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Tensión entre Garré y el ministro de Defensa

Tensión entre Garré y el ministro de Defensa
25/09/2011 | Puricelli se queja por la influencia de su colega sobre algunos generales. La titular de Seguridad sospecha de sus vínculos con Icazuriaga. Disputas por los nombramientos.

 

Por Fernando Oz

 

 

 


Cerca o lejos. En público, los dos ministros buscan dar una imagen de concordia, pero la relación entre ellos está desgastada.


Los cortocircuitos entre la ministra de Seguridad, Nilda Garré, y quien la reemplazó en la conducción del Ministerio de Defensa, Arturo Puricelli, se esconden detrás del telón de las fotos de ocasión y las firmas de convenios. Funcionarios del Edificio Libertador no sólo dan por hecho el fin de la carrera del jefe del Ejército, teniente general Luis Pozzi, sino también la salida de Puricelli.

A los pocos meses de haber asumido –15 de diciembre de 2010–, Puricelli se quejaba “por la influencia que tenía Garré en algunos generales”. El principal receptor de los reclamos era el secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga.

La amistad entre el Señor 5 y el ministro de Defensa viene de añares, cuando el ahora jefe de los espías lo tenía de enlace para realizar gestiones entre Buenos Aires y Santa Cruz. Puricelli fue gobernador de Santa Cruz (entre 1983 y 1987), ministro provincial y legislador, y ocupó cargos durante las gestiones de Carlos Menem y Eduardo Duhalde.

Las quejas del ministro no fueron del agrado de Garré, mucho menos su cercanía al empresario Mario Montoto. Fue el ex montonero quien le organizó a Puricelli más de una reunión con ministros y funcionarios de Defensa de otros países.

Ahora, con el respaldo de Icazuriaga, Puricelli se animó a nombrar como director de la Escuela de Defensa Nacional a un funcionario que no terminó en buenos términos con su antigua jefa. Se trata de Esteban Germán Montenegro, ex secretario de Estrategia y Asuntos Militares de la Nación, el número dos en épocas en que Garré dirigía el destino de las tres fuerzas armadas.

Montenegro se alejó del Ministerio de Defensa en enero de 2010, después de haber estado cuatro años como viceministro de Defensa. Las diferencias habrían comenzado cuando el funcionario se quejó del entonces director del área en el Ejército, el general César Santos Milani (que actualmente sigue manteniendo ese cargo, además de ser el segundo jefe del Ejército).

Pero Garré terminó de cortar el puente con Montenegro cuando circuló por los pasillos del Edificio Libertador un documento que acreditaría la supuesta participación del funcionario como Personal Civil de Inteligencia (PCI) de la Fuerza Aérea a fines de la dictadura militar. Montenegro, que es hijo de un importante jefe aeronáutico durante los 90, fue subinterventor de Seguridad Aeroportuaria Preventiva durante la intervención de Marcelo Sain en la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Fue Montenegro quien había acercado al Ministerio de Defensa a Carlos Aguilar, el ex jefe de Inteligencia Militar que quedó en medio de un escándalo cuando, en marzo del año pasado, se descubrió que había sido un PCI de la Fuerza Aérea entre 1980 y 1999. Pocos meses después se vio obligado a renunciar, después de que llegó a la Justicia una denuncia que realizó un soldado voluntario que habría sido víctima de apremios que realizaron agentes de Inteligencia de la Fuerza Aérea durante una investigación sobre el robo de fusiles.

Una designación polémica
Fue director Nacional de Inteligencia Estratégica Militar durante la mayor parte de la gestión de Nilda Garré como ministra de Defensa. Quedó en el centro de las miradas cuando el diputado radical Julio Martínez lo acusó de haber sido personal de Inteligencia de la Fuerza Aérea durante el último período de la dictadura. Ahora Carlos Aguilar estaría asesorando en la Comisión Bicameral de Seguimiento de Organismos de Inteligencia.
La presidenta de la llamada “comisión fantasma”, diputada nacional por La Pampa, Irma García, desmintió que haya alguna persona con ese apellido. La legisladora del bloque Peronismo Federal, a través de su vocera, advirtió que “la nómina del personal contratado y que trabaja en la comisión es secreta”. También explicó que “ya había recibido una noticia que decía que Aguilar estaba en la Bicameral, pero se lo buscó en las listas y no se lo encontró”. Fuentes allegadas al Edificio Libertador señalaron el Congreso cuando se preguntó por el destino de Aguilar.