HACIA EL 23/10
El Cristinismo provoca muchas especulaciones

El Cristinismo provoca muchas especulaciones
22/08/2011 | Los opositores buscan cicatrizar sus heridas del 14/08 y los oficialistas quieren prolongar el festejo al 23/10. Cada uno extrapola su humor hacia 2015. Y hay mucho exitismo en el ambiente. Todos especulan sobre una realidad que desconocen: ¿cómo pegará en Brasil la recesión global? ¿Y cuál será el impacto posterior sobre la Argentina?
 

 Luego del feriado largo comenzarán a perfilarse los discursos proselitistas para el 23/10, cuando el Frente para la Victoria se propone ratificar el resultado obtenido el 14/08, o ampliarlo, y los opositores pretenden mejorar lo que obtuvieron.



Nerviosismo de un lado. Euforia extraordinaria del otro. Exitismo en muchos más. Bah, lo de siempre pero ocurre ahora.



Mariano Grondona, en el diario La Nación, escribe acerca del rumor de reforma constitucional futura para prolongar el horizonte de Cristina Fernández. El análisis de Grondona hoy día no podría reflejar las verdaderas opciones del pensamiento de Cristina, pero es interesante conocerlo:



"(...) Poseedora de la totalidad del poder, la Presidenta se encuentra hoy frente a un dilema que solamente ella podrá resolver. Puede afirmarse como una Presidenta autoritaria si, apoyándose en las extraordinarias cifras de las elecciones primarias, decide acentuar la concentración del poder en torno de su persona. O puede convertirse en una Presidenta republicana si, prolongando el mensaje de moderación que difundió en la campaña, decide avenirse a las instituciones democráticas. Una frontera temporal separa nítidamente ambas opciones: el año 2015. Si la Presidenta escoge el camino autoritario, en algún momento intentará sobrepasar el plazo constitucional al que está sometida, en viaje a la "Cristina eterna" que anunció Diana Conti. En este caso lo hará mediante alguna variante de reforma constitucional. Si la Presidenta escoge en cambio el camino republicano, acatará el plazo fijado por la Constitución. (...)





Horacio Verbitsky sí refleja, suponen algunos, parte de lo que piensa hoy día Cristina. Pero él, en Página/12, prefiere deslizar un abanico de ironías sobre los opositores (algunas, divertidísimas), pero concluye en un pronóstico demasiado militante y poco analítico:



"(...) Atenuado el estupor comenzó a operar la entropía. Luego del impacto es imposible reconstruir la situación anterior y suceden el caos y una constante declinación.
 

 

Hasta ahora sólo eludieron la expansión del desastre Rodríguez Sáa, porque su módico objetivo es superar a Duhalde, y Hermes Binner, que está engullendo más de lo que podrá digerir.
 

 

Como vocero del PRO, Federico Pinedo reclama que Alfonsín y Duhalde retiren sus candidaturas y apoyen a Binner, quien compite por una franja de votantes distinta a la de Maurizio Macrì pero está en conversaciones con varios candidatos a gobernaciones de la UCR para que corten boleta en octubre.



Duhalde recrimina que Macrì no cumpla con el apoyo prometido. Hizo una elección superior a la esperable si se considera la valoración social de su historia, pero él no lo sabe porque sus expectativas eran descomunales.
 

 

Tampoco Pino Solanas entendió que su 12% en la elección porteña era una excelente marca, hasta que el domingo 14 su grupo no llegó al 1%. Sus diatribas contra sus ex aliados se completan con el extraordinario anuncio de su candidatura a la Presidencia para 2015, cuando le falten 100 días para cumplir 80 años. Así, la renovación política está asegurada.
 

 

Duhalde sigue repitiendo consignas voluntaristas, que ahora incluyen una hecatombe económica y una crisis social que, por supuesto, la tontita de Cristina no sabrá cómo manejar.



Llegado a este punto de fuga de la realidad, puede tentarse con algún golpe de mano, como los que lo llevaron a la intendencia de Lomas de Zamora en 1974 y a la Casa Rosada en 2002, para impedir que flameen “banderas de la subversión”.
 

