UNA PRESIDENTE EN BRASIL
Reforma tributaria y mantener la inflación baja

Reforma tributaria y mantener la inflación baja
02/01/2011 | Bajo una lluvia torrencial después de 4 meses de sequía, Dilma Roussef llegó al Congreso Nacional brasilero para tomar posesión como Presidenta de Brasil."Mi compromiso es honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles y gobernar para todos", proclamó al poco de comenzar. "El Brasil del futuro será exactamente del tamaño de aquello que hagamos juntos por él hoy", dijo en otro momento de su intervención. "Trabajaré en la salud, en la seguridad, en la educación y, sobre todo, en la lucha para acabar con la miseria", insistió.  

Dilma Rousseff se convirtió el sábado en la primera mujer presidenta de Brasil tras prometer expandir una serie sin precedentes de éxitos económicos lograda por su predecesor y mentor, Luiz Inácio Lula da Silva.

Miles de admiradores esperaron bajo la lluvia y gritaron vítores cuando vieron pasar a Rousseff en un Rolls Royce de 1953, escoltada sólo por mujeres que componían su aparato de seguridad cuando se dirigía al Congreso.

Rousseff, de 63 años, hereda una pujante economía, que podría constituirse en la envidia de buena parte del mundo.

Más de 20 millones de brasileños salieron de la pobreza durante los 8 años de Gobierno de Lula, gracias en gran medida a sus políticas de bienestar social y administración económica estable que hicieron de Brasil un mercado predilecto entre inversores de Wall Street.

La próxima década también se vislumbra brillante, con la pronta exploración de enormes reservas de petróleo costa afuera descubiertas recientemente, además de la realización en el país del Mundial de Fútbol 2014 y de los Juegos Olímpicos 2016.

La ex guerrillera marxista, que luego llegó a convertirse en una pragmática funcionaria, juró durante su discurso inaugural que se concentrará en una reforma tributaria y otros pasos que dijo que ayudarían a erradicar la extrema pobreza en la próxima década.

En una alocución de 40 minutos, frente al Congreso y las 55 delegaciones extranjeras presentes, la presidente de Brasil, Dilma Rousseff hizo un nuevo reconocimiento al trabajo de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva: "Vengo aquí a honrar su Gobierno", y aseguró que dará continuidad a sus conquistas económicas y sociales. "Muchas cosas han mejorado en Brasil, pero este es sólo el comienzo de una nueva era", dijo al Congreso Rousseff, quien vistió un traje blanco con falda y quedó en silencio brevemente por la emoción al hablar ante el Congreso.

"Mi promesa es (...) honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles y gobernar para todos", agregó.

Sin embargo, Rousseff también enfrenta una larga lista de desafíos que Lula no resolvió, incluyendo una moneda sobrevalorada que está dañando a la industria, el alto gasto público que está alimentando la inflación y una notoria burocracia que paraliza las inversiones y desalienta la innovación.

Quizás el mayor desafío de la nueva Presidenta sea seguir el ejemplo de Lula, un ex líder sindical metalúrgico que deja su cargo con un índice de aprobación del 87% y un estatus casi de héroe popular, especialmente entre los pobres.

Lula escogió a Rousseff, su ex jefa de Gabinete, para ser su sucesora.

La funcionaria nunca antes se había postulado a un cargo de elección popular y su personalidad sigue siendo un misterio para muchos brasileños, pero su promesa de continuar con las políticas de Lula fue suficiente para que ganara las elecciones de octubre por un amplio margen.

Rousseff lidera ahora un Estado que hace 4 décadas la persiguió como una enemiga.

Hija de un inmigrante búlgaro, Rousseff fue activa en la resistencia contra la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.

Fue encarcelada por cargos de subversión por 3 años y sufrió torturas. Varios de sus ex compañeros de celda estuvieron presentes en su juramento como Presidente.

2 veces divorciada, después del retorno de la democracia a Brasil, Rousseff obtuvo algunos empleos gubernamentales de nivel medio y adquirió una reputación como hábil tecnócrata, que no teme en llamar la atención de subalternos por un trabajo mal hecho o incompetencia, pero que a menudo parece carecer de empatía cuando trata con los votantes.

Más recientemente, superó un linfoma en 2009 y usó una peluca por un corto período cuando se sometía a quimioterapia. Sus médicos han dicho que ya superó la dolencia.

Después de su juramento, Rousseff se desplazó por las calles de Brasilia en el Rolls Royce que es el auto oficial de los presidentes brasileros, junto a su hija Paula, con el techo descubierto, cuando la lluvia concedio una tregua.

9 de sus 37 ministros serán mujeres, un récord para Brasil.

En su discurso inaugural, Dilma llamó a una reforma del oneroso y complejo sistema tributario de Brasil. También llamó a la inflación una "plaga", juró mantener los precios bajo control y se refirió a las nuevas reservas de petróleo como "nuestro pasaporte al futuro".

Lula da Silva intentó realizar varias reformas tributarias con éxito limitado, e impulsar los cambios a través de su coalición de 10 partidos en el Congreso no será una tarea fácil.

"La pregunta es si ella tiene el coraje y apoyo como para hacer frente a intereses creados", dijo Pedro Simon, senador del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el más grande de la coalición de Rousseff.

"Ya hay un ejército de canallas que quieren ensombrecer la victoria", agregó.

Debido a las demandas domésticas, es probable que la presidenta adopte un perfil internacional más bajo y evite controversias, como hizo Lula cuando enfureció a Washington al ofrecer una mediación sobre el programa nuclear de Irán.

En el Palácio do Planalto, y tras recibir la banda presidencial de Lula, Rousseff dijo que honrará el legado de su predecesor y pidió al país enfrentar los desafíos que tiene por delante.

"Trabajaré para que estemos todos unidos para los cambios necesarios en educación, salud y seguridad y sobre todo en la lucha para combatir la pobreza", declaró.