LA NACIÓN NO CONTROLA EL SERVICIO
Subsidios, colapso y peligro en el Chaco-Corrientes

Subsidios, colapso y peligro en el Chaco-Corrientes
02/05/2012 | Pese a los aportes que las empresas reciben del Estado nacional, el transporte de colectivos interprovincial sigue siendo preocupante. En riesgo, la vida de miles de pasajeros de la región.


Pese a que se informó que agregaron más unidades, el servicio de transporte de colectivos Chaco-Corrientes sigue mostrando una preocupante imagen, sobre todo los fines de semana, cuando aumenta notablemente la cantidad de pasajeros.
Ayer, como el domingo y el lunes, el servicio colapsó nuevamente con miles de chaqueños y correntinos que tuvieron que esperar una hora para poder subir un colectivo y, lo que es peor aún, viajar en condiciones de alta peligrosidad por la gran cantidad de gente amontonada.
Lo grave de todo es que ningún organismo público se encarga de impedir este tipo de viajes teniendo en cuenta que el colapso puede provocar una tragedia. En promedio, cada uno de estos colectivos tiene capacidad solo para 40 personas sentadas, pero a diario se observan que esa cantidad es duplicada con los pasajeros que van parados.
El pasaje subió en diciembre pasado a 3 pesos y para financiar este bajo costo, la Nación incrementa mes a mes los montos de subsidios para las empresas. Pero tampoco hay organismo público de control que explique a los usuarios por qué las empresas no invierten de una manera que demuestre compromiso.
Según publicó el miércoles pasado el diario digital Momarandu.com, la empresa Ticsa recibió autorización de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte para incorporar dos nuevas unidades y espera la llegada de tres más al menos. Desde la otra firma concesionaria, Ataco Norte, estiman que recién a mediados de junio llegarían nuevos colectivos.
Ayer, La República recorrió la zona del puerto de Corrientes, donde una multitud esperaba por la llegada de estos colectivos para viajar a Resistencia. No solo que hubo demoras de 20 minutos en la frecuencia de las unidades, sino que además cientos de personas tuvieron que esperar casi una hora haciendo cola porque los coches, que viajaban colapsados, no daban abasto.
Pese a los subsidios del Estado nacional y a los anuncios de más unidades, las empresas continúan prestando un pésimo servicio a la vista de todos. Pero los organismos públicos de la Nación no actúan para hacer complicar las obligaciones. Mientras tanto, miles de estudiantes universitarios, trabajadores y turistas padecen las consecuencias de una situación que podría tornarse trágica en caso de accidentes.