Cristina Fernández en Tecnópolis, donde volvió a pedir por la generación de más energía. 17/08/2011 (Foto: Sergio Quinteros/Télam)

 En apenas 24 horas la Presidente de la Nación, Cristina Fernández, se refirió al menos 2 veces a la “necesidad de producir más energía”.

La 1ra de las apelaciones la realizó este martes (16/8) cuando inauguraba una planta del fabricante de computadoras Bangho. Allí dijo que hoy en el país "hay una mejor calidad de vida y se necesita más energía".

La 2da mención fue hecha este miércoles (17/8) durante su presencia en la exposición Tecnópolis donde se pronunciaron anuncios relacionados con el sector, como la licitación de obras complementarias de Yacyretá y la inauguración de las obras de interconexión eléctrica NOA-NEA.

En este marco, la mandataria afirmó que es "necesario producir mas energía" para que los ciudadanos tengan "mas trabajo y los niños mas educación".

La reiteración es llamativa viniendo de un Gobierno que se ha caracterizado por negar los problemas en el sector, que los hay. Hay que hacer foco que la Presidente no se refirió a la necesidad de más energía, sino a la de "producir más energía". Es decir generarla aquí.

Y en esas palabras está la clave de lo que podría ser interpretado como un pedido urgente, por no decir desesperado.

En los últimos años, los del modelo "virtuoso", la Argentina ha perdido su capacidad de autoabastecimiento y ha adquirido un perfil importador.

La producción y reservas de los hidrocarburos, sostén de la matriz energética nacional, no paran de decrecer. La extracción gas, que cubre más de la mitad de los requerimientos energéticos (incluso para producir electricidad), viene en caída desde 2004 y más allá de los planes oficiales, la reversión de esta situación no se encuentra a la vista.

En la actualidad, cerca del 20% de la provisión de gas natural es importada: desde Bolivia y a través de buques de GNL. La mayor participación de éstos últimos explica gran parte del crecimiento de las compras externas del fluido.

Pero el mayor temor del Gobierno no radica en un desabastecimiento, sino en las cuentas de un país que año a año gasta más y más en importaciones, que también incluyen combustibles líquidos.

Cómo ya informó Urgente24, los dólares de las exportaciones energéticas ya no alcanzan para cubrir el costo de las importaciones y se espera que este año el resultado de la balanza comercial en este sector (exportaciones-importaciones) arroje por 1ra vez en 20 años un saldo negativo, que podría alcanzar los US$3.000 millones. En el Ejecutivo no lo ignoran y lo esperan, con cifras similares.

El resultado sería surtirá un fuerte impacto en los llamados "superávit gemelos" (Fiscal-Comercial), uno de los pilares del "modelo".

Por todo esto, la apelación de la Presidente no es casual ni inocente: es "necesario producir más energía" porque es necesario dejar de importarla. De lo contrario los efectos en la economía no serán los deseados.