 

Una advertencia no menos tremendista, pero en formato republicano, lanzó el presidente de la UCR, Ernesto Sánz. Flanqueado por los presidentes de sus bloques legislativos, pero sin la presencia de los ya olvidados Alfonsín y González Fraga, dijo con gesto y tono de grave emergencia que si los resultados de agosto se repetían en octubre el país estaría en grave riesgo institucional. Puso como ejemplo las leyes “contrarias al interés nacional” que el kirchnerismo habría sancionado cuando tuvo mayoría en ambas cámaras.
 

 

Si Duhalde se arroga la definición de qué o quiénes son o no peronistas, Sanz reparte certificados de republicanismo democrático.
 


Este discurso perdió cualquier credibilidad en 2010, cuando el Grupo Ahhh... sólo empleó las bancas alcanzadas en los comicios de 2009 para repartirse todos los cargos, sin respetar ninguna proporcionalidad. (...)



No es el único modo en que los medios de comunicación entraron en el debate postelectoral. El resultado demuestra que los medios no influyen en el resultado, dijeron aquellos medios que más hicieron para influir en el resultado.
 

 

El problema no son los medios, sino su articulación con el poder económico y político: la asociación de Clarín y La Nación en Expoagro, donde cada año cierran negocios por US$ 300 millones las principales empresas de los agronegocios; la comida de la cúpula de la oposición en la casa del CEO del Grupo Clarín, quien los instó a unirse para resistir al Huracán Cristina; la negociación de Héctor Magnetto con Kirchner para quedarse con Telecom, cualquiera sea la versión que se crea sobre los motivos de su fracaso; la manipulación de jueces que dinamitan a cautelares toda regulación pública de los intereses del grupo.
 

 

Reducir esa densa trama de negocios y la correspondiente relación con el poder institucional a un análisis de la influencia de los medios sobre el voto sólo puede considerarse una ingenuidad si lo hace alguien menor de 22 años.
 

 

Gracias al insistente chirrido mediático, que magnifica ad nauseam pequeños episodios e invisibiliza enormes procesos económicos, políticos y sociales, mucha gente se sorprendió por una obviedad: que el pueblo haya votado en defensa propia, a favor del mejor gobierno que ha tenido el país en más de medio siglo, por lo que ya hizo y por lo que falta hacer. (...)".





Marisa Álvarez, en El Día, de La Plata, comentó el entusiasmo (tal como lo explicó Verbitsky) del Frente Amplio Progresista. También brindó algunos datos curiosos:



"(...) En semejante clima de broncas y desazón, llamativamente es el Frente Amplio el más entusiasmado tras la aplanadora de las primarias. Es un objetivo modesto, pasar del cuarto al segundo lugar en la carrera presidencial, aún cuando la brecha siga siendo de más de 30 puntos.
 

 

Pero para ello deberá torcer el resultado en el territorio bonaerense, donde hace una semana obtuvo una escasa cosecha, con 2,5 puntos por debajo de su promedio nacional (7,8% contra 10,3%). El apenas 6,5% que obtuvo Stolbizer en la pelea por la Gobernación y las bajísimas perfomances de las listas de legisladores provinciales y de intendentes les auguran un camino arduo.



Interna sin boletas
 

 

Más allá de su extendida y comodísima victoria, el oficialismo, en tanto, jugó en estos comicios y en la Provincia una interna que no se reflejó en las boletas, a partir de un esquema que dio los resultados esperados por la Casa Rosada.

Cristina obtuvo 6 puntos más que Scioli, que debió compartir candidata presidencial con Ishii y Sabbatella, y el esquema de múltiples adversarios internos y colectoras les bajó drásticamente el techo a los intendentes peronistas en busca de la reelección.



Más allá de un par de derrotados en su propia interna y de la situación de riesgo para octubre en que quedaron unos pocos, los jefes comunales del Conurbano irán, de cualquier modo, de paseo al comicio de octubre por una nítida razón: ningún opositor obtuvo en las primarias un porcentaje de votos que amague siquiera con hacerles sombra.
 

