Para Protagonizar
Correa fue contra la OCDE, el Banco Mundial y la CIDH

Correa fue contra la OCDE, el Banco Mundial y la CIDH
30/10/2011 | En ausencia de Hugo Chávez, Dilma Rousseff y Cristina Fernández, Rafael Correa resolvió quedarse con el protagonismo de la XXI Cumbre Iberoamericana: se retiró del recinto en protesta por la participación de una representante del Banco Mundial (BM).  

Antes se había enojado con una presentación de la Organización para la Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE) y terminó embistiendo contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Rafael Correa.


El presidente ecuatoriano Rafael Correa arremetió contra la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuyo titular -el mexicano Ángel Gurría- estaba en la sala, durante la sesión plenaria del XXI Cumbre Iberoamericana, en Asunción del Paraguay.

Gurría había presentado un informe sobre proyecciones macroeconómicas, y Correa pidió la palabra para protestar por la presencia de esa organización en la cumbre y dijo que “para que cambie algo, yo propondría que en el próximo foro de OCDE vaya algún país latinoamericano a dar nuestra visión”.

Una estupidez de parte de Correa: no solamente porque el mexicano Gurría es titular de la OCDE en repretación de México, sino porque Chile también participa de la OCDE.

Enojo Nº2

Luego, Correa, abandonó las sesiones de la Cumbre Iberoamericana en Asunción durante la intervención de la vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina, Pamela Cox, tras acusarla de haber “chantajeado” a su país en el pasado.

“En un foro iberoamericano por qué tengo que escuchar las cátedras de la vicepresidenta del Banco Mundial, que chantajeó abiertamente a mi país” se preguntó y acusó a esa institución de ser “heraldo del neoliberalismo”.

Correa recordó un episodio del 2007, cuando expulsó al representante del Banco Mundial (BM) de Ecuador, porque esa entidad decidió no otorgarle un préstamo ya aprobado con anterioridad.

Exaltado, insistió una y otra vez que no entendía por qué tenía que “escuchar a una burócrata internacional”.

“Al menos que empiece pidiendo disculpas por el daño que le ha hecho a América Latina y a los países del planeta, pero no entiendo por qué esto, señor presidente”, dijo dirigiéndose al mandatario anfitrión Fernando Lugo.

“Presidente Lugo, ¡escúchenos a los colegas iberoamericanos y no a los organismos internacionales!”, dijo y se retiró de la sala antes de que tomara la palabra Cox en la sesión de la cumbre que se realiza en la capital paraguaya.

Se escuchaban algunos aplausos apagados y Lugo trató de sortear el incidente diciendo que la Cumbre Iberoamericana “es un foro abierto, amplio, donde se escuchan a las personas, las ideas”.

El presidente ecuatoriano se reincorporó a las sesiones solo cuando Cox había finalizado su intervención. Y en su discurso volvió a cargar contra la delegada del Banco Mundial.

Primero leyó algunos fragmentos de su libro Ecuador: de Banana Republic a la no República, publicado en el 2009. Eligió unas páginas en las que relata sus peripecias cuando asumió el Ministerio de Economía de su país en el 2005 y debió negociar con el organismo internacional el préstamo que luego fue denegado.

“Tuve que ir a Washington y Pamela Cox me dijo que el cheque de US$ 100 millones fue cancelado porque yo había cambiado unas condiciones en las que las garantías provenían de los recursos de nuestro petróleo. Entonces, cuando fui presidente en el 2007 tuve que expulsar de Ecuador al representante del Banco Mundial”, relató ante todos los presidentes y funcionarios internacionales presentes en el foro.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, respaldó a Correa, pidió al BM resarcir a América Latina por “los daños con sus políticas neoliberales”.

“Saludo la reacción del presidente Correa”, afirmó Morales y dijo que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) son “responsables y algún día tendrán que resarcir los daños causados a los países latinoamericanos con las políticas impuestas” con el Consenso de Washington y proyectos como el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)”.

La respuesta

"Si Ecuador no quiere trabajar con el Banco Mundial es una decisión soberana del Gobierno, pero tampoco le vamos a rogar que trabaje con nosotros", afirmó el portavoz del Banco Mundial para América Latina, Sergio Jelinek, después del incidente.

Jelinek mostró su "sorpresa" por el "ataque personal" de Correa a Cox y acusó al mandatario de vivir "en el pasado" al criticar a la funcionaria por un incidente en el que ellos habían dado "vuelta a la página" y creían que lo mismo había hecho él.

Consideró que con el gesto de Correa, que acusó al BM de ser "uno de los heraldos del neoliberalismo en América Latina", el anfitrión de la cumbre, el paraguayo Fernando Lugo, "quedó un poco fuera de lugar", y cuestionó el sentido de esos incidentes en el marco de reuniones como las cumbres iberoamericanas.

Según Jelinek, el BM "no tiene prejuicio sobre con quién trabaja y con quién no" y colabora con los países "más allá de quién esté en el gobierno".

"Está en manos del gobierno de Ecuador el tipo de relaciones que quiere tener con nosotros", reiteró.

Recordó asimismo que la institución trabaja desde hace muchos años en la región apoyando "programas que combinan políticas de solidez macrofiscal con políticas sociales".

Enojo Nº3

Correa acusó hoy a la Comisión Interamericana de Derecho Humanos (CIDH) de "inconsistencia y doble moral" por su interés en los presuntos casos de violación de la libertad de expresión en el país y no en los "más de 12.000 juicios por injurias a ciudadanos comunes" abiertos en el país.

Correa dijo en que los integrantes de la CIDH "siempre son bienvenidos" al país, aunque se quejó de que, a su juicio, presta solo atención a "la burguesía, los dueños del gran capital", y no a la ciudadanía.

"Cuando en 1999 congelaron los depósitos de los ecuatorianos para ayudar a los banqueros, la mayor incautación de bienes privados en la historia del país, rompiendo todo derecho de propiedad, la Constitución, tratados internacionales, tampoco fue la Comisión Interamericana de Derechos Humanos", denunció.

Además, le pidió a la CIDH que, en caso de desplazar a una delegación a Ecuador, emita recomendaciones que "no sean interpretativas".

"Cuidado se deje manipular por las mentiras. Cuidado que (los medios de comunicación) tienen gran capacidad de manipulación", indicó.

El martes 25/10, en Washington DC, representantes del Gobierno ecuatoriano afirmaron, durante una audiencia ante la CIDH, que en Ecuador se respeta plenamente la libertad de expresión, mientras que grupos de periodistas denunciaron presión por parte del Ejecutivo, "estigmatización" y ataques "sistemáticos".

Los periodistas hicieron referencia al caso de Emilio Palacio, ex columnista de El Universo, y de los directivos de ese diario, sobre quienes pesa una sentencia de 3 años de cárcel y US$ 40 millones por una demanda interpuesta por Correa por una columna que consideró injuriosa.

Ese caso es analizado actualmente por la Corte Nacional de Justicia de Ecuador.

En los próximos meses también se juzgará una demanda presentada por Correa contra Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro El Gran Hermano, que mantiene que el hermano del presidente, Fabricio Correa, les dijo que el mandatario sabía de los contratos que él tenía con el Estado, algo que Correa niega y por lo que reclama US$ 10 millones por daño moral.

Sobre ese caso, el presidente ecuatoriano indicó este sábado que "en ese libro hay grandes calumnias" que él no está dispuesto a aceptar.

"¿Por qué yo tengo que aceptar esas calumnias? ¿Acaso por ser Presidente dejo de ser humano, de tener honor, familia que lee esas porquerías? Que demuestren que yo sabía de los contratos de mi hermano", concluyó.