CURIOSA ELECCIÓN
Nilda los prefiere... israelíes

Nilda los prefiere... israelíes
19/11/2011 | El doble discurso es una cuestión complicada para cualquier administración. Decir algo pero hacer lo contrario... Todo un problema para la ministro Nilda Garré, en especial cuando ciertas decisiones pueden colisionar con el discurso que prepara Cristina Fernández... Y la pregunta inevitable: Garré ¿qué tienen los israelíes?

 


POR EDGAR MAINHARD
Con tal que no sea Julio De Vido, su viejo rencor por la oreja de Néstor Kirchner, el Ñoño Carlos Zannini lanzó a Nilda Garré para la Jefatura de Gabinete. De Vido vs. Zannini, antigua riña patagónica de 2 inmigrantes al sur, acerca de la que, en algun tiempo pasado, la web OPI Santa Cruz podía abundar en delicias.

Garré ha logrado reciclarse con una prolijidad interesante: no es ni "aquella voz" que decía escuchar Jorge Born ni la simpatizante de Carlos Álvarez (a quien siempre le quedó grande el apodo "Chacho"), ni la asistente de Federico Storani en el Ministerio del Interior de Fernando De la Rúa. Ha logrado hasta que se olviden aquellos incidentes familiares tan comentados en aquellos días, probablemente en el marco del derrumbe acelerado del Presidente que más desengañó (más que Adolfo Rodríguez Saá, sin duda).

Garré fue la herramienta de Néstor Kirchner para sodomizar a los proletarizados militares argentinos y luego, gracias al Parque Indoamericano, episodio acerca del que Sergio Schoklender todavía no se sinceró, ascendió al Ministerio de Seguridad, tierra de abundancia para el ladriprogresismo ilustrado.

Garré prometió modificar normas y procedimientos de las fuerzas de seguridad para cumplir su promesa de hacerlas eficaces, aunque con el dañino antecedente de haber destrozado a las fuerzas militares que heredó, aunque es necesario ponderar que su labor gozó de la conveniente sumisión de corruptas jefaturas uniformadas.

Pero al frente de las fuerzas de seguridad, Garré ya no se encontraba en el pelotón del medio del gabinete de ministros sino en "la vanguardia" (palabra que provoca efervescencia en el Zannini setentista que vive en él), por la importancia que tiene la seguridad/inseguridad en estos tiempos de falsos progresistas interpretando los códigos y las leyes.

Con semejante exposición superlativa, las exigencias fueron otras, más allá de que -tanto en democracia como en régimen de facto- la Administración pública argentina sonríe, burlona, ante la enunciación del enérgico sustantivo femenino "exigencia".

Garré prometió reconversión, honestidad, transparencia y profesionalismo. Para ello, la ministro obtuvo atribuciones irrestrictas: despidió gente, modificó organigramas y acumuló poder, con la ayuda de algunos supuestos 'superbrains': el inversor inmobiliario Eugenio Zaffaroni, el gran reformador policial bonaerense León Arslanián y su iconoclasta ladero Alberto Binder, y el policía aeroportuario Marcelo Saín, entre otros.

El reequipamiento de las fuerzas resultó otro eje de su discurso. Garré centralizó la política de compras y prometió que el dinero desembolsado no sería negociado.

No obstante, se han escuchado algunos rumores. También es cierto que estos podrían atribuirse a oficiales desencantados por la demolición de sus cadenas comerciales.

No, no se aceptan críticas sin fundamento. Bueno... al respecto hay novedades: la compra de 33.000 chalecos antibala israelíes.

Un poco de historia

Los chalecos de protección se remiten a la experiencia, en 1879, de la banda de prófugos australianos dirigida por Ned Kelly, que fabricó armaduras a partir de chatarra: 44 Kg. que resultaron inútiles.

Apenas un lustro después, George Emery Goodfellow, de Arizona, investigó con chalecos de seda, que tenían entre 18 y 30 capas de tela, para proteger al usuario de las flechas.

Luego, Casimir Zeglen, en Chicago, avanzó para desarrollar un chaleco de tela de seda que podía detener las balas relativamente lentas disparadas por pistolas que empleaban cartuchos con pólvora negra.

En base a ese modelo hubo otros, y así fue como Jan Szczepanik, en 1901, ayudó a salvar la vida del rey Alfonso XIII cuando atentaron contra él.

Sin embargo, el 28/06/1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono Austro-Húngaro, llevaba un chaleco similar cuando fue atacado en Sarajevo, pero el disparo le impactó en el cuello, y comenzó la 1ra. Guerra Mundial.

Pasaron 60 años, y la investigadora química Stephanie Kwolek desarrolló, para la empresa DuPont, la fibra sintética Kevlar (poliparafenileno tereftalamida), inmediatamente incluido en un programa de evaluación del estadounidense National Institute of Justice, que buscaba armaduras ligeras y de fácil ocultamiento.

Hay 2 tipos de esas fibras: Kevlar 29 (tal como se obtiene de su fabricación) y Kevlar 49 (se embeben en una resina). El Kevlar 49 se emplea como equipamiento para deportes extremos, en la industria aeronáutica, aviones y satélites de comunicaciones y cascos para motos. El Kevlar 29, para los chalecos, desde que un tal Lester Shubin dirigió el estudio de factibilidad que derivó en el dispositivo moderno.

