Hacia Myanmar
La apertura de USA pone nerviosa a China

La apertura de USA pone nerviosa a China
19/11/2011 | El presidente de USA, Barack Obama, decidió enviar a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, a la nación asiática -hasta ahora aislada por la comunidad internacional- como espaldarazo a las reformas democráticas del presidente Thein Sein.

Pero el verdadero objetivo sigue siendo la contención de China en el Pacífico.

Tan solo 9 meses después del fin oficial de la dictadura militar en Myanmar, el presidente de USA, Barack Obama, decidió ayer (18/11) enviar a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, a la nación asiática, que hasta ahora estaba aislada por la comunidad internacional.

Antes de tomar la decisión, Obama, quien se encuentra en Indonesia para una cumbre de dirigentes de Asia-Pacífico -donde esta mañana se informó que sostuvo un encuentro imprevisto con el primer ministro chino, Wen Jiabao, del que no se dieron detalles- dijo que habló con Suu Kyi, quien apoyó una mayor influencia estadounidense en la ex colonia británica, antiguamente llamada Birmania.

La primer visita oficial de la diplomacia estadounidense a Myanmar en medio siglo abre una puerta para que se reduzca el aislamiento internacional de esta pequeña nación dominada por militares. Pero más aún, tienen el potencial de reducir la dependencia de su hoy aliado, China.

La secretaria de Estado de USA, Hillary Rodham Clinton viajará a Myanmar, también conocido como Birmania, los primeros días de diciembre para reunirse tanto con líderes del gobierno como de la oposición. Será la culminación de un esfuerzo de 2 años para entablar una relación de colaboración -evitada durante años por Washington- con un régimen varias veces tildado de represivo.

Washington espera intensificar la reforma democrática que comenzó luego de que Myanmar celebrase elecciones el año pasado marcando el comienzo de un gobierno civil, si bien siempre dominado por la misma estructura militar que había gobernado el país de forma directa desde 1962.

El nuevo gobierno también liberó y comenzó conversaciones con el premio Nobel y líder de la oposición, Aung San Suu Kyi .

Pero más allá de continuar con su política de expansión de la democracia por el mundo, la administración Obama tiene una intención estratégica, y esa es tratar de ampliar los lazos de USA en el económicamente dinámico sudeste asiático como un contrapeso a la creciente influencia de China.

China ha sido un amigo fiel de su vecino del sur, Myanmar, y de sus generales gobernantes. Desde la sangrienta represión de 1988 contra manifestantes que reclamaban una mayor apertura democrática que dejó al país en condición de paria. China proporcionó apoyo diplomático, inversiones, y armas mientras las naciones occidentales imponían duras sanciones económicas, comerciales y políticas.

A pesar del respaldo, los dirigentes ferozmente nacionalistas de Myanmar mantienen sus sospechas acerca de las reales intenciones de China y se resisten a convertirse en esclavos de otro potencia extranjera.

Han intentado equilibrar la influencia china estrechando lazos con su vecino al oeste, la India.

"Birmania siempre se ha sentido incomoda con ambas alianzas y tienen intenciones de equilibrarlas con otras nuevas” dijo Priscilla Clapp, quien se desempeñó como jefa de la diplomacia estadounidense en el país entre 1999 y 2002. "Esa es la elección que están ejecutando ahora".

Clapp dijo que muchos de la generación anterior de oficiales del ejército que ahora ocupan cargos en el gobierno adquirieron sus primeras experiencias militares combatiendo a los insurgentes que controlaban grandes extensiones del norte del vasto país, respaldados por China bajo el mando de Mao Zedong.

China hace mucho que abandonó ese apoyo. Y su huella económica se ha hecho sentir en las últimas 2 décadas, particularmente en el norte del país, a través de inversiones y la explotación de recursos naturales, como petróleo, gas, minerales y madera.

La influencia china ha generado resentimiento entre la población en general, dijo Aung Din, un ex preso político en Myanmar y ahora director ejecutivo de la Campaña de USA por Birmania.

Probablemente la decisión más importante adoptada por el nuevo gobierno del presidente, Thein Sein, haya sido ordenar la suspensión de la construcción de una gigantesca presa hidroeléctrica financiada por China en el estado septentrional de Kachin que reportaría enormes ingresos por la exportación de electricidad.

Thein Sein dijo que el proyecto, que habría inundado una amplia zona e interrumpido el flujo del río principal del país, el Irrawaddy, estaba en contra de la voluntad del pueblo.

Su decisión también envió una poderosa señal justo cuando USA estaba haciendo frenéticos esfuerzos para comprometer al gobierno de Thein Sein bajo la consigna “Myanmar no esta en deuda con China”.

Pero Myanmar tendrá que hacer más para conseguir lo que realmente quiere de Washington: el levantamiento de las sanciones.

Ocurre que para el levantamiento de las sanciones, se requiere la aprobación del Congreso, donde algunos legisladores influyentes tienen un gran interés personal en la restauración de la democracia en Myanmar. El primer país tendrá que reconciliarse plenamente con Suu Kyi, liberar a los presos políticos y hacer la paz con la insurgencia étnica.

Mientras tanto, el gobierno de Obama puede recompensar los progresos con gestos significativos.

La visita de Clinton, la primera de un Secretario de Estado de USA desde que John Foster Dulles lo hiciera en 1955, es un espaldarazo diplomático a Thein Sein, y premia sus tímidas reformas iniciadas hasta ahora, si bien estas podría enfrentar resistencia de parte de la línea dura del establishment militar.

La visita de Clinton también debe fortalecer a Suu Kyi, quien le dio luz verde al viaje y cuya aprobación será clave para que USA pueda profundizar aun más sus relaciones con el gobierno.

Pero, incluso si el gobierno de Myanmar afloja su puño para aferrarse a la mano extendida que ofrece Obama, no se pueden esperar cambios inmediatos en Myanmar.

Washington ha aplaudido la decisión del partido de Suu Kyi de impugnar unas elecciones luego de que algunas regulaciones al respecto hayan sido modificadas de manera injusta. Pero aún si tiene éxito, el potencial de su partido político es limitado. El partido militar controla casi el 80% de los escaños parlamentarios.