El régimen iraní reforzó hoy su rechazo a la acusación de Estados Unidos de que el gobierno de Teherán está implicado en un complot desbaratado por el FBI y la DEA para asesinar al embajador saudita en Washington y perpetrar atentados con bombas en las embajadas de Israel y Arabia Saudita en la Argentina. A su vez, acusó al gobierno norteamericano de crear "una crisis artificial" por medio de "una puesta en escena".

El portavoz del Ministerio del Exterior iraní, Ramin Mehmanparast, rechazó las acusaciones y habló de una "puesta en escena" vinculada a "viejas políticas hostiles" contra Irán y un "complot estadounidense y sionista". "Este es un espectáculo ridículo que busca sembrar discordia", dijo el funcionario, que sostuvo que las acusaciones buscan "ayudar al régimen sionista a superar su aislamiento".

"La República Islámica de Irán jamás siguió una política tendiente a asesinar a personas, sino que ella misma fue víctima del terrorismo", dijo, por su parte, el presidente de la Comisión Parlamentaria para la Seguridad y la Política Exterior, Alaeddin Boroujerdi. "Difamando a Irán, los estadounidenses están tratando de distraer a la opinión pública mundial de la revuelta popular contra Wall Street", argumentó.

Ayer, el Fiscal General de EE.UU., Eric Holder, reveló que el FBI y la DEA, en un trabajo conjunto y a través de un infiltrado, desbarataron un plan terrorista iraní para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington, Adel Al-Jubeir. Uno de los conspiradores, Mansoor Ababsiar, fue detenido, pero el otro, Golam Shakuri, sigue libre. Según la prensa estadounidense, el plan preveía un nuevo ataque explosivo contra la sede diplomática israelí en Buenos Aires así como contra las embajadas de Arabia Saudita en la Argentina y los Estados Unidos.

De acuerdo a Holder, Shakuri está ligado al QUD, que es una unidad de la Guardia Revolucionaria iraní. La demanda presentada ante una corte en contra de Ababsiar acusa directamente al gobierno Irán de haber patrocinado y dirigido el complot en "violación flagrante de la leyes estadounidenses e internacionales", de la misma manera que el gobierno argentino lo acusa de los atentados en Buenos Aires.

Junto a Mehmanparast y Boroujerdi, también cuestionó la denuncia norteamericana el embajador iraní ante la ONU, Mohammad Khazaee, quien se manifestó "indignado" y acusó a Washington de iniciar una "propaganda belicista". Khazee le envió una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en la que aseveró que Irán considera la nueva acusación como "una conspiración diabólica bien orquestada en línea con la política anti iraní" de los Estados Unidos.

El presidente del Parlamento iraní, Alí Larijani, acusó por su parte a Washington de tratar de crear "una crisis artificial" en Medio Oriente Medio y dijo que hay una "mala voluntad estúpida" por parte de Washington. "Tenemos relaciones normales con Arabia Saudita y no hay razón alguna para que Irán cometa tales actos absurdos", concluyó.