 

Pero en el kirchnerismo puro miran otros números -los que dicen que esos intendentes cosecharon entre 10 y 20 puntos menos que la Presidenta y consiguieron niveles sensiblemente inferiores a sus registros históricos- y los leen como una buena base para su estrategia de generar una avanzada de "los jóvenes" -La Cámpora- y la dirigencia "progresista" -ultra K- sobre los jefes históricos del peronismo. (...)".





Eugenio Paillet, en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, menciona lo que hace tiempo anticipó Urgente24: el nacimiento del Cristinismo, y le pone contexto:



"(...) ¿Quiénes son los que, en cada reunión o charla, consagran ese advenimiento y todo lo que se puede esperar de él, para bien o para mal?: Amado Boudou, Gabriel Mariotto, todos los jóvenes que disfrutan, y no sólo en términos líricos o políticos, su pertenencia a La Cámpora; Débora Giorgi, Diego Bossio son de los más fanáticos. Para ellos, esos peronistas vanamente ilusionados en algún momento de los últimos meses tienen un grave problema: a Cristina la va a suceder un cristinista puro, si no es que finalmente termina sucediéndose a sí misma.



En el primer caso, todos han comenzado a difundir la especie según la cual la presidenta está "preparando" al ministro de Economía para que se convierta en el heredero, dentro de cuatro años.

Hay una corriente un tanto más moderada, menos fanática, que se permite algún respiro entre tantas muestras de algarabía y sostiene que, por ahora, habría que bajarse del caballo, gobernar bien, estar muy atentos a lo que pasa con la muy grave crisis financiera mundial, para evitar que golpee estas tierras con la fuerza que se supone en algún momento puede golpear. Y que lo de la sucesión para dentro de cuatro años se caerá de maduro, si se encadena esa sucesión natural de hechos. Con sus más y sus menos, Florencio Randazzo, el mismísimo Aníbal Fernández y la mayoría de los integrantes del gabinete se enrolan en esta corriente.



De hecho, ninguno de ellos diría, como sí lo han hecho aquellos adalides del cristinismo a ultranza, que el llamado a la unidad que hizo la Presidenta no debe ser rechazado por nadie, sea o no del palo. Porque si las urnas del 23 de octubre confirman con creces que Cristina "recontraganó", esa unidad bien puede terminar por convertirse en trasnochados sueños de partido y pensamiento únicos.

"Por las buenas o por las malas", podría entenderse. Y si no, basta escuchar a Mariotto, casi sin esperar a que se cierren las urnas del 14 de agosto, reclamando a la justicia que termine de acomodar a gusto de la Casa Rosada la ley de Medios y obligue al monopolio convertido en demonio a desprenderse de parte de sus bienes.



Ninguno de los integrantes de esos dos bandos lo va a admitir en público, pero, en privado, reconocen que, más temprano que tarde, habrá que reponer en la escena el reclamo de una "Cristina eterna".

Los más recalcitrantes hablan de marzo venidero, cuando arranque "el nuevo" Congreso, en el que se supone que el gobierno va a recuperar holgadamente las mayorías en ambas cámaras, o, al menos, lo hará en Diputados, mientras en el Senado retendrá una paridad muy acomodada, por la existencia de 4 o 5 "padres de la Patria" siempre dispuestos a la transacción. (...)
 

 

Tal vez producto de un fallido o de un desboque bien estudiado, lo cierto es que Aníbal Fernández dejó abierta la puerta, esta semana, hacia lo que puede venir, en línea con aquellos rumores de pasillo. Fue cuando dijo que era "una locura" suponer que Cristina quiere reformar la Constitución, y que para ella es un tema terminado. Y vino la aclaración que transparenta todo: "En todo caso, ese es un tema propio del Congreso, donde los partidos están representados". (...").





Eduardo van der Kooy en el diario Clarín, incluyó en su análisis algunos fragmentos sobre Hugo Moyano, el cuestionado secretario general de la Confederación General del Trabajo (A FM Brisas, de Mar del Plata, Hugo Moyano le dijo el domingo 21/08: "Las elecciones han sido también para los medios una derrota. Ya no tienen trascendencia ni credibilidad. No sé de dónde (Oscar Lescano) habrá sacado que me voy a ir antes porque estoy cansado, no son muchas organizaciones gremiales las que piensan así, son cinco o seis. Terminaremos el mandato"):



"(...) Cristina percibe, después de la interna, que posee las manos libres para sacar provecho político de su victoria. El campo parece haber claudicado, el peronismo –aún el tradicional– se estremeció con el monto de su votación, el sindicalismo está en repliegue y la oposición, obligada a repensar su campaña y su futuro, incluso a partir del 2012.
 

 

Le restaría, pese a todo, romper el nudo más gordo: el liderazgo de Hugo Moyano en la CGT.
 

 

Cristina aúna motivos políticos y personales para enfilar contra el líder camionero.
 

 

El sindicalista fue el primero, filas adentro, que se atrevió a desafiar el poder de los Kirchner, incluso antes de que el ex presidente muriera. Se le atragantó, además, aquella huelga general que lanzó en marzo –luego levantada– por la detención de un gremialista duhaldista, en la causa de la mafia de los remedios.



El desplazamiento de Moyano no será inminente ni sencillo.
 

 

Pero figura dentro de ese sueño que tiene Cristina de ser vista, al final del recorrido, como una mujer transformadora. Esa transformación radica, por ahora, en la eficacia del relato antes que en los hechos. Sabe bien que Moyano es una de las figuras más impopulares para la sociedad. Sabe que, tal vez, no disponga de todas las herramientas políticas para enfrentar un poder que creció y se desarrolló al amparo de las prebendas que le facilitó su marido.
 

 

Pero si no fueran políticas, esas herramientas podrían venir por vía de la Justicia. La causa de los remedios, que sustancia Norberto Oyarbide, sería la otra pata de una pinza que termine por asfixiar a Moyano.
 

 

Vendrán dos meses, hasta octubre, que tal vez no tengan el fragor y la incertidumbre que encierra toda campaña. Recién después Cristina tendrá certeza plena sobre su verdadero capital político. El desafío para ella será saber administrarlo, sin los derroches vanos de la primera Presidencia. (...").





En la pluma de Joaquín Morales Solá, en La Nación, hay que reconocer algo: no 'arrugo' luego del 14/08 y mantiene sus convicciones. Eso también es importante:



"(...) El kirchnerismo es un naufragio institucional. La corrupción y los jueces paraoficialistas podrían sentir ahora que han sido indultados. No es así, sin embargo. Las sociedades no olvidan esas tropelías, pero las recuerdan sólo cuando reparan en que les vaciaron el bolsillo. Nunca antes.
 

 

¿Hacia dónde saltaría esa mayoría social si hubiera decidido subvaluar la estabilidad económica y sobrevalorar otros asuntos? Los partidos históricos están terminados en la Argentina. El radicalismo es una mueca de lo que fue en su larga historia. El peronismo clásico no pudo hacer nada. Ordenó votar a Duhalde en Santa Fe y en Córdoba. Duhalde salió tercero en Santa Fe y quinto en Córdoba. El propio kirchnerismo es, hoy por hoy, sólo Cristina Kirchner y el poder del Estado. Se terminaría en 24 horas si le faltara la Presidenta o si el Estado se quedara sin dinero.
 

 

Habrá enormes riesgos institucionales si el kirchnerismo se hiciera con una mayoría parlamentaria en octubre. Pero la sociedad no fue llamada el último domingo para construir esos equilibrios, sino para dar, básicamente, su opinión sobre los candidatos presidenciales. Lo hizo como pudo. Sólo se salta al vacío cuando cualquier cosa es mejor que la inestable cornisa. Una mayoría social, pragmática, realista y desideologizada prefirió quedarse en tierra firme. La tierra firme es lo que hay, aquí y ahora."