CRISIS NUCLEAR EN JAPÓN
Radiación en el agua, leche y espinaca pero confían que se disuelva en 8 días

Radiación en el agua, leche y espinaca pero confían que se disuelva en 8 días
19/03/2011 | Un maremoto de 4,5º (según el USGS) golpeó horas atrás a Japón. Los edificios de Tokio han sufrido fuertes sacudidas. Pero el tema es el agua, como si fuese anticipo de las películas de ciencia ficción.  

El Gobierno japonés ha confirmado que se han detectado pequeñas cantidades de yodo radiactivo en el agua corriente en Tokio y otras 5 prefecturas o municipios. Según la información gubernamental, las cantidades no excedan los límites de seguridad, pero las pruebas que se realizan habitualmente sobre el agua no muestran yodo.

Pero es un dato que la radiación ha escapado de la siniestrada central nuclear de Fukushima, a 250 kilómetros al noreste de Tokio, ya está afectando al agua del grifo de Tokio y otras ciudades, además de a las tierras de cultivo y ganaderías cercanas a Fukushima.

Como primera consecuencia, el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar del Gobierno japonés ha ordenado interrumpir la venta de todos los productos alimentarios procedentes de la prefectura de Fukushima, según ha informado la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

"Pese a que el yodo radiactivo tiene una vida media de aproximadamente 8 días y se descompone de forma natural en cuestión de semanas, hay un riesgo a corto plazo para la salud humana si el cuerpo humano absorbe el yodo de los alimento", dijo el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en un comunicado.

Según ha informado la agencia Kyodo citando fuentes gubernamentales, esta misma mañana se han detectado trazas de yodo radiactivo en el agua del grifo de Tokio y otras ciudades.

En su primer informe sobre la contaminación en los alimentos tras la crisis nuclear que ha desatado el tsunami del 11-M japonés, el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, explicó que se han detectado niveles de radiación en leche y espinacas del noreste de Japón.

La leche procedía de una plana situada a 30 kilómetros de la central y las espinacas de una prefectura vecina. Aunque Edano insistió en que la contaminación no suponía “un riesgo inmediato para la salud”, anunció que se llevarán a cabo más pruebas en otros alimentos y se analizarán los envíos procedentes de esa zona.

“No significa que uno se sienta mal justo después de tomar dichos alimentos, pero no sería bueno seguir ingiriéndolos durante algún tiempo”, apuntó el portavoz del Ejecutivo.

Los ingenieros de Tepco han anunciado que han comenzado a enfriar la piscina del reactor número 5 utilizando las bombas de agua que funcionan con un generador diésel.

La televisión japonesa NHK confirma que la refrigeración del reactor número 5 ya funciona gracias al restablecimiento del sistema eléctrico. También en el 6. Eran los menos peligrosos puesto que estaban parados desde enero, aunque ya empezaban a recalentarse.

El 3 y el 4 tendrán que esperar el domingo 20/03.

El esfuerzo ahora apunta al 1 y al 2, comenzando por el 2 porque no hay posibilidad de enfriarlo con agua desde el exterior puesto que no quedó descubierto tras la explosión, como sucedió con el tercero.

El peor desastre nuclear que vive el mundo desde Chernóbil, en 1986, podría acabar de forma similar para sus instalaciones. Tepco confirmaron que estudian la posibilidad de sellar los reactores con un sarcófago realizado con arena y hormigón para poner fin al riesgo de una fuga masiva de radiación.

El número de fallecidos ha aumentado hasta las 7.197 personas. Los desaparecidos ya llegan a las 10.905 personas.

La situación del medio millón de personas que perdieron sus casas por el maremoto y se encuentran en refugios es muy dura, debido a la nieve y las bajas temperaturas en lugares sin calefacción, la escasez de comida, agua y combustible.

El Gobierno estudia desplazar a algunas a otras partes del país. En Tokio, millones de personas continúan trabajando desde sus hogares por miedo a la radiación y a que se produzca una explosión en Fukushima, que se encuentra 240 kilómetros al norte. El Gobierno asegura que el nivel de radiactividad en la capital no supone ningún riesgo para la salud.