Por Inutilidad Mazzon Y Zannin
El triunfo de 2 extrapartidarios

El triunfo de 2 extrapartidarios
26/07/2011 | La mala elección de socialistas y radicales en Santa Fe, y la pésima del Frente para la Victoria, tiene explicaciones, y una trama confidencial. También hay explicaciones para la bancarrota del Partido Justicialista. Aqui van algunas reflexiones:

 

POR RAÚL ACOSTA



La falta de destino tiene este presente. Agustín Rossi, María Eugenia Bielsa. En un plano menor en la repercusión popular Omar Peroti y Héctor Cavallero.

María Eugenia Bielsa puede decir que tiene votos propios. Todos los votos, en el siglo XXI, cotizan en Bolsa, transacciones a futuro, mercado a término. Muchos, asombrados, dicen: ”Mirá la Bielsa”. No Rafael. No Marcelo. María Eugenia.

No llega el peronismo de la provincia y de la ciudad a Rossi, Bielsa (y Torres del Sel) de casualidad. Este presente tiene pasado. La boleta separada amenaza de muerte su futuro. Con este sistema no vuelven con la frente marchita ni con oscuras golondrinas. No vuelven, excepto con portación de prontuario.

El primer nombre del pasado, desde 1983 en adelante, es José María Vernet. La ciudad de Santa Fe lo odió. Mintieron para criminalizarlo. Fue el más creativo. No alcanzó.
El peronismo tuvo, al mismo tiempo, personajes patibularios. Carlos Aurelio Martínez, vice gobernador de Vernet, luego intendente santafesino, fue a la cárcel por ladrón; lo apodaban “el bataraz”. Rubén Cardozo, dirigente gremial, también tuvo sus problemas por dineros que fueron y, se sostiene, no llegaron. Lo apodaban “el buscapié”.

Segundo mandato

El cordobés Víctor Reviglio (nacido en San Francisco) conformó el binomio con Antonio Andrés Vanrell (el trucha). El triunfo rotundo fue, después, un estrepitoso affaire de repercusión nacional. Consecuencia: Santa Fe cambió su forma de elegir gobernantes. Sistema único en el país. El Poder Legislativo votó la ley de lemas. Diputados y Senadores provinciales con mandato 1987/91 la consagraron. Busquen listado, votantes y destinos posteriores. El peronismo sobrevivió al “trucha“ Vanrell. El siguiente gobernador fue una alquimia política.

La suma de todos los votos peronistas fue mayor que la suma de todos los votos antiperonistas. Horacio Usandizaga obtuvo cerca de 200 mil votos más que Reuteman.
Carlos Reutemann y Miguel Robles llegaron al gobierno.

Obeid fue el concejal acusador, el fiscal de Carlos Aurelio Martínez. Después de la muerte de Martín, el intendente demoprogresista que sucediera a Martínez, Obeid fue intendente de Reutemann. Los intendentes santafesinos estaban opacados por los gobernadores. Los intendentes rosarinos “peleaban” contra los gobernadores, afincados en Santa Fe. En rigor, hasta 2007. El trío Binner , Lifschitz, Barletta, trajo una resolución distinta, al menos para el sur.

Reutemann y Obeid

Después Reutemann y Obeid. La ciudad de Santa Fe definió a la provincia. El sur (peronista) comenzó a desaparecer. Reutemann desconfiaba del peronismo; viajaba con instrumental. Reutemann barrió con todos. Carignano, Rubeo, Cevallo, el gremialismo del sur en su totalidad, los dirigentes de Rosario de modo específico. Por 16 años no hubo crecimiento político. La provincia fue un plano inclinado. Trajo consecuencias.

Durante cuatro gobernaciones el sur vió pasar la historia. La leyó en los diarios un día después. El socialismo encontró su lugar en el mundo: Rosario. En alianza con el radicalismo, un territorio provincial.

Para los “compañeros” un dilema: “si lolelismo” o chau gobierno, chapa, continuidad, empleo público para militar con seguro de vida. Con Obeid peor. Reutemann, al menos, era desconfiado por naturaleza, pero seguro en sus decisiones. Obeid compartió la desconfianza, pero nunca logró independizarse. Aún hoy la sombra del corredor ilumina su vida.

El socialismo, de sueño estudiantil creció a partido político e interpretó una ciudad que siempre quiso que la dejen tranquila, pero que no la ninguneen tanto. Santa Fe abusó de Rosario y el sur fabricó anticuerpos. Reutemann nunca tuvo una avalancha de votos en Rosario como en el resto de la provincia. Por algo será.

El peronismo rosarino, en condiciones desiguales (aquí también hubo affaires judiciales que terminaron con dirigentes peronistas presos) peleó la intendencia. Era el mendigo que ofertaba los votos para un candidato a gobernador. Desde hoy ni eso.

La Legislatura habilitó el “sincericidio”. La boleta separada es un verdadero ”canta claro”. Trajo asombro. Rossi con moretones. Del Sel tiene un billete premiado. La señora Bielsa está consagrada como candidata a gobernador en el 2015. Nadie podría, hoy, disputarle esa candidatura. Ella tiene los votos que los demás añoran. De fe peronista nada, dicen los ortodoxos. Los K sonríen, por ahora no la pelean.

Pregunta: ¿la figura más votada es una extrapartidaria? Respuesta: sí. Elija. La Bielsa o el Midachi. Dos figuras extrapartidarias.

Con Vernet, Reviglio, Reutemann y con Obeid (mientras Reutemann lo vigiló, cuando se descuidó abolió la ley de lemas) la provincia peronista decidía sus cosas. El peronismo nacional miraba los votos de Reutemann y prefería lo posible: “Lole ¿qué querés?, ¿qué me das y qué te pido?”. Una clarísima transacción política. Massat, Muniagurria, Roxana Latorre y los actuales diputados nacionales son decisión provincial, decisión de Reutemann. El territorio tenía dueño. A muchos no gustaba. Al sur lo desnudó. El dueño, con todo, estaba visible.

En 2011 dos testaferros del poder nacional, peleados entre si, decidieron descuartizar la provincia. Fue un buen trabajo de demolición. Ni Mazzón ni Zannini deben algo a Santa Fe. La provincia, políticamente peronista, puede cobrarles que precarizaran el movimiento al que representan. Socialismo y radicalismo eternamente agradecidos. Agregado: Binner, después del susto, intenta alambrar la provincia. Elemental.

El peronismo, tras la claudicación de Reutemann (de su liderazgo) que llevó a su sombra a la dubitación trascendental (Obeid no sabe qué hacer con su futuro, atado al voto de los reutemistas que hoy, caramba, ya no están) tenía/ tiene una sola posibilidad: Agustín Rossi. Esto provoca respingos.

Omar Perotti, Gustavo Marconato, Marcos Cleri, o cualquier invento desde casa central, convertido en CEO de esta masa informe y quejosa que es el peronismo del sur, quejosa y burocrática, como el peronismo de la ciudad capital, quejosa e ingrávida, como el peronismo norteño, no alcanzan la estatura de Agustín pero, ay, ay, ay, Agustín sigue declarándose subalterno, delegado de quien no lo quiere bien.

Para los muchos muchachos peronistas santafesinos que quieren hacer algo más que cobrar su sueldo de empleado del estado, se apagó Balderrama. El 24 de julio a la noche.

Argumentan que el eje de este default del peronismo santafesino es generacional. Sí. No. Nada. ¿Cómo negar el porvenir que, por construcción, es como el horizonte: no llega, aún no llega? Se fueron los que estaban, no arribaron los que venían de remplazo.

Queda una recomendación que, por obvia, algunos no mencionan. En el Astros, el Gran Rex, Broadway, el Círculo y también en el Luna Park, porque no, sí señor, encontrarán los votos entregados, honestamente, a Miguel Torres del Sel. Fila 13, al medio, segunda función, un sábado. Vayan.