Invasión De Ayeres
El pasado nos atropella, que no confunda

El pasado nos atropella, que no confunda
15/10/2011 | "La concepción del peronismo es piramidal, no hay vueltas con esto. El gobierno de la viuda fue, es y seguramente será unitario No hay vueltas con esto. Deberían dejar de llorar los que creen en una instancia del peronismo que sostenga el federalismo. Es una frase para la tribuna. Nada más": muy concreto el autor.  

Hermes Binner y Cristina Fernández en foto de 2009.

POR: RAÚL ACOSTA

El próximo 23 de oktubre se consagrará el segundo mandato de la viuda de Néstor Kirchner, doña Cristina Elizabet Fernández (de Néstor)

Se acerca más pasado. Se nos viene encima. Debemos esperarlo con los ojos abiertos, sin confundir (nos) Pronto habrá una invasión de ayeres.

Algunos apuntan a más o menos votos, a más o menos plebiscito de una gestión. Poco importa el número grueso. Será más de lo mismo. No nos engañemos con estampitas o las cuentas de colores. Los diputados y senadores no serán un problema. Desde el hijo del comentarista deportivo uruguayo, Borocotó, hasta Menem, Felipe Solá , María Alarcón y/o Roxana Latorre todo tiene un precio. Se ha visto. Así fue ayer, así será mañana. Las cámaras levantarán la mano cuando y como sea necesario. Apueste por eso.

Liberales trasnochados intentan que la Corte Suprema se convierta en freno. No hay freno posible si un poder, el Ejecutivo, resuelve y otro poder, el Legislativo, lo refrenda. El camino está expedito. Existe la íntima convicción: Corte Suprema de la Nación no avalará delirios fuera del protocolo general y de la conciencia pública. Punto. Las estrictas leyes, los tiempos procesales y las interpretaciones de los diferentes jueces no hay que reclamárselas a Zaffaroni y/o Lorenzeti. Simplemente eso: no hay que reclamárselas. ¿Está claro? En febrero de 2016 ya veremos. Primero deberíamos llegar. La Corte Suprema de hoy (tranquila, mansa) no consagrará una cuestión litigiosa, que altere la integridad del mandato presidencial, mandato que está, por otra parte, avalado por los votos. ¿Se entendió?

En el ayer de Néstor como presidente estuvieron los DD.HH (sigla para mencionar el plural de Derechos Humanos) como uno de los ejes. El rescate de nietos robados, la devolución a los núcleos familiares, va de la mano de la otra mirada: juicio y castigo a los genocidas. Se están muriendo (cuestión biológica) los militares que tuvieron el poder de 1966 a 1973 y luego, de 1976 a 1983. La buena vida de militares torturadores ya está interrumpida definitivamente. Juicio y castigo hasta la muerte biológica. Los DD.HH. fueron eje del gobierno de Kirchner y continuarán mañana. Será cada día más difícil encontrar una primera plana para el tema, pero no hay nada que el bastón y la chequera no resuelvan. Tendremos milonga por cuatro años más, al menos.

Retomar el poder del Estado en los diversos organismos de recaudación es la aorta del peronismo (válido en el 46, 73 y 2003) Seguirá. No hay una excusa para cambiar y si una poderosa razón para sostenerlo. La recaudación. Además el peronismo es hijo del poder estatal. En este tema el radicalismo y el socialismo no pueden enojarse tanto, ni tan abiertamente, de la intervención del Estado. Se enojan por las formas, acaso por un flagrante caso de corrupción.

Hubo, hay y habrá corrupción, porque es parte de la estructura o, si quiere, la corrupción es estructural. Conviene remitir al gobernador de un estado brasilero que hacía campaña con este slogan:…”Adhemar do Barrros roba, mais faz”. Era de los muchachitos de Getulio allá, en la década del 1940 al 1950.

En el 1964 Do Barros fue el gobernador de San Pablo que los militares derrocaron. La corrupción no derroca gobiernos. Al menos no derroca fácilmente a gobiernos ricos.

La concepción del peronismo es piramidal, no hay vueltas con esto. El gobierno de la viuda fue, es y seguramente será unitario No hay vueltas con esto. Deberían dejar de llorar los que creen en una instancia del peronismo que sostenga el federalismo. Es una frase para la tribuna. Nada más. El peronismo siempre pactó con los neoperonismos regionales, a los que no podía vencer sin desgaste. Eso hizo, eso hará.

No hay una respuesta convincente para Santa Fe, como si la hay para Córdoba. Córdoba tiene peronismo dicharachero y pragmático y radicalismo sobreviviente en base a peperina y buenos contactos. Ya pactó.

Santa Fe tiene una receta socialista que le sirvió para que Rosario crezca de buen modo durante todas las gobernaciones de los santafesinos (Reuteman y Obeid, 16 años). Victimizarse ante el gobierno provincial estuvo bueno, che. Una población francamente antiperonista o anti morochaje encontró salida. Rosario es progre pero cómoda. Desde la dupla Binner allá y Lifschitz acá (ciudad autónoma de Rosario) el hechizo quedó roto. Deberá Antonio Bonfatti homologar la receta, ampliándola, para victimizar la provincia. No hay garantías del resultado. La viuda no será generosa, tonta o desinteresada. Bonfatti menos. No es fácil apostar por una salida. Jugar al empate sería prudente. Un empate no habilitará peronistas que no respondan a la jefa y dejará a los radicales en estado de dependencia presupuestaria y a la provincia como una víctima moderada. Al socialismo, si lo dejan crecer a velocidad crucero, el asunto les cierra.

Deberá repetirse hasta el cansancio. La corrupción y la informalidad separan al peronismo del socialismo. La concepción del Estado, no la preeminencia del Estado, es la barrera que los separó Desde la Unión Democrática (1945/46) hasta la Junta Consultiva (1955/56) el eje pasó por eso: qué Estado es el que mencionamos cuando lo mencionamos. No creo que haya solución para este mínimo destrabalenguas. El socialismo y el peronismo son estatistas de un estado diferente. Hoy son la opción electoral en Argentina. Vaya sorpresa para Palacios y Balbín.

Los organismos de contralor atados de pies y manos es lo que hay, también lo que habrá. El peronismo es una forma de ejecutar políticas, de ningún modo una aplicación aceitada de un plan fina y tranquilamente elaborado. Todo control es molesto al disparate conceptual del peronismo. A las cosas hay que hacerlas. Punto. No vengan a molestar con trabas, entrega de planillas y requerimientos éticos. Tonterías. Controlar es demorar. El peronismo no necesita controles. Menos, mucho menos que menos que el control lo ejerza la minoría. Eso es una argucia de los liberales. El peronismo, ya debería saberse, cumple con todas las boberías del revolucionario folklórico, la primera de ellas negar las leyes que respaldan al sistema.

El peronismo es la trampa perfecta del sistema eleccionario. Enemigo si, bipartidismo no. No necesita contra partido. Tampoco alternancia. Necesita simulacro. Todo peronismo subirá con los votos y serán los votos los que le permitirán perpetuarse. ¿Quien puede enojarse o considerarlo anti democrático? Allí están los votos, compañero. Mejor dicho: compañeros y compañeras: mas del 50 por ciento del país nos apoya. No perdamos tiempo: votemos. Vamos, votemos otra vez. El que no vota es un gorilón.

El próximo 23 de oktubre se consagrará el segundo mandato de la viuda. El pasado nos atropella. Que no nos confunda. Mañana habrá una invasión de ayeres.

Democracia. Con ella se come, se cura y se perpetúa la especie. Nuestra especie: peronismo. A lo lejos alguien canta, decía Neruda. No entona esta canción… “Todos mis problemas parecían tan lejanos. Ahora parece como si estuvieran aquí para siempre.... Oh, creo en el ayer” (Juancito Lennon, Pablito MC Cartney)

-------------------