Richard A. Armellino, fundador de American Body Armor, promocionó un chaleco llamado K-15 (15 capas de Kevlar) y que incluía una placa de acero balístico Shok Plate de 5" x 8" situada verticalmente sobre el corazón, recibiendo el US Patent #3,971,072 por esa innovación.

Y Richard Davis, fundador de Second Chance Body Armor, diseñó el 1er. chaleco totalmente de Kevlar, el Model Y: había nacido una industria.

Para mediados y fines de los '80, un promedio de 33% a 50% de los agentes de policía que patrullaban en USA vestían diariamente chalecos ocultables. Para 2006, habían sido documentadas más de 2.000 supervivencias gracias al empleo de chalecos policiales.

Hoy se trabaja en equipamientos más sofisticados, en especial para tropas de élite.

Pero el estándar es el chaleco a base de Kevlar, la fibra aramida, abreviación del término "aromatic polyamide", y designa a una categoría de fibra sintética, que consta de la poliamida Kevlar y de Twaron (un desarrollo similar de la compañía holandesa Akzo Industrial Fibers).

En el mundo hay 4 fabricantes de aramida que, por lo que puede apreciarse no es una tecnología israelí, y resulta más bien un commodity.

Tel Aviv

A los funcionarios argentinos les resulta siempre tentador buscar equipamiento en Israel. ¿Qué tienen en comun Miguel Ángel Toma, Facundo Suárez, Juan José Álvarez, Hugo Anzorreguy, Aníbal Fernández, Carlos Stornelli y Nilda Garré, entre otros? La preferencia por la provisión israelí. Puede resultar cierto que tanta experiencia en el interminable conflicto entre los hijos de Abraham por la tenencia de Palestina haya dotado a Israel de eficientes proveedores de equipamiento diverso para la seguridad pública.

Pero el discurso importador de Garré entra en colisión con el de la presidente Cristina Fernández, quien insiste en la necesidad de reforzar la producción nacional, de garantizar el valor agregado local y de proteger el empleo argentino.

Es más: Cristina Fernández prepara un discurso para los de la Unión Industrial Argentina en base a esas ideas, que podría ejemplificarse en 4 frases recientes de la mandataria:

> "Sepan que siempre voy a estar de los que quieren agregar valor porque necesitamos empresarios con responsabilidad social, que sepan que hay que tener rentabilidad pero que los beneficios deben llegar a toda la sociedad".

> "No es una fábrica cualquiera, es una fábrica de productos que antes se importaban en su totalidad en la Argentina" (visita a la planta Newsan).

> "Esta planta fue cerrad en 1997 y permaneció clausurada durante 15 años. Bah, en realidad la que permaneció clausurada fue la industria argentina durante 15 años".

> "Yo quiero mostrarles algo a ustedes y a todos los argentinos, estos anteojos naranjas que me regalaron y que, para que nadie diga, no son ni Chanel, Ives Saint Laurent, ni ninguna de esas marcas que normalmente me adjudican como mis favoritas. No, estos anteojos naranjas son para ver LCD tridimensionales que están fabricando aqui en Tierra del Fuego".

No obstante, Garré, desafiando esa directiva presidencial, decidió comprarle los 33.000 nuevos chalecos antibalas a los israelíes y no a los establecimientos argentinos, de prestaciones similares. Silencio en la Casa Rosada. Zannini no atiende. Que explique lo de su protegida ya que, a igualdad de condiciones, los chalecos antibala locales son más baratos y eso quiere decir que los con los $ 100 millones aplicados se podrían comprar más chalecos.

"Sí, es posible que importándolos vía alguna legislación secreta pudieran evitarse pagar impuestos para que el precio resulte más competitivo pero, en ese caso, Garré estaría quitándole recursos a Ricardo Echegaray, el de la Afip", reflexionó un funcionario consultado.

No es la preferencia pionera de Garré por los israelíes y quizá no sea la última pero ¿cómo explicarlo en el marco de las declaraciones de Cristina?

Y la gran pregunta conveniente: ¿Solamente en este tema mantienen conceptos diferentes o también ocurre en otras cuestiones que todavía no han aparecido?

De Aníbal Fernández podrán deslizarse muchísimos conceptos pero él nunca ha desafiado públicamente a Ella. ¿Y si Garré decidiera que los conceptos de Cristina no son funcionales para cumplir con su misión? Ay Ñoño, Ñoño, Ñoño...

Alguien podrá afirmar que "solo se trata de 33.000 chalecos antibala" y no de políticas de Estado pero... para Cristina hoy día no exportar trabajo argentino es una política de Estado ya que le han explicado que eso es lo que está diciendo Dilma Rousseff en Brasil, ante la crisis que desciende desde el 1er. Mundo.

Luego, Garré obliga a Cristina Fernández a buscar una respuesta ahora que visitará la UIA: ¿desarrollismo para los privados pero no para el Estado?

En cualquier caso, toda una anécdota acerca de una ministro de moda y con ambición de ascenso.