banfield.