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Entre 37 y 40 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad sirias en renovadas protestas registradas en distintas provincias del país, según la Organización Nacional por los Derechos Humanos de Siria.

El régimen está llevando la situación a un no retorno que, inevitablemente, debe promover su aislamiento internacional y sanciones que pongan un límite a la familia Assad que se apropió del poder y se niega a introducir una democracia plural y libertades civiles para toda la población.

Otra vez en la ciudad de la ciudad de Deraa, al sur del país, la policía abrió fuego contra un grupo que se manifestaba pacíficamente tras celebrar los funerales por otras víctimas de la represión de las protestas, acabando conla vida de 26 de ellas. Además, otras 11 personas murieron en similares circunstancias en la provincia de Homs, al norte de Damasco.

Según cuenta la organización, fuerzas de seguridad y policiales "dispersaron las manifestaciones pacíficas de varias provincias sirias empleando una excesiva e injustificada violencia, a través de uso de balas".

En la noche del sábado 09/04, las fuerzas de seguridad sirias se han desplegado en 2 focos suníes, según relataron residentes. Varios carros de combate han tomado el distrito norte de la ciudad costera de Banias, donde se ubican dos importantes refinerías, y las comunicaciones telefónicas han quedado suspendidas.

Desde el inicio de las protestas, el presidente Bashar al Assad ha combinado una inusitada violencia, ordenando abrir fuego contra cientos de manifestantes desarmados, con gestos conciliadores como la promesa de sustitución del estado de sitio -vigente desde hace 5 décadas- por una ley antiterrorista.

Assad justifica las medidas alegando que las protestas responden a una conspiración internacional para sembrar el conflicto en Siria.

Lo primero que debería comprender Assad y los gerontes que acompañaron a su padre Hafez y ahora le secundan, es que corren tiempos diferentes.

Desde Amman, Khaled Yacoub Oweis y Suleiman al-Khalidi reportaron así para Reuters:

Fuerzas de seguridad sirias fueron desplegadas durante la noche en dos zonas inestables, un día después de que dispararon contra dolientes en la sureña ciudad de Deraa, luego de una misa funeraria para manifestantes en favor de la democracia.

Varios tanques fueron vistos en el distrito norte de la ciudad costera de Banias, donde se ubica una de las dos refinerías de petróleo de Siria. Se escucharon intensos tiroteos, pero no hubo reportes confirmados de víctimas. Las conexiones de teléfonos fijos y celulares con la ciudad de Banias fueron cortadas, dijeron activistas.

Las protestas contra el Gobierno de 11 años del presidente Bashar al-Assad se han intensificado en la ciudad, mientras él usa cada vez más la fuerza para acallar las manifestaciones en el sur, donde un alzamiento contra el gobierno del partido Baath comenzó hace más de tres semanas y los manifestantes destruyeron estatuas de los miembros de la familia Assad.

En la zona de Houla, en la provincia centra del Homs, al norte de Damasco, también se vieron buses transportando a personal de seguridad. La decisión de Assad de remover al gobernador de Homs hace varios días no logró calmar a los manifestantes.

Assad, miembro de la minoritaria secta alauita que representa al 10 por ciento de los 20 millones de habitantes de Siria, ha utilizado a la policía secreta, unidades de las fuerzas especiales de la policía, fuerzas leales irregulares y unidades leales del Ejército para enfrentar a las manifestaciones sin precedentes.

Él ha mezclado el uso de la fuerza con gestos como promesas de reemplazar una ley de emergencia vigente durante cinco décadas con una ley contra el terrorismo. Activistas y testigos dicen que sus fuerzas han disparado contra manifestantes desarmados, matando a decenas.

Assad, de 45 años, ha dicho que las protestas sirven a una conspiración extranjera para sembrar divisiones sectarias.

Su padre, el fallecido presidente Hafez al-Assad, utilizó un lenguaje similar cuando aplastó las protestas izquierdistas e islamistas contra su gobierno en la década de 1980, matando a miles.

Llamado de la ONU

El sábado, las fuerzas de seguridad utilizaron municiones reales y gas lacrimógeno para dispersar a miles de personas que gritaban lemas por la libertad después de que se reunieron cerca de la antigua mezquita Omari en la parte vieja de la Deraa, cerca de la frontera con Jordania, dijeron testigos.

Un grupo de derechos humanos sirio dijo que al menos 37 personas había muerto en las protestas en todo el país el viernes.

"La seguridad siria cometió (en Deraa) lo que podría llamarse crímenes contra la humanidad", dijo la Organización Nacional de Derechos Humanos en un comunicado. "Disparó de manera indiscriminada contra los manifestantes y mató o hirió a decenas de ellos", agregó.

La televisión estatal dijo que grupos armados habían matado a 19 policías e hirieron a 75 en la ciudad. El Ministerio del Interior advirtió que no toleraría violaciones a la ley y que lidiaría con los "grupos armados", dijo la agencia de noticias estatal SANA.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo a Assad en un llamado telefónico que "estaba muy preocupado por los más recientes reportes de violencia contra los manifestantes", dijo un comunicado de la ONU.

Jóvenes heridos

Un testigo en Deraa dijo que había visto al menos a cuatro jóvenes heridos por francotiradores que eran llevados por los manifestantes a una clínica cercana.

Residentes dicen que las personas evitaron llevar a muchos de los heridos a los hospitales estatales por temor a que los heridos sean arrestados por personal de seguridad vestido de civil desplegado en los hospitales.

En las primeras horas del sábado, fuerzas de seguridad utilizaron municiones reales para dispersar a cientos de personas en Latakia, dejando decenas de heridos y posiblemente algunos muertos, dijeron residentes.

Un testigo dijo que había visto camiones cisterna limpiando la sangre de las calles cerca de la escuela Takhasussieh en el distrito Sleibeh.

"Uno no puede dar dos pasos en la calle sin arriesgarse a ser arrestado", dijo un residente. "Es difícil saber si hubo muertos, pero nosotros escuchamos intensos disparos de AK-47", agregó.

Ban, quien pidió la "mayor moderación" en un llamado a Assad hace una semana, le dijo el sábado que la violencia de cualquier bando era deplorable y que el Gobierno tiene el deber de proteger a los civiles